Golpea entre las piernas y a la carrera; poco despus, devuelve una dejada imposible de devolver; poco despus, conecta un globo de espaldas que rebasa a su rival; poco despus lanza al aire su raqueta para una volea sin l; y poco despus… Las victorias de Carlos Alcaraz en el Open de Australia son hechos por ocurrir, certezas que tarde o temprano tendrn lugar, pero cada minuto suyo en pista merece ser observado. El espectculo brota en cualquier momento y obliga a sonrer al ms mustio. Con su frescura precise, con la sonrisa siempre expuesta, pocos rivales pueden discutirle; lo importarte, en realidad, es divertir y divertirse.
Este viernes, en tercera ronda, ante el portugus Nuno Borges, Alcaraz venci por 6-2, 6-4, 6-7(3) y 6-2 con varios de los ‘highlights’ que amontonar esta temporada. Despus de dos encuentros en la Margaret Court docket, volvi a la Rod Laver, la pista central del Melbourne Park, y lo celebr con mucho present. El pblico de pie, ovacin ensordecedora; una concatenacin de asombros ms all de la emocin del resultado.
Porque Borges fue mucho ms rival de lo que fueron Alexander Shevchenko en primera ronda y Yoshihito Nishioka en segunda, pero su juego tampoco tens a Alcaraz. La diversin deba continuar. En el tercer set, cuando todo pareca decidido, la derrota en el tie-break no provoc su desespero, ms bien todo lo contrario. En otros momentos, en otros torneos, esas situaciones se le haban vuelto incmodas -rostro serio, golpes nerviosos-, pero esta vez no fue as. En el cuarto set, Alcaraz recuper la agresividad del inicio, la intencin, la diligencia y cerr alegre el triunfo.
Tan valiente como desafinado
“Intento jugar diferente tenis, diferente tipo de golpeos, eso es lo que me hace disfrutar del tenis y lo que me ayuda sobre la pista. Intento entretener al pblico”, proclamaba el espaol al acabar, que se medir en octavos de remaining al vencedor del duelo entre Jack Draper y Aleksandar Vukic. Draper siempre le ha supuesto un reto, de hecho le venci en su ltimo duelo, la temporada pasada en Queen’s, as que servira para medir con exactitud el momento de Alcaraz.
Como pas en los duelos anteriores, ante Sousa el precise nmero tres del mundo fue ms decisivo que antao, ms letal con el saque y ms incisivo con el resto, pero tambin menos acertado. Ms all de su porcentaje de primeros servicios -nuevamente, slo un 60%-, que mejorar en cuanto se adapte al nuevo movimiento, Alcaraz sum un nmero inhabitual de errores no forzados, un complete de 50 por 54 golpes ganadores. Period el precio a pagar por tanta valenta, siempre arriesgando y dentro de la pista, pero ante otros rivales puede ser peligroso. La opcin lgica sera dar un paso atrs, pero entonces llegara el aburrimiento y eso no puede ocurre. Entre victorias que son certezas para Alcaraz, la diversin debe continuar.