Los técnicos del centro de gestión de Rodalies en el Clot manifiestan sin ambages que la pink ferroviaria catalana es como un enfermo en la uci al que se está tratando en muchos frentes mientras sus constantes colapsan continuamente. Colapso es un término que no conjuga bien con el relato que quiere imprimir Salvador Illa a su Govern, en el que prima la apuesta por la seguridad, la estabilidad, la previsibilidad, la confianza…Y así lo traslada desde el Palau de la Generalitat hasta el Círculo de Bellas Artes de Madrid, en contraposición al modelo de Isabel Díaz Ayuso.
En el Govern no se alza la voz en público, pero de puertas adentro se repiten escenas que retrotraen a las que ya describió el exconseller Joaquim Nadal en su dietario Testimoni de càrrec (vint anys al servei de Catalunya 1993-2012 (Proa). El relato de la disaster ferroviaria del 2007 es también el relato de la confrontación del gobierno de José Montilla con el de José Luís Rodríguez Zapatero. La sobriedad de los presidents socialistas se mantiene hoy, y lo que Nadal calificó de “intemperancia arrogante” ministerial, también.
El president Illa y el ministro Puente frente a un Rodalies
Aquella disaster tensó al máximo las relaciones entre dos ejecutivos socialistas. “A pesar de la supeditación, la elección es entre ellos o nosotros”, “optamos claramente por ponernos al lado de la ciudadanía irritada y cansada”, escribió Nadal. Entonces, el caos de infraestructuras sacó a la calle a 200.000 catalans emprenyats , entre los que se encontraban los expresidents Jordi Pujol y Pasqual Maragall, también Joan Rigol y Heribert Barrera, bajo el lema “Som una nació i diem prou! ” Hacía solo unas semanas que Montilla había advertido en los salones del lodge Ritz de Madrid de los riesgos de la desafección de Catalunya. Dieciocho años después, la desafección sigue viajando en tren, y la coincidencia de gobiernos socialistas en la Generalitat y la Moncloa no evita que las necesidades políticas difieran ante un caos perenne.
Las protestas no serán el germen de un nuevo ‘procés’, pero mina la credibilidad del Govern y da munición a la oposición
En todas sus intervenciones, el ministro Óscar Puente exhibe datos de inversión récord desde el 2018 e incluso se atreve a reprochar a los independentistas catalanes que aclaren si quieren parar todos los servicios o compatibilizarlos mientras se ejecutan las obras. La queja continua le molesta, como si desde Catalunya se magnificara el problema y que el exceso de focos puestos desde la propia Generalitat fuera contraproducente.
El Govern no imprime a sus intervenciones la vehemencia del ministro, pero saben que los retrasos y los usuarios caminando por la vía quiebran su credibilidad y que la exigencia, si hay incidencias, no aplaca al indignado. Así que se escenifica la presión. La consellera Sílvia Paneque convoca a la cúpula de Renfe y de Adif un domingo. La recuperación de la circulación por el túnel de Roda de Berà fue un fiasco y el plan de transporte alternativo, insuficiente. Ahora, la conselleria recibe a las 7 de la mañana un informe que adelanta el resultado de la Loto Rodalies a la que juegan medio millón de catalanes cada día. El PSC sabe que las protestas de hoy no serán el germen de un nuevo procés , pero sitúa a una oposición desnortada sobre las vías y conecta con los resignados usuarios.
ERC avala el pacto con los maquinistas, pero nadie garantiza el calendario del traspaso
El 57% de los catalanes utiliza Rodalies, el porcentaje aumenta tres puntos cada año, y es el único servicio de transporte público que suspende, según datos del CEO. Además, el 55% de los votantes del PSC son víctimas de las incidencias constantes y el 62% de estos cree que es responsabilidad de la Generalitat mejorar el servicio. Los votos también viajan en tren.
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El traspaso a una empresa mixta busca reconducir el desapego al servicio, ahora ajustado a las exigencias de los maquinistas y con el aval de ERC. A pesar del pacto inicial, lo que el Gobierno puso sobre la mesa tenía el visto bueno de Oriol Junqueras, que tiene ahora el Port de Barcelona como referencia. Ahí mandó Lluís Salvadó sin mayoría ni voto de calidad. La dirección de ERC ya tiene la propuesta de estatutos de la nueva filial de Renfe y se trabaja en los inventarios para el traspaso de la R1. ERC necesita hechos antes de las elecciones municipales, pero ni Illa ni el Gobierno quieren quedar atrapados en el calendario si están atrapados en las vías.