El Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía aprobó este jueves el nuevo Reglamento Taurino de la Comunidad que, en palabras de Antonio Sanz, consejero de la Presidencia, Interior, Diálogo Social y Simplificación Administrativa, “es la culminación de un complejo trabajo que ha durado cuatro años y nace del consenso y la unanimidad del Consejo de Asuntos Taurinos de Andalucía, en el que está representado todo el sector”.
La nueva norma surge, además, “con una fuerte vocación nacional porque no es lógico que en España existan diferentes reglamentos, y el de Andalucía pretende ser la base de un futuro reglamento homogéneo de todas las comunidades autónomas”, añadió el representante andaluz en la rueda de prensa celebrada anoche tras la reunión del ejecutivo autonómico.
Para ello, Sanz señaló que han trabajado con los gobiernos de Castilla y León, Castilla-La Mancha, Madrid y Extremadura “para conformar una propuesta que sirva de base para el futuro”. “Andalucía es pionera a la hora de liderar la reglamentación taurina”, prosiguió, “que en este caso supone una modernización y actualización de la normativa del sector como una garantía para el futuro de la tauromaquia”.
Este nuevo reglamento, “que quiere servir de modelo para el conjunto del país”, presenta diferentes novedades, entre las que el consejero destacó, en primer lugar, la creación de un registro de presidentes, “que velará por la formación y cualificación de quienes se suben al palco en nombre de la administración autonómica”. Otra novedad se refiere a la simplificación administrativa, que supone la agilización de los procedimientos de autorización de los espectáculos taurinos, la eliminación de trámites y la simplificación de la documentación que se debe aportar.
Por otra parte, se regulan los tentaderos públicos como una nueva clase de espectáculo, y se introducen novedades sobre el derecho a la devolución del importe de las entradas de los festejos. Así, en el caso de que, una vez iniciado el espectáculo, la presidencia lo suspendiera posteriormente, los espectadores tendrán derecho a la devolución de la entrada si no se hubiese dado muerte al menos a dos toros.
Otro aspecto singular y polémico es la posibilidad de suprimir el sorteo de las reses en determinados espectáculos y con el acuerdo unánime de los espadas intervinientes La nueva norma introduce la elevación del peso máximo de las reses en las novilladas con picadores en plazas de tercera y portátiles de 420 a 450 kilos; y habrá un único reconocimiento en las plazas de toros portátiles y las que no cuenten con corrales o chiqueros.
Se establecen, además, mejoras en los servicios médicos y de seguridad; y se autoriza para casos excepcionales la utilización de nuevos elementos para la lidia en la suerte de varas, banderillas o estoques.
“En definitiva, un completo nuevo reglamento que actualiza la fiesta, pero mantiene absolutamente la esencia de la misma”, concluyó Antonio Sanz.