El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, mantuvo ayer un encuentro “bueno” y “cordial” con su homólogo estadounidense, el secretario de Estado Marco Rubio, en su primera reunión desde la llegada de la nueva Administración de Donald Trump a la Casa Blanca. “Esta reunión sirve para reforzar los lazos entre nuestros dos países”, aseguró tras la conversación, añadiendo que ambos habían intercambiado sus puntos de vista sobre las guerras en Ucrania, Gaza y la escalada arancelaria de EE.UU. contra el mundo. Tras el encuentro, no se anunció ningún acuerdo, y el ministro aseguró que no había habido “peticiones concretas por parte de nadie”, sino que había sido “más un intercambio en el que hemos coincidido en muchos puntos” y en otros habían discernido con “mucha claridad”.
Uno de esos puntos es la inversión en Defensa en el marco de la OTAN, punto de fricción entre EE.UU. y los países europeos, especialmente España, que se encuentra entre los estados miembros que menos invierten. La reunión se produjo, por invitación de Rubio, un mes antes de la cumbre de la OTAN en La Haya, en la que está previsto que se llegue a un nuevo compromiso de gasto en Defensa, que Washington quiere fijar en el 5% del PIB. En la actualidad, España gasta alrededor del 1,30%, una cifra que ha aumentado desde la invasión rusa de Ucrania y que el Gobierno de Pedro Sánchez se ha comprometido a incrementar hasta la meta del 2% este año.
En este sentido, Albares trasladó a Rubio “el compromiso de España con la seguridad euroatlántica”. El ministro puso “en valor el esfuerzo que ha hecho España para alcanzar ese 2% de gasto y el esfuerzo con la seguridad del flanco Este, el mayor despliegue de su historia, con 2.300 soldados”. “Ha habido un intercambio y cada uno ha expresado sus puntos de vista con mucha claridad. Yo he insistido que ha sido un enorme esfuerzo alcanzar ese 2% y que el debate en estos momentos tiene que centrarse en capacidades, y la posición de EE.UU. es también conocida”.
El ministro califica el asesinato de miembros de la embajada israelí de “antisemitismo” y “barbarie”
La visita a Washington del ministro español coincidió con la resaca de dos tiroteos mediáticos, que influirán en las relaciones diplomáticas entre España e Israel, y entre Israel y el mundo. El miércoles, soldados israelíes abrieron fuego durante una visita a Cisjordania de diplomáticos entre los que había un español, lo que llevó al ministro a llamar a consultas al encargado de negocios de la embajada israelí en España. Durante la noche del jueves, un hombre mató a tiros en Washington a una joven pareja que trabajaba en la embajada israelí en EE.UU., tras lo que el primer ministro Beniamin Netanyahu afirmó que todos aquellos que defiendan la causa palestina están “en el lado equivocado de la humanidad”.
Este contexto sobrevoló ayer la anticipada reunión, en la sede del departamento de Estado. Tras el encuentro, Albares condenó en una rueda de prensa en la embajada española el estremecedor tiroteo, que calificó de “antisemitismo” y “barbarie”. “Nada más darnos la mano hablando en español (Rubio lo domina por su origen cubano), le trasladé tanto mi pésame como mi condena tajante por esos asesinatos. Desde luego, el antisemitismo y la barbarie, eso es lo que ocurrió ayer aquí en Washington”, señaló.
Sobre la relación con Israel, añadió que “en estos momentos, no estamos barajando” la retirada de la embajadora española en Tel Aviv. Aunque defendió la llamada a consultas del encargado de negocio israelí, a quién trasladó que “esperamos una investigación transparente y depuración de responsabilidades por esos disparos, que son inaceptables y violan la Convención de Viena”.
Albares señala que “en estos momentos, no estamos barajando” la retirada de la embajadora en Israel
El ministro añadió que “tiene que quedar claro nuestro absoluto rechazo, nuestra condena tajante a la ofensiva militar que se está produciendo en estos momentos en Gaza. No hay ningún objetivo militar en estos momentos dentro de esa ofensiva militar. Estamos más allá de lo irreal y lo humano. Estamos más allá de lo insoportable”. De este modo, reiteró que “tenemos que hacer algo lo que esté en nuestras manos para detener esta guerra, que no tiene ningún sentido. 60.000 palestinos muertos son más que suficientes”.
Desde el regreso de Trump a la Casa Blanca en enero, ambos políticos tan solo habían mantenido una conversación telefónica, el pasado 2 de abril, además de encuentros puntuales en cumbres internacionales. El ministro Albares pudo notar ayer el contraste con la Administración de Joe Biden: tras sus reuniones con el secretario de Estado Antony Blinken, fue costumbre una rueda de prensa conjunta entre ambos homólogos, que no tuvo lugar tras el encuentro de ayer, aunque ambos sí se hicieron una foto oficial.
España no goza ya de la cercanía ideológica del gobierno de la primera potencia mundial, una sintonía que exhibieron Sánchez y Joe Biden en la visita del presidente español a la Casa Blanca hace dos años. En la reunión, Albares destacó la relación histórica entre ambos países y su voluntad de estar presente en los actos de celebración del 250 aniversario de EE.UU. que está organizando Trump.
“En la conversación, ha quedado claro que somos dos aliados naturales, históricos, con muchas décadas de trabajo conjunto, con intereses de todo tipo muy sólidos, económicos, comerciales, de inversión, culturales, lingüísticos, y que somos dos aliados fundamentales tanto para nuestra seguridad, como para nuestra prosperidad”, resumió el ministro.
Trump también se está distanciando de la Unión Europea en su conjunto, que se ve impactada por la guerra comercial international del republicano. EE.UU. mantiene los aranceles del 25% sobre el acero, el aluminio y el automóvil, pero relajó del 20% al 10% durante 90 días los aranceles impuestos al resto de importaciones europeas. Albares aseguró que había hablado sobre el asunto con Rubio, pero remarcó que ” la política comercial pertenece a la Comisión Europea y está comunitarizada”. Aun así, trasladó a Rubio que “consideramos que la relación comercial entre EE.UU. y Europa es mutuamente beneficiosa y ha garantizado décadas de prosperidad”, por lo que espera resolver las diferencias “a través del diálogo y la negociación”.
