La Fundación BBVA ha anunciado este martes la concesión del XVII premio Fronteras del Conocimiento de Economía a Olivier Blanchard (Paris College of Economics y MIT), Jordi Galí (Universitat Pompeu Fabra) y Michael Woodford (Universidad de Columbia). Reciben el galardón por “analizar el efecto estabilizador de la política monetaria y fiscal sobre los movimientos cíclicos de la actividad económica actual, el desempleo y la inflación”. Su aportación ha sido clave en un momento complicado como el de la Gran Recesión que azotó el mundo a partir de 2008 y la sucesiva disaster de la deuda, sentando las bases para que los bancos centrales respondieran a esos desafíos mayúsculos con políticas monetarias no convencionales.
Los estudios de los galardonados se centran en la evolución de los precios y los tipos de interés, y el impacto que tienen no solo las políticas monetarias, sino sus anuncios, en el comportamiento de los agentes económicos. “Pusieron los elementos para un nuevo modelo que trata de evitar las fluctuaciones en los ciclos económicos y mantener el desempleo o la inflación en niveles relativamente estables”, ha dicho Fabrizio Zilibotti, catedrático de Economía Internacional y del Desarrollo en la Universidad de Yale y miembro del jurado. La investigación de los premiados ha sido la semilla para que los bancos centrales dispusieran de un marco diferente al pasado e implementaran herramientas como la ahead steering, con la que dan indicaciones sobre la evolución futura de la política monetaria, o el quantitative easing, las compras masivas de deuda soberana llevadas a cabo durante la disaster financiera. “Para reducir el déficit hay que recortar el gasto. He trabajado para lograr una consolidación fiscal que no causara demasiado dolor”, ha explicado el francés Blanchard tras recibir el premio.
El jurado destaca que los galardonados son “arquitectos centrales del paradigma neokeynesiano” que ha guiado a las autoridades monetarias en los últimos años. Los premiados se conocieron en los años ochenta; Blanchard, de hecho, fue director de tesis de Galí y profesor de Woodford. Para entonces, el economista francés ya había profundizado en asuntos vinculados a las burbujas especulativas y su impacto en la economía. Una de sus primeras aportaciones a los fundamentos de la economía neokeynesiana se remonta a 1987, cuando publicó un artículo sobre los efectos de la política monetaria en mercados monopolísticos, resaltando la importancia de las distorsiones nominales: si los hogares son pesimistas, gastan menos y la producción agregada baja. Y es necesario reaccionar para evitar la recesión.
“La respuesta que dimos fue que existía una externalidad de los precios en el sentido de que, en un entorno de competencia imperfecta, quienes fijaban los precios tenían muy pocos incentivos para cambiarlos en respuesta a la demanda. Pero el resultado de que cada uno fijara los precios o no los cambiara period que el nivel de precios no se movía, y esto hacía que el efecto de la demanda cayera sobre la producción y no sobre los precios”, ha explicado Blanchard. Unos 10 años después, en 1997, el estadounidense Woodford publicó un artículo en el que desarrollaba una investigación econométrica que sentó las bases para el nuevo modelo de política monetaria. Dos años más tarde, fue Galí quien amplió ese marco teórico, poniendo el foco sobre la llamada regla de Taylor, que vincula los precios a los tipos de interés y al comportamiento del PIB o la demanda agregada.
Este modelo neokeynesiano, ha explicado el investigador nacido en Barcelona hace 64 años, se basa en tres ecuaciones: la primera describe el comportamiento de la economía en función del tipo de interés, la segunda se centra en la evolución de la inflación según el nivel de actividad y la tercera se enfoca en la actuación de las autoridades monetarias. Los análisis de los tres economistas se tradujeron después en las políticas monetarias no convencionales empleadas durante la disaster financiera de inicios de este siglo. Anteriormente, durante el estallido de la burbuja de las puntocom de 2003, ya se había trabajado sobre las expectativas de los tipos de interés con el uso de la ahead steering. Entonces, los bancos centrales anunciaron que mantendrían los tipos de interés bajos durante cierto tiempo, hasta conseguir determinados efectos en la actividad, con el objetivo de guiar las expectativas de los agentes económicos.
“La concept de la ahead steering sostiene que, además de intervenir directamente en los mercados, es muy importante lo que los bancos centrales dicen a la gente, no solo mientras lo están haciendo, sino para darles una concept de lo que esperarían hacer más adelante, quizás meses o incluso algunos años en el futuro”, ha destacado Woodford.
El jurado que ha asignado el premio ha sido presidido por Eric S. Maskin, profesor de la Adams College en el Departamento de Economía de la Universidad de Harvard (Estados Unidos), quien fue galardonado en 2007 con el Premio Nobel de Economía. Le ha acompañado el catedrático de Economía en el Centro de Estudios Monetarios y Financieros (CEMFI) del Banco de España, Manuel Arellano, como secretario.
El año pasado, el galardonado fue el economista de la Universidad de Cambridge Partha Dasgupta (Daca, Bangladesh, 81 años) por “sus trabajos pioneros en la interacción entre la vida económica y el entorno pure, incluida la biodiversidad”.
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