La coalición Babord, que en el Ayuntamiento de Vilassar de Mar (Maresme) integra a la CUP y a los Comuns, se ha postulado para liderar un nuevo gobierno alternativo al de Junts, que lidera la alcaldesa Laura Martínez, que ha quedado en minoría tras la salida de los socios de gobierno de ERC Vdm Futur. Babord ha iniciado conversaciones con el resto de las fuerzas políticas para impulsar una moción de censura.
En un comunicado Babord considera que Vilassar está inmerso en una “preocupante coyuntura de inestabilidad política” y juzga urgente abordar las problemáticas con “firmeza y decisión” como por ejemplo la “infradotación de private del Ayuntamiento, el nuevo contrato de la piscina, la apertura de nuevas estancias en la guardería La Bressoleta o la construcción de vivienda social en la Muralla y Can Vives”. Unos aspectos que afirman, “no se están priorizando desde el precise gobierno”.
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Lo que consideran el “desgobierno” de Vilassar, según el criterio de Babor, ha derivado en la “imposibilidad, no sólo de aprobar el presupuesto del 2025, sino ni tan solo formularlo” lo que impide planificar la acción de gobierno y propicia “gobernar a golpe de decreto”. Asimismo, consideran que existe una falta de compromiso y transparencia “que desconocen en que se invertirán sus impuestos” y el futuro de las actuaciones anunciadas.
Después de analizar la situación, la asamblea plenaria de Babord reconoce “la necesidad de conformar un gobierno alternativo fuerte y cohesionado”. Tal como comunicó a la mañana siguiente de las elecciones “existe la mayoría necesaria para impulsar un gobierno amplio y diverso”.
La clave está en la alcaldía
En cuanto a la posibilidad de agrupar a los partidos en la oposición, sumaría la opción de integrar a los cinco concejales de Babord, a ERC cuyos tres ediles han salido del gobierno y al PSC que también cuenta con tres concejales, que obtendrían una cómoda mayoría de 11 concejales, sin probabilidad de que participe la única concejala del PP.
Pese a las intenciones de Babord, las fuentes del PSC consultadas no confían en que la militancia socialista aprobase que con sus votos se impulse “una alcaldesa la CUP”. Por otro lado, la opción de que la alcaldía pase a manos de otra formación, por el momento “no está sobre la mesa” aunque no se descarta reaccionar en este sentido si la debilidad del gobierno precise incide directamente en la gobernabilidad.