Fuente de la imagen, Nicole Kolster/BBC Mundo
- Autor, Nicole Kolster
- Título del autor, Especial para BBC Mundo, Maracay
“Somos ingenuos ante la atrocidad que está ocurriendo”, le cube a BBC Mundo Myrelis Casique López, de 44 años, desde su casa en un barrio pobre de Maracay, Venezuela.
Pensó que su hijo iba a ser deportado a Caracas desde Texas, Estados Unidos, el sábado, pero terminó en El Salvador, en una cárcel de máxima seguridad, acusado de ser un peligroso felony.
Myrelis reconoció a su hijo entre los 238 migrantes venezolanos enviados el domingo al Centro del Confinamiento del Terrorismo (Cecot), en El Salvador, por orden del presidente Donald Trump.
“Es él, es él (…) yo siempre lo afeité desde bebé, le reconozco su fisonomía (…) ahí se le ve el tatuaje”, repite sin dudar al ver una fotografía donde se observa al grupo sentado en el suelo, pero con cabeza y rostro hacia abajo, en el Cecot.
Se trata de Francisco José García Casique, de 24 años, un inmigrante venezolano que entró de manera irregular a Estados Unidos, el 25 de diciembre de 2023.
El Cecot es una cárcel presentada por el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, como “la más grande de toda América”, para criminales.
“Es muy duro porque no estamos hablando de un felony (…) Quiero hacer énfasis que mi hijo es inocente”.
Sin aportar detalles, Bukele dijo que los migrantes que llegaron a su país el domingo son miembros de la banda felony venezolana Tren de Aragua.
En el mismo vuelo fueron deportadas otras personas acusadas de pertenecer a la pandilla MS-13.
Fuente de la imagen, Nicole Kolster/BBC Mundo
El mandatario de Venezuela, Nicolás Maduro, dijo el lunes que denunciará la violación masiva de los derechos humanos contra los migrantes venezolanos.
“No puede ser que una persona por ser venezolano sea capturado, secuestrado, sin derecho a la defensa, sin derecho al debido proceso, sin condena, sea metido en un campo de concentración en Estados Unidos y sea enviado a campos de concentración nazi en El Salvador”, enfatizó.
“Yo le pregunto al presidente Nayib Bukele, públicamente, presidente, con respeto, le digo ¿usted va a amparar esta crueldad, esta injusticia, sin derecho a ningún tipo de proceso?”, dijo durante su programa de los lunes, por VTV.
“No tiene que ver con ninguna banda delictiva”
Francisco, que antes se instaló en Perú, se dedica a la barbería. Salió de Venezuela en 2019, buscando oportunidades en medio de la disaster económica, política y social que sacudía al país, defiende su familia.
“Es un chamo, no pertenece a ninguna banda delictiva ni en EE.UU. ni en Venezuela. Mi hijo no pertenece al Tren de Aragua, no es ningún delincuente (…) lo que ha sido es barbero”.
Fuente de la imagen, Nicole Kolster/BBC Mundo
“Lastimosamente tiene sus tatuajes” con nombres de sus abuelas, hermanas y su mamá, “reforzado” con rosas. “Pero no tiene que ver con ninguna banda delictiva”.
Aún no se conoce una lista oficial con los nombres de los deportados encarcelados en el Cecot, pero Myrelis y su familia no tienen duda: Francisco está en el grupo que llegó a El Salvador.
La última comunicación entre Myrelis y su hijo fue el pasado sábado 15 de marzo a las 10 de la mañana.
“Me dijo: ‘mamá ya salió la primera formación, yo voy en la segunda’ (…) y yo le dije: ‘tranquilo hijo, no te preocupes, yo voy a saber por las noticias de ti, no te angusties’.
“Le dije: ‘Dios te bendiga’ y colgué.
“Yo sentí que period una buena señal, que venía su deportación” a Caracas.
Un vuelo de repatriación a Caracas con migrantes venezolanos en situación irregular en Estados Unidos estaba previsto para el día antes, – confirmado por Miraflores y la Casa Blanca- , pero por un “problema climático” fue reprogramado.
“Lo reconocimos por sus orejas, su cuello”
Myrelis creyó que Francisco, ese sábado, estaba por abordar un vuelo reprogramado, que sería el del reencuentro.
Tienen seis años sin verse, el mismo tiempo que Francisco ha estado fuera de Venezuela.
Pero “pasaron las horas (…) llegó la noche”. Y empezaron a rodar las imágenes en redes sociales: llegaron “esos aviones horribles” a El Salvador, “me bloqueé”.
Fuente de la imagen, Nicole Kolster/BBC Mundo
Fuente de la imagen, Nicole Kolster/BBC Mundo
“Mis hijos empezaron a buscar por web todas las informaciones referentes a los aviones que habían llegado a El Salvador, buscaron fotografías en todos los medios (…) empezaron a hacer zoom donde estaban sentados ya con los uniformes blancos, dentro de las cárceles, y ahí fue donde lo reconocimos por sus orejas, su cuello”.
Y reconocieron su tatuaje en un brazo.
“Lamentablemente es él (…) yo quisiera que no fuera él, que no lo hubiesen trasladado para allá, él no merecía que lo hubiesen trasladado para allá”, expresa.
“Le raparon todo su cabello, le violentaron su integridad (…) lo agacharon, lo arrastraron y le cortaron su cabello”, sigue esta mujer, que cada tanto se quiebra.
Mientras narra esto, todos en la casa lloran. Están las dos abuelas, una tía, y los hermanos de Francisco.
El televisor está prendido a la espera de noticias. Los hermanos revisan redes sociales en busca de información y atienden llamadas. La gente no para de preguntarles.
Fuente de la imagen, Nicole Kolster/BBC Mundo
Fuente de la imagen, Nicole Kolster/BBC Mundo
El número de localizador con el que la familia rastreaba frecuentemente la ubicación de Francisco dejó de arrojar datos. “Ese mismo día, -el sábado- a las 2 de la tarde, lo busqué y decía: número de busca 0”.
“No es porque soy su mamá, es una persona que no tiene antecedentes penales, ni aquí en su país ni allá en Estados Unidos”.
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