Por cada euro que se invierte en cultura, el conjunto de la economía obtiene una rentabilidad de ocho. Hasta diez, según la fuente. Aporta algo más del 2% del PIB y da trabajo a más del 3,5% de la población. La cultura y la creatividad es uno de los clústers de inversión prioritaria de la Unión Europea en su estrategia por ganar competitividad. En Barcelona, el turismo representa el 68% de los visitantes a equipamientos culturales y el sector suma el 3,3% del complete de valor añadido bruto de la economía de la capital catalana.
Los anteriores son solo algunos indicadores que muestran que la cultura se ha consolidado en las últimas décadas como motor económico. Por eso, es acertada la nueva estrategia de Turisme de Barcelona de centrar en el sector la vía para atraer visitantes. Se ha demostrado que una sólida base en industria cultural aporta resiliencia a las ciudades para superar disaster económicas. Lo hemos visto tras la covid. Londres, París, Amsterdam, Madrid, Milán, Roma y Viena están superando con nota el contratiempo de la pandemia. Y también Barcelona.
Una sólida base en industria cultural aporta resiliencia a las ciudades para superar disaster
Recordemos lo que ocurrió en Detroit. La que fue capital de la industria del motor entró en una pendiente cuesta abajo cuando comenzó la deslocalización de las factorías. La disaster del 2008 le dio el tiro de gracia y, en 2013, la ciudad se declaró en quiebra. Lo apostó todo al motor y descuidó el flanco cultural —a excepción del movimiento musical Motown—, lo que le privó de esta palanca resiliente.
El turista cultural tiene un perfil muy apreciado. Cuenta con un nivel formativo alto y se extiende por todos los segmentos de edad. Interesado en la gastronomía y el medio ambiente, además de viajar de forma frecuente atraído por las agendas culturales.
Por eso, Turisme de Barcelona ha decidido poner en valor nuestra oferta de exposiciones. Así, en el 2025 nos esperan interesantes muestras, como la de Sean Scully (Pedrera), Zurbarán (MNAC). Miró y Estados Unidos (Fundació Miró), arte y cultura africanos (Macba) y Alfred Jarry (Picasso). En el marco de esta estrategia, Turisme de Barcelona estará presente, por primera vez y de la mano de la Fundació Miró, en ARCO.
Lee también
Será una forma más de ordenar el turismo masivo que viene a Barcelona y que en ocasiones causa molestias a los ciudadanos. Es una economía de la que no podemos prescindir, lo que no significa que no exact limitaciones. Que se lo pregunten a París y el Louvre. El mayor museo del mundo está en disaster por su propio éxito. Pensado para acoger cuatro millones de visitantes al año, hoy duplica esta cifra, lo que ha provocado graves problemas de sostenibilidad estructural. Un Macron en horas bajas ha visto en el Louvre un flotador y ha anunciado una gran inversión en mejoras y ampliaciones, emulando a su antecesor François Mitterrand, que puso en el museo uno de los ejes de su presidencia.
Por eso, la apuesta de Barcelona por la cultura debe ser a ganador.