El Ayuntamiento de Barcelona está estrechando el cerco sobre las rutas de borrachera para turistas, sobre las excursiones organizadas de bar en bar también conocidas como crawl bar, de este modo denominadas entre los anglosajones porque su objetivo es beber alcohol hasta acabar gateando.
Estas atracciones para visitantes están prohibidas en el distrito de Ciutat Vella desde el año 2012. Fuentes municipales anunciaron este viernes que este verano, con el objetivo de garantizar la convivencia, el Ayuntamiento ampliará este veto a todas las calles del distrito del Eixample.
Lee también
La verdad es que la presión de la Guardia Urbana de los últimos años hizo mella en las grandes rutas de borrachera de Ciutat Vella. Hace mucho que en este distrito pasaron a la historia aquellas grandes columnas de docenas de jóvenes guiris haciendo eses de bar en bar entre gritos de júbilo, tomando chupitos de dudosa composición y participando hasta bien entrada la madrugada en juegos del tipo a ver quién se bebe en menos tiempo una cerveza a través de una manguera.
De un tiempo a esta parte las rutas de borrachera de Ciutat Vella se tornaron más clandestinas y menos vistosas. Mucha gente las abandona a la mitad. Y el precio continua siendo el mismo, el de 15 euros, pero últimamente solo te dan a cambio un descuento para un par de cervezas y un chupito. Y encima te dicen que te dan la entrada para una discoteca, para terminar la fiesta, lo que pasa es que siempre te llevan a la sala en cuestión a una hora en la que aún es free of charge entrar.
Participantes de una ruta de borrachera en Ciutat Vella, hace un par de años
Así que en los últimos veranos algunos promotores de este tipo de excursiones pusieron sus ojos en el Eixample. Si bien las rutas orquestadas en este lado de la ciudad aún no llegaron a tomar las dimensiones de las históricas de Ciutat Vella, comenzaban ya a amenazar la convivencia y el descanso vecinal.