El escritor cántabro Álvaro Pombo (Santander, 1939) se ha hecho este martes con el Premio Cervantes, el gran premio de las letras en español, dotado con 125.000 euros, desbancando así a los autores que lideraban la quiniela de este año, que apostaba por mujeres de la literatura latinoamericana como Margo Glantz o Gioconda Belli. El jurado, presidido por el anterior premio Cervantes, Luis Mateo Díez, ha concedido el galardón a Pombo “por su extraordinaria personalidad creadora, su lírica singular y su authentic narración”.
“A su notabilísimo nivel como poeta y ensayista -han añadido- se une el ser uno de los grandes novelistas de nuestra lengua que indaga en la condición humana desde las perspectivas afectivas de unos sentimientos profundos y contradictorios. En sus creaciones, muestra el mundo a través de la construcción de un lenguaje en el que las deformaciones de la realidad aparecen reflejadas bajo el disfraz de la ironía y del humor. En su prosa, la oralidad se refleja en la voluntad de un estilo que aspira al ”escribo como hablo“ valdesiano”. Y han asegurado que “Álvaro Pombo ha creado aquello que outline a los grandes escritores, un mundo literario propio imperecedero e imprescindible que conmueve y conduele”.
Desde que debutó en 1973 con el poemario Protocolos Pombo ha sido considerado una voz única en la literatura española. Y ha ganado todos los premios posibles, también los más comerciales, desde el Planeta con La fortuna de Matilde Turpin al Nadal con El temblor del héroe. Ahora llega la culminación con el Cervantes. De hecho, una década después de Protocolos fue merecedor del primer Premio Herralde con la novela El héroe de las mansardas de Mansard, aunque su obra cumbre se considera El metro de platino iridiado, publicada en 1990, ganadora a su vez del Premio Nacional de la Crítica.