Fuente de la imagen, Getty Pictures
- Autor, Myroslava Petsa y Daniel Wittenberg
- Título del autor, Servicio ucraniano de la BBC, en el Despacho Oval
La jornada comenzó con la misma cordialidad que la Casa Blanca reserva a las visitas de dignatarios extranjeros.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, fue recibido por el presidente estadounidense, Donald Trump, en la puerta del Ala Oeste con una guardia de honor, y los líderes se estrecharon las manos cortésmente.
Estuvimos en el Despacho Oval como parte del grupo de medios de comunicación ucranianos, presenciando las bien ensayadas formalidades y cerca de media hora de charla cordial.
Zelensky entregó a Trump el cinturón del campeón de boxeo ucraniano Oleksandr Usyk.
Trump elogió la vestimenta de Zelensky.
Hasta aquí, todo diplomacia.
Pero minutos después, estalló una situación sin precedentes. El tono cordial se convirtió en acritud y caos. Se levantaron las voces, se pusieron los ojos en blanco, se lanzaron calumnias… y todo ello ante las cámaras de televisión de todo el mundo.
El presidente y el vicepresidente estadounidenses reprendieron al líder que les visitaba, acusando a Zelensky de no estar lo suficientemente agradecido por el apoyo de Estados Unidos, que ha sostenido el esfuerzo bélico de Ucrania.
Las tensiones estallaron cuando el vicepresidente J.D. Vance dijo a Zelensky que había que poner fin a la guerra mediante la diplomacia.
¿Qué tipo de diplomacia?, replicó Zelensky.
Hablando por encima del presidente ucraniano, Vance le dijo al mandatario ucraniano que period una “falta de respeto” que acudiera al Despacho Oval a exponer sus argumentos ante los medios estadounidenses y le exigió que agradeciera a Trump su capacidad de liderazgo.
Los periodistas presentes en la sala observaron con la boca abierta el extraordinario intercambio que se produjo a continuación.
“Ya has hablado bastante. No vas a ganar esto”, le dijo Trump en un momento dado. “Tienes que estar agradecido. No tienes las cartas”.
“No estoy jugando a las cartas”, replicó Zelensky. “Hablo muy en serio, señor presidente. Soy presidente en una guerra”.
“Estás jugando con la Tercera Guerra Mundial”, respondió Trump. “Y lo que estás haciendo es muy irrespetuoso con el país, este país, que te ha respaldado mucho más de lo que mucha gente dijo que debería haberlo hecho”.
Vance replicó: “¿ Has dicho ‘gracias’ una vez en toda la reunión? No”.
La embajadora de Ucrania en Estados Unidos observaba con la cabeza entre las manos.
El ambiente había cambiado por completo, y todo a la vista de los medios.
“Algo impensable”
Nuestros colegas estadounidenses nos comentaron que nunca habían visto nada igual. “Una escena así period impensable en la Casa Blanca”, me dijo uno de ellos.
Cuando los periodistas salieron del Despacho Oval, muchos se quedaron inmóviles en estado de shock. En la sala de prensa de la Casa Blanca, donde poco después se volvió a reproducir el intercambio, el resto de los medios de comunicación que no habían estado en la sala observaban incrédulos.
Siguió la confusión. Inmediatamente surgieron dudas sobre si la rueda de prensa prevista seguiría adelante o si se firmaría el tan esperado acuerdo entre Estados Unidos y Ucrania sobre los recursos minerales.
Minutos después, Trump escribió en Reality Social que Zelensky podía “volver cuando esté listo para la paz”.
La conferencia de prensa y la ceremonia de firma del acuerdo, previstas en la Sala Este de la Casa Blanca, se cancelaron de manera oficial.
Poco después, Zelensky se dirigió a un todoterreno en el que le esperaba su embajadora.
Se alejaron mientras el mundo empezaba a digerir un momento extraordinario.
A pesar de la rotunda bronca, es posible que tarde o temprano se llegue a un acuerdo sobre los minerales.
Pero una cosa es segura: esta visita de Zelensky se recordará por razones totalmente distintas.
El mundo vio de primera mano cómo se desarrollan las negociaciones entre Estados Unidos y Ucrania: son difíciles, emocionales y tensas.
Quedó claro que se trata de una negociación dura para ambas partes.
Desde luego, el regalo del cinturón del boxeador ucraniano Oleksandr Usyk no salvó la situación. Y tras este combate en la Casa Blanca, la verdadera pregunta ahora es qué significa esto para la guerra en Ucrania, y para el propio futuro de Zelensky.
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