El hecho de que la Fiscalía de Menores de Barcelona volviese a reclamar ayer que se suspenda la publicación por parte de la editorial Anagrama de El odio, el libro que Luisgé Martín ha dedicado a José Bretón, revela la complejidad de un caso en el que chocan la libertad de expresión de un escritor con el derecho al honor y a la intimidad de dos niños asesinados y de la mujer a la que, asesinándolos, quiso dañar un marido machista (y en fase de separación). La solicitud de Ruth Ortiz de paralizar de forma cautelar la distribución del libro había sido rechazada el lunes por un juez de la Audiencia Provincial de Barcelona alegando que carecía de elementos para evaluar si la obra vulnera la ley.