El presidente chino, Xi Jinping, recibió al secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, este viernes 26 de abril, en Beijing, a donde llegó para una visita diplomática de tres días, con la que intenta evitar mayores discrepancias entre las dos potencias. Entre los asuntos de alta tensión entre Washington y Beijing se encuentran la guerra en Ucrania y el estatus de Taiwán. El canciller chino, Wang Yi, aseguró que las relaciones entre ambos países “comienzan a estabilizarse”, pese los “elementos negativos que siguen creciendo”.
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Pulso diplomático de Antony Blinken en China. El secretario de Estado de EE. UU. arribó a Beijing este 26 de abril para una visita de tres días.
El jefe de la diplomacia estadounidense fue recibido por el presidente chino, Xi Jinping, en un gesto de reconocimiento de la importancia acordada a las relaciones bilaterales entre ambos países.
Estados Unidos y China “deben ser socios, no rivales”, declaró el mandatario del gigante asiático. Xi resaltó que el principal obstáculo hacia una relación estable es la visión negativa de Washington sobre el desarrollo económico chino.
“Este es un problema basic a resolver, justo como el primer botón de una camisa debe ser puesto correctamente, para que las relaciones China-Estados Unidos puedan verdaderamente estabilizarse, mejorar y avanzar”, afirmó Xi.
Blinken declaró que había mantenido una conversación “profunda y constructiva” con su homólogo chino, el ministro de Asuntos Exteriores ,Wang Yi. Ambos funcionarios estuvieron reunidos durante más de cinco horas en la capital china.
Es importante que ambos países sean “lo más claros posible en los temas en los que tenemos divergencias, al menos para evitar los malentendidos y los errores de cálculo”, declaró Blinken antes de la reunión.
Por su parte, Wang alertó sobre el riesgo de un “regreso al deterioro” en las relaciones de las potencias, considerando que “los derechos legítimos de China en materia de desarrollo han sido indebidamente oprimidos”.
Además, Wang criticó las “infinitas” medidas de Estados Unidos para contener la economía, el comercio y la tecnología china, en explicit las restricciones estadounidenses sobre exportaciones hacia China de tecnologías avanzadas, como los semiconductores.
“Preocupaciones” de EE. UU. por el apoyo chino a Rusia
Uno de los temas clave a tratar entre las potencias es la relación entre China y Rusia, que antes del inicio de la invasión rusa de Ucrania habían firmado una colaboración “sin límites”.
“El secretario de Estado discutió preocupaciones sobre el apoyo de la República Well-liked China a la base industrial de defensa rusa”, aseguró el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller.
Según la versión de funcionarios de Washington, el gigante asiático no entrega armas a Rusia, pero advierten que empresas chinas están suministrando materiales y tecnologías de doble filo que han facilitado la producción de armas rusas.
China ha declarado que “no es un productor ni una parte implicada en la disaster en Ucrania”, pero que aun así el comercio entre su territorio y Rusia no debería ser interrumpido o restringido.
China: Estados Unidos debe abstenerse de cruzar una “línea roja” en su apoyo a Taiwán
De acuerdo con oficiales estadounidenses, parte de los objetivos de Blinken es apaciguar a China con relación a Taiwán, particularmente de cara a la próxima investidura del nuevo presidente de la isla, el próximo 20 de mayo, quien defiende la independencia de ese territorio.
Desde la perspectiva china, Taiwán es una extensión de su territorio con aspiraciones separatistas.
Las relaciones entre Washington y Beijing han dado grandes signos de mejora desde las tensiones exacerbadas que marcaron la presidencia de Donald Trump, quien promete mano dura frente a China si gana las elecciones presidenciales estadounidenses el próximo noviembre.
Aunque el mandatario de EE. UU., Joe Biden, ha buscado una mayor estabilidad entre los dos gigantes económicos, su Administración no ha dejado de ejercer presión sobre China. En la noche del martes 23 de abril, el Congreso de Estados Unidos aprobó un paquete de asistencia militar de 8.000 millones de dólares a Taiwán.
Wang declaró, en una aparente referencia a la isla, que Washington no debe cruzar “líneas rojas”, con respecto a los intereses de soberanía, seguridad y desarrollo chinos.
Con AFP y Reuters