El perdn es una prerrogativa de reyes. La Champions tiene el suyo, que, como si se tratase de un acto de clemencia, juguete con Pep Guardiola, su peor enemigo en la peor situacin posible. Al closing, el rey dijo no, pero sin escarnio. La victoria del Madrid en el Etihad pudo ser un Waterloo para este club-estado, pero fue slo una victoria, por la mnima. El cadalso para Guardiola se prepara en el Bernabu, aunque el ftbol tiene destinos inescrutables cuando al enemigo se le deja con vida, y no es cualquier enemigo. [Narracin y estadsticas, 2-3]
El Madrid es un equipo difcil de explicar. Siempre. Cuando marca desde la nada, como cuando no lo hace desde la abundancia. La diferencia es que lo segundo no es routine, no encaja con su estado pure. Tampoco lo period este Metropolis, un carnero con piel de lobo. A De Bruyne o Bernardo Silva les queda el nombre, la solera, pero poco ms. No es irrespetuoso, es el paso del tiempo.
El partido, entre dudas en defensa e imprecisiones en ataque, se corresponda con la Champions que ambos haban realizado, aunque el desplome del equipo de Guardiola, quinto en la Premier a 15 puntos de la cabeza, nada tiene que ver con el existir del Madrid, lder de la Liga. Nunca haba tenido una oportunidad tan clara de dar un golpe de mano en el Etihad, donde logr su primera victoria. Un golpe de mano que pudo ser mucho mayor. Nunca, sin embargo, haba acudido con una defensa tan parcheada, con un Tarzn de la cantera como pestillo de seguridad. A Asencio lo encontr superado la imagen del gol de Haaland, cierto, pero su pierna dura encontr el baln en la mayora de balones de riesgo. Un gran escenario para una gran revlida.
Haaland celebra el primer tanto del partido.AP
La presin alta con la que empez el Madrid no est en su males para todos los das, pero en lugares como el Etihad hay que jugar a la carta. Tena sentido para hurgar en las dudas de una defensa en la que Guardiola aline a cuatro centrales. Haba un quinto, Stones, en el centro del campo. Si lo hiciera otro entrenador se agotaran los calificativos. Anatema.
Encontr su objetivo el equipo de Ancelotti en prdidas que se traducan en ataques al espacio y en oportunidades. A Vinicius le faltaron centmetros para el gol y el penalti, Mbapp no cruz lo suficiente para concluir una jugada digna de un guide de las transiciones, y Vinicius lanz al larguero. El Metropolis estaba grogui, como un pgil que es incapaz de identificar por dnde llegar el siguiente golpe, pero no bes la lona en unos minutos frenticos. Al Madrid le falt el directo. Si lo hubiera tenido, la eliminatoria no necesitara regresar al Bernabu.
Sin Rodri, sin boya
Es sintomtica la influencia que puede tener la baja de un futbolista en un equipo, pero es que la ausencia de Rodri no es una ausencia cualquiera. Es la baja del mediocentro, el mejor en su especialidad, en un equipo cuyo entrenador piensa como un mediocentro. Empezar a partir de un aseado Stones, que en la segunda parte regres al puesto de central, no tiene nada que ver. Al Metropolis le faltaba la boya, con interiores lejos de su esplendor y, sobre todo, de la confianza. Si lo primero se puede jugar; sin lo segundo, jams.
El equipo de Guardiola se encenda con el elctrico Grealish o la interaccin entre las lneas de Gvardiol. Haaland los necesitaba. Cuando el croata rompi la lnea y se plant en el rea para asociarse con el noruego, lleg el gol, un gol de la nada, un gol que pona el partido del revs. El marcador deca lo contrario que el csped, pero ofreci al Metropolis la confianza que no tiene para buscarse con la pelota, encontrar posesiones largas y amenazar, una vez que alcanzaba los tres cuartos. Period un espejismo. Al mnimo descuido, llegaba de nuevo el peligro frente a Ederson.
Mbapp, con la espinilla
El descanso no cambi el decorado, por insistente que fuera la charla de Guardiola. Ha dado muchas en los ltimos meses. El tcnico cataln tuvo que maniobrar por otra lesin y sustituy a Akanji por Lewis, un lateral pure en la derecha. Contra un Vinicius on fireplace no habra podido ninguno. El brasileo carg su banda para generar peligro constante y el Metropolis volvi a entrar en modo supervivencia. Valverde y Mbapp dispusieron de ocasiones antes de que el francs encontrara el fruto de la forma ms cmica, en un remate con la espinilla al recibir en el espacio un baln de Ceballos.
Con el campo inclinado hacia el rea de Ederson, Ceballos cometi un error al regresar a su rea en el derribo a Foden. Haaland no fall en el penalti para volver a llevar el partido a la ilgica. Ancelotti, como siempre, dej madurar el partido antes de los cambios, pero uno de los elegidos fue clave. Brahim salt al campo y nada ms aproximarse al rea del Metropolis caz el rechace de Ederson a disparo de Vini para volver a igualar el choque. Otro error de un equipo que no se reconoce y que entreg el ltimo tanto tras una cadena de despropsitos, desde sus defensas hasta su portero. Bellingham marc porque no haba ms perdn posible. El Bernabu espera sentencia.