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Lamine Dampha y Oumar Kujabi, con 18 años recién cumplidos, llegaron a El Prat el 12 de marzo procedentes de Canarias. El pasado sábado La Vanguardia explicó la historia de estos dos jóvenes que habían permanecido casi dos años en un centro de menores tras una arriesgada travesía en patera procedentes de Gambia. Aterrizaron en el aeropuerto acompañados por una educadora que tomó el vuelo de vuelta, dejándolos solos y con la única indicación que fueran a la iglesia de Santa Anna. Allí aparecieron asustados y convencidos de que acabarían durmiendo en la calle. La parroquia que define la situación de “tráfico legal de personas” les da asistencia y cobijo a la espera de resolver su situación porque se les envió a Barcelona sin documentación.