Si ya de por s el Actual Madrid parece un punto competitivamente (lo ha parecido todo el curso) por encima del Bara, luego est Sergi Llull. Y su genialidad desatada. Sus triples fuera de guion que son pualadas a la mente del rival. El segundo spherical dej a los blancos a un paso de la closing de la ACB y al Bara completamente sobre el abismo de una temporada aciaga. Viaja la semifinal al Palau con un 2-0 rotundo, un equipo lanzado y que ha logrado olvidar en cinco das la closing de la Euroliga perdida, y otro completamente desquiciado sobre el divn de sus dudas. [Narracin y estadsticas: 104-98]
Pero el hombre es Llull, en esta madurez estupenda en la que habita. Lejos del declive, luce su temporada ms pulcra que las anteriores, pero llegada la hora de la verdad, siempre est ah. En el primer partido asest cuatro triples de carrerilla en menos de dos minutos, puro xtasis para dar la puntilla a los azulgrana. Este viernes fue de principio a fin, elctrico, contagiando al resto, una segunda parte poderosa para dejar al Bara tiritando.
Y eso que, como no poda ser de otra forma, fue otro Bara. O lo intent. 48 horas atrs hubo sntomas de hasta desidia, de poca bravura, de conformismo ante el vendaval del rival. Ahora, conscientes del abismo, con un quinteto bien diferente, las cosas estaban ms claras. Ms ritmo, ms valenta y, sobre todo, ms inteligencia tctica. Eso se tradujo en el 3-9 de salida, con un Willy menos miedoso ante Tavares y un Madrid falln.
La rpida reaccin fue un 11-0, en una noche de ritmo algo alocado, an sin dueo. Da Silva period el termmetro azulgrana y Vesely (24 puntos, su tope en ACB) y Jabari, sus mejores hombres. Pero el que no entra en ningn plan es Llull. Se maneja en plena efervescencia, lleno de confianza y disfrutn. Cuando anot su segundo triple le dijo al banquillo que aguardara su cambio. Se fue al descanso con 13 puntos cuando el Madrid, que siempre tiene la buena costumbre de meter la ltima antes de ir al vestuario, volva a mandar.
El Bara se fue diluyendo como un paracetamol en agua. Punto a punto, golpe a golpe. Hezonja, que en la primera mitad se haba cogido un cabreo de los suyos, haca de todo en la pista y Musa le acompaaba con sus puntos fciles. Un mate de Tavares puso la mxima (67-53) y, aunque con el empuje de Joel Parra pareci el Bara rehacerse algo, ah estaba Llull para clavar sobre la bocina una mandarina desde 10 metros. Otro mazazo psicolgico.
En la recta de meta, el Madrid estaba ya lanzado como un sprinter. Con sus veteranos en pista, con Rudy pelen como si fuera un rookie y el Chacho rompiendo tobillos… Avanzaban los blancos con tres marchas ms (llegaron a mandar por 17) y el Bara sin permetro, sin rebote y sin defensa. Y desquiciado. A su temporada le pueden quedar dos das, un ao para olvidar.