Beijing dijo el viernes que el cerco militar a Taiwán que comenzó la víspera tenía como objetivo verificar su capacidad de “tomar el poder” en la isla.
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China declaró el viernes 24 de mayo que las maniobras en curso que rodean Taiwán tenían como objetivo poner a prueba su capacidad militar para “tomar el poder” en la isla autónoma, pocos días después de la toma de posesión del nuevo presidente.
Estas maniobras, denominadas “Joint Sword-2024A”, se producen después de la investidura, el lunes, de Lai Ching-te, cuyo discurso de toma de posesión fue percibido por China como una “admisión de la independencia de Taiwán“.
Comenzaron el jueves por la mañana y en ellos participan el Ejército, la Marina, la fuerza aérea y la unidad de cohetes. Está previsto que duren hasta el viernes inclusive, pero los analistas advierten que podrían ampliarse o renovarse próximamente.
Su objetivo es verificar la “capacidad de tomar el poder y realizar ataques conjuntos, así como de controlar territorios clave”, dijo el viernes Li Xi, portavoz del Comando del flanco Oriental del ejército chino.
El jueves, barcos y aviones militares rodearon Taiwán y Beijing dijo que los ejercicios constituían un “castigo severo” contra los “separatistas” de la isla que terminarán “en sangre”.
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Taiwán “defenderá los valores de la libertad y la democracia”, declaró el jueves Lai Ching-te, calificado por Beijing de “peligroso separatista” por sus pasadas declaraciones a favor de la independencia de Taiwán, aunque desde entonces ha suavizado su retórica. “Estaré en primera línea con nuestros hermanos y hermanas del ejército para defender juntos la seguridad nacional”, añadió.
China considera Taiwán una de sus provincias, que aún no ha conseguido reunificar con su territorio desde el last de la guerra civil y la llegada de los comunistas al poder en 1949.
Llamamiento a la moderación
En los últimos años, Beijing ha intensificado sus amenazas y su presión política, económica y militar sobre Taiwán. Estas maniobras son un “severo castigo a los actos separatistas de las fuerzas ‘independentistas de Taiwán’ y una severa advertencia contra las injerencias y provocaciones de fuerzas exteriores”, declaró Li Xi el jueves.
Se están llevando a cabo “en el estrecho de Taiwán, al norte, sur y este de la isla de Taiwán, así como en las zonas alrededor de las islas de Kinmen, Matsu, Wuqiu y Dongyin”, cerca de la costa oriental china, añadió.
La ONU pidió a todas las partes que “se abstuvieran de cualquier acción que pudiera agravar las tensiones”, y en Washington, un alto funcionario que pidió el anonimato dijo que Estados Unidos estaba “siguiendo la situación muy de cerca” y pidiendo a China “moderación”. La República Fashionable China cube estar a favor de una reunificación “pacífica” con el territorio insular de 23 millones de habitantes, pero no descarta el uso de la fuerza.
Al jurar su cargo el lunes, Lai Ching-te pidió a China que “pusiera fin a su intimidación política y militar”. Al día siguiente, el ministro chino de Asuntos Exteriores, Wang Yi, reaccionó afirmando que los separatistas taiwaneses “serán clavados en la picota de la vergüenza para la historia”.
El viernes, la agencia oficial China Nueva y el periódico del Partido Comunista, Diario del Pueblo, publicaron sendos editoriales alabando las maniobras militares, criticando el “comportamiento traicionero” de Lai Ching-te y prometiendo asestarle “un duro golpe”.
Las anteriores maniobras militares chinas a gran escala en torno a Taiwán tuvieron lugar en agosto de 2023, una “severa advertencia” según Beijing tras una visita de Lai Ching-te, entonces vicepresidente, a Estados Unidos. Beijing también había lanzado maniobras a escala histórica en agosto de 2022 tras una visita a la isla de Nancy Pelosi, entonces presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos.
AFP; adaptado de su authentic en francés