Células de 170 especies animales se conservan a 196 grados bajo cero en tanques de nitrógeno líquido en un laboratorio del Parc de Recerca Biomèdica de Barcelona (PRBB), en la Barceloneta. Son las primeras muestras del CryoZoo, una iniciativa del Zoo de Barcelona coordinada por la Universitat Pompeu Fabra (UPF) para preservar materials biológico de especies amenazadas. Como si de un arca de Noé se tratara, el objetivo es facilitar el estudio y la conservación de estas especies.
El CryoZoo se enmarca en el proyecto de la Ciutadella del Coneixement, que quiere convertir el entorno del parque de la Ciutadella en un referente en educación superior, ciencia e innovación. En un futuro se instalará en el complejo del Mercat del Peix, que se está construyendo junto al zoo y que está previsto inaugurar a finales de 2026.
Nace con el objetivo de convertirse en el banco de líneas celulares de animales más importante de Europa
Para el zoo, el banco de células de especies amenazadas se alinea con su plan estratégico aprobado en 2019, que outline la investigación y la conservación como prioridades. “La razón de ser de los zoos hoy en día es contribuir a preservar la biodiversidad y, para ello, hay que investigar; un zoo moderno tiene que hacer ciencia”, declara Sito Alarcon, director del Zoo de Barcelona. Alarcon destaca que “somos guardianes de bancos genómicos de especies amenazadas”
El zoo ya dispone desde el 2003 de un banco de tejidos y de células reproductoras en la Facultad de Veterinaria de la Universitat Autònoma (UAB). Este biobanco cuenta actualmente con 11.000 muestras de 284 especies. Las muestras incluyen una treintena de tejidos diferentes, como pelos, plumas, plasma, saliva, orina o heces.
El CryoZoo, creado con el objetivo de convertirse en el banco de líneas celulares de animales más importante de Europa, recoge un tipo de muestras diferentes. Con ellas se podrán realizar investigaciones aplicando las técnicas más avanzadas de la biología, como las de genómica o biología computacional.
El zoo refuerza la investigación científica y reducirá el número de especies
En el CryoZoo se conservan células a temperaturas ultrabajas -de ahí el prefijo cryo -. De cada muestra se obtendrá el cariotipo (la imagen de los cromosomas); el genoma completo (que informa sobre el ADN); el transcriptoma (que informa sobre el ARN y, por lo tanto, sobre qué genes están activos); el epigenoma (que aporta información complementaria sobre la actividad de los genes); y, para algunas especies particularmente importantes, se obtienen células madre iPS (que permiten crear tejidos y organoides de estas especies en laboratorio). Por ahora se han creado células iPS de siete especies, que incluyen el chimpancé, el gorila y el orangután.
Estas células no se utilizarán en ningún caso para reproducción asistida de especies amenazadas, práctica que los zoos rechazan, sino para comprender mejor la biología de estos animales, aclara Sito Alarcon, director del zoo. Un comité de bioética decidirá las investigaciones que se pueden realizar a partir de las células conservadas en el CryoZoo.
El proyecto tiene como coordinador a Tomàs Marquès-Bonet, investigador del Institut de Biologia Evolutiva (UPF-CSIC) y director científico de la Fundació Barcelona Zoo, que fue quien propuso en 2018 la thought de crear un criozoo en Barcelona. Marquès-Bonet se inspiró en la experiencia del zoo de San Diego (EE.UU.), que creó el primer criozoo del mundo, y valoró que en Europa no existe ninguna instalación comparable.
El Laboratorio Europeo de Biología Molecular (EMBL) se ha sumado al proyecto del CryoZoo
El CryoZoo “responde a la necesidad creciente de los investigadores de disponer de muestras moleculares y genómicas que se hayan recogido sin afectar al bienestar de los animales”, declara Francesc Subirada, director de la Iniciativa UPF para la Ciutadella del Coneixement. “Es un proyecto para preservar materials biológico y células viables y facilitar el estudio de los animales de una manera poco invasiva, especialmente de especies que se encuentran en peligro de extinción”.
“Tener un almacén de información molecular evitará tener que interactuar reiteradamente con animales en cautividad”, añade Sito Alarcon.
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Al proyecto se ha incorporado como socio el Laboratorio Europeo de Biología Molecular (EMBL, por sus iniciales en inglés), una de las organizaciones de investigación biológica más prestigiosas de Europa, que explica en su net que “un biobanco es clave para mantener la biodiversidad de especies y ecosistemas a través de la investigación”. James Sharpe, director de la sede del EMBL en Barcelona, señala que “uno de nuestros objetivos centrales es potenciar la investigación en áreas como la biología planetaria y la conservación de la biodiversidad, y esta iniciativa es un ejemplo perfecto de esta misión”.
Al CryoZoo también se ha asociado el Museu de Ciències Naturals de Barcelona, dirigido por Carles Lalueza-Fox, que aportará muestras de especies autóctonas de Catalunya y del Mediterráneo para preservar sus líneas celulares.
Trabajar para la conservación de las especies y ecosistemas locales es precisamente un objetivo prioritario de la investigación que promueve el zoo, que dedica un presupuesto de unos 500.000 euros anuales a proyectos científicos. Las iniciativas de éxito en este ámbito incluyen la reintroducción de la nutria en las cuencas del Besòs y del Ter; la recuperación del ferreret (o sapillo balear), que estaba al borde de la extinción; o el proyecto para salvar el tritón del Montseny, que se está criando en cautividad en el zoo y del que este año se han reintroducido 300 ejemplares.
El Museu de Ciències Naturals aportará muestras de especies autóctonas
La evolución de los zoos hacia instituciones que priorizan la investigación y la conservación de la biodiversidad comportará cambios en las especies que se exhiben. “Tenemos que volcarnos en conservar especies que están en riesgo”, declara Alarcon. Para las que no están en riesgo, “debemos cuidar lo mejor posible a los animales que ya tenemos, pero no tendrá sentido que continuemos teniendo estas especies en el futuro. Vamos hacia una reducción del número de especies”. La experiencia de visitar el zoo, señala el director del parque, “tiene que ser diferente para los niños que vienen hoy de lo que fue en el pasado para sus padres”.
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