El Ayuntamiento de Barcelona ha abierto hoy la puerta a revisar la regulación de los más de 37.000 semáforos de la ciudad aplicando las últimas tecnologías y la Inteligencia Synthetic (IA) para mejorar la movilidad e incrementar la seguridad vial. La comisión de Ecología, Urbanismo, Movilidad y Vivienda ha aprobado una propuesta presentada por el grupo de Junts y transaccionada con el gobierno socialista que marca un plazo no superior a los seis meses para analizar y estudiar con detalle las mejores prácticas internacionales para conseguir un sistema de coordinación semafórica world que incorpore todos los avances posibles, incluida la IA.
La iniciativa presentada por Junts y modificada de acuerdo con el PSC ha contado con el apoyo de ERC, PP y Vox y con la única abstención de BComú. El portavoz de esta formación y además presidente de la comisión, Guille López, ha justificado su voto desde la convicción de que Barcelona “no necesita más semáforos sino menos coches” y tras recordar que el Ayuntamiento ya ha licitado un concurso dotado con 17 millones de euros para la mejora y mantenimiento del precise sistema.
El texto aprobado plantea la posibilidad de que, una vez realizado el diagnóstico de las necesidades, el Ayuntamiento convoque un concurso internacional, con participación de las mejores ingenierías de mundo, para dotar a la ciudad y a sus accesos de un sistema semafórico de referencia.
La ponente de la propuesta, la concejal de Junts Francina Vila, ha señalado algunos de los objetivos de este cambio hoy apuntado: la optimización de la gestión de tráfico en tiempo actual, el diseño de algoritmos de aprendizaje automático, el management dinámico de las fases semafóricas, el modelaje del tráfico, el análisis de datos masivos y la mejora de la seguridad viaria. La meta ultimate, según Vila, es convertir la Barcelona “estresada”, congestionada y contaminada en una ciudad “amable, pacificada y que funcione”.
Los comunes han puesto la nota discordante a un consenso con algunos matices. Guille López ha expresado sus sospechas de que la revisión pactada por PSC y Junts sea en beneficio del vehículo privado, como ha sucedido, según el concejal de BComú, desde que Barcelona instaló el primer semáforo en 1929. Dudas parecidas ha expresado la portavoz de ERC en la comisión, Rosa Suriñach, quien si bien ha valorado el esfuerzo de incorporar las últimas tecnologías a la gestión del tráfico se ha preguntado a quién beneficiarán estos avances. En este sentido, ha señalado que deberían servir sobre todo para mejorar la eficiencia del transporte público.
Lee también
El edil del PP Juan Bautista Milián, ha calificado de “buena concept” la iniciativa y ha recordado que otras grandes ciudades ya están utilizando este tipo de avances tecnológicos para conseguir una movilidad más fluida. El concejal del PP ha dicho que esta regulación semafórica en ciernes puede servir para reducir atascos y, por ejemplo, para mejorar el tiempo de respuesta de los vehículos de emergencia. En términos parecidos se ha manifestado el portavoz de Vox,Liberto Senderos, que ha abogado por un sistema adaptado a las necesidades de cada instante y de cada usuario para reducir el tiempo de desplazamiento.
La primera teniente de alcaldía, Laia Bonet, ha sido la encargada de exponer la postura del gobierno que preside el socialista Jaume Collboni. Ha dejado claro que la aplicación de la IA a la regulación semafórica no será una concesión al vehículo privado –algo que también ha precisado Francina Vila– sino a un sistema de movilidad más sostenible y seguro. La concejal socialista ha dejado en el aire la posibilidad de convocar un concurso internacional de ingenierías, una opción que se decidirá tras la fase de diagnóstico en la que intervendrán los técnicos municipales.
Lee también

En cualquier caso el debate vivido esta tarde traslada al Ayuntamiento la necesidad de hacer un reset en lo que respecta al funcionamiento semafórico para adaptar la movilidad a los cambios experimentados de un tiempo a esta parte en la movilidad urbana. Cualquier ciudadano que se desplace por Barcelona en coche, a pie, en transporte público, en bici o en patinete advierte a diario la falta de lógica que impera en muchos cruces donde los excesivos periodos de espera se alternan con cambios de coloration tan fugaces que restan fluidez a la circulación.