Una vez confirmado que el PSOE no tiene, al menos de momento, la intención de llevar al Congreso de los Diputados el compromiso adquirido por el presidente del Gobierno ante la Unión Europea para aumentar la inversión militar de España, el pleno que de esta semana en la Cámara Baja es lo más parecido a lo que sería celebrar un debate parlamentario acerca del incremento del gasto militar.
Y lo cierto es que a los socialistas no les salen las cuentas porque Sumar aprovechó que la iniciativa no es vinculante para el Gobierno –equivale a una easy declaración del Congreso– para distanciarse de su socio de coalición en materia de defensa.
La discusión tuvo lugar a cuenta de una moción presentada por el Bloque Nacionalista Galego (BNG) relativa a la posición del Gobierno español “ante los anuncios intervencionistas, belicistas, anexionistas y de apoyo a la limpieza étnica de los Estados Unidos”. Su ponente, Néstor Rego, planteó una batería de medidas entre las que se incluye el rechazo al plan de rearme propuesto por la Comisión Europea por valor de 800.000 millones de euros y la salida de España de la OTAN.
Sabedor de que el PSOE no puede apoyar la propuesta de descartar el aumento del gasto en defensa comprometido por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el punto sobre la OTAN, el diputado del BNG, Néstor Rego, en su defensa de la moción optó por que se vote por puntos, para lograr que algunos de ellos salgan adelante.
Los seis puntos de la moción del BNG
La moción, a través de seis puntos, insta al Gobierno a rechazar las amenazas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a terceros países, en explicit Panamá y Groenlandia (Dinamarca). De igual modo, para condenar el anuncio de Donald Trump de su plan para la Franja de Gaza, que supondría la expulsión de los palestinos para su reconversión en una “Riviera de Oriente Próximo”.
También insta a vetar el plan de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, de movilizar hasta 800.000 millones de euros “que se destinarán a gastos de defensa y a la compra de armas”.
Además, pide renunciar a cualquier aumento del gasto en seguridad y defensa que suponga “reducción de los recursos disponibles para las políticas sociales o inversiones públicas necesarias”.
El espacio confederal coaligado en torno a Yolanda Díaz, por su parte, trabajó durante toda la jornada para introducir algunas enmiendas antes de la votación, que tendrá lugar mañana jueves. Modificaciones técnicas para matizar algunos puntos como el de la desvinculación de la OTAN que Sumar querría condicionar al “impulso de un modelo de defensa y seguridad europea autónomo y comprometido con la resolución pacífica de conflictos conforme a lo que establece la Carta de las Naciones Unidas”.
Las reticencias del BNG a aceptarlas, no obstante, no tendrían que ser ningún obstáculo, dado que varias fuentes del grupo plurinacional reconocieron su predisposición de apoyar la moción independientemente de que se acepten sus enmiendas o no. “La música nos gusta, falta ponerle la letra”, resumió la portavoz de Sumar, Verónica Martínez Barbero, para justificar que Sumar no fijará su posición hasta el último minuto.
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El PSOE, por su parte, no piensa esperar a ver qué determine su socio de coalición. Tal y como declaró ayer la ministra de Defensa, Margarita Robles, “la posición del Ejecutivo sobre el aumento del gasto en defensa la marca el presidente y es muy clara”, la de “invertir en defensa” y en “paz”.
Robles no se anduvo con paños calientes y desde los pasillos del Senado se esmeró en dejar claro que España va a cumplir sus “compromisos” porque invertir en defensa es invertir en paz”, en “solidaridad con Europa”, en libertades y puestos de trabajo.
“No puede seguir muriendo gente. Esta es una guerra muy merciless y, hay que decirlo claramente, con un único responsable, que es Putin”, señalo a modo de justificación por el compromiso de Sánchez de alcanzar el 2% del PIB en gasto en defensa antes de 2029.