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Cuando la ejecutiva del PSOE convocó el congreso del partido para este fin de semana, el pacto de financiación entre socialistas y ERC ocupaba los titulares, Pedro Sánchez había pasado página de sus cinco días de reflexión, gestionaba el caso Koldo con cierto desdén y su rictus solo manifestaba una íntima molestia por la investigación a Begoña Gómez. Cuando se convocó el congreso, Sánchez tenía en mente la renovación territorial del partido con la vista puesta en el próximo ciclo electoral. Cuando se convocó el congreso, el grito “¡aguanta, Pedro!” era una expresión jocosa frente a lo que denominó “máquina del fango”. “¡Aguanta, Pedro!” es hoy la tirita en las heridas infligidas al Gobierno, al partido y al presidente por informes de la UCO, declaraciones de imputados por fraude y la sorprendente creatividad de la Fiscalía Anticorrupción, el Supremo y jueces solitarios.