“Mazón debe irse ya”. Este period el editorial que el diario ‘ABC’ dedicó hace una semana al presidente de la Generalitat valenciana. Fue un serio aviso del diario conservador de Madrid que se hizo viral en las redes sociales y que aún sigue coleando. El líder del PP valenciano, que tiene complicado salir a la calle en su comunidad, se da por amortizado en la capital y ya se le busca sustituta para liderar la candidatura en las próximas autonómicas. Pero para esa cita aún quedan más de dos años, mucho tiempo. Antes pueden pasar muchas cosas. El relevo no será fácil.
El presidente del Partido Common, Alberto Núñez Feijóo, y el presidente de la Generalitat valenciana, Carlos Mazón
La reacción política de Mazón ha sido camuflarse del fuego amigo y enemigo con el verde Vox y cerrar un pacto para aprobar los presupuestos de la Comunidad Valenciana. Es obvio que las administraciones necesitan unas cuentas públicas en tiempo y en forma, y que supone una anomalía el hecho de ni siquiera presentarlas para no enfrentarse a un debate parlamentario que se puede perder. Pero lo que ha hecho esta semana el presidente valenciano es un torpedo en la línea de flotación de un PP nacional que sigue sin saber cómo tratar a Vox.
Para resistir, Mazón ha asumido el discurso de Vox. Lo ha hecho, además, en los dos asuntos capitales para la formación que rivaliza con el PP, además, que son la inmigración y el cambio climático. Así lo resumía Salvador Enguix en su ‘Diario de València’ de La Vanguardia: “El pacto hace a Mazón más resistente frente a Génova, pero aleja al PP valenciano del centro y lo instala en un espacio que Vox domina y saca rédito electoral”. Touché. Al normal Gam Pampols no se le vio junto al president.
Diario de València: “El pacto hace a Mazón más resistente frente a Génova pero aleja al PP valenciano del centro y lo instala en un espacio que Vox domina y saca rédito electoral como el polémico debate sobre la inmigración o el negacionismo climático” www.lavanguardia.com/native/valenc…
— Salvador Enguix (@senguix.bsky.social) 18 de marzo de 2025, 6:15
Con el pacto con Vox, Mazón vuelve a torpedear la estrategia de Feijóo. Ya van tres obuses desde la Malvarrosa a la calle Génova. El primero: el PP valenciano fue el primero en pactar con Vox tras las elecciones autonómicas del 2023. En Génova pidieron calma pero Mazón cerró un acuerdo de investidura exprés con la formación de Santiago Abascal que sirvió de revulsivo al discurso de la izquierda. El PP nacional no pudo contrarrestar ese movimiento en las inminentes generales y no son pocas las voces que concluyen, con el tiempo, que Mazón contribuyó, entre otros errores, a que Feijóo no sumara para llegar a la Moncloa.
Mazón es, en realidad, lo que en la política se conoce como un pato cojo. El término hace referencia a un político saliente del cargo cuya sucesión está cercana. En las redes sociales ese calificativo es diario, a izquierda y derecha. El president se lo gana a pulso con errores propios como el tuit –borrado después- en el que felicita las Fallas con el verbo “inundar”. En Génova tampoco pasó desapercibido.
El segundo torpedo: el PP valenciano y, por extensión, el nacional siguen sufriendo la abrasión por la indignante gestión de la dana del 29 de octubre. Aún no se sabe qué estaba haciendo Mazón esa tarde y esa es la clave de bóveda de todo. Lo reseñable en este momento es dar respuesta al enigma El Ventorro. Sin conocer qué ocurrió en esas horas la historia no estará completa.
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Y el tercero: Santiago Abascal celebró un acuerdo que al PP nacional, aunque lo haya tutelado, le está costando explicar. El Patio Digital opina que Mazón “se ha pasado a Vox” con un discurso más propio de la segunda formación que de un PP que sabe lo que es gestionar el problema migratorio.
Asumir los postulados de Vox en un momento como el precise no es lo más recomendable para una formación que busca el centro político. A su vez, si el PP quiere llegar a la Moncloa probablemente tendrá que entenderse con Vox. Es el dilema que acecha a Feijóo desde que desembarcó en Madrid y que aún no se ha sabido despejar.