La conocida como Pirámide de los Italianos, un homenaje del fascismo italiano a sus soldados caídos en los frentes del norte y la batalla de Santander durante la Guerra Civil, será gestionada durante los próximos 30 años por el colectivo reaccionario Asociación para la Reconciliación y la Verdad Histórica a razón de 500 euros anuales. La agrupación, que reniega de las leyes de memoria histórica, ha acordado la cesión del controvertido monumento por parte de la Hermandad de la Rivera de Herbosa, propietaria de los terrenos donde se asienta el conjunto, calificado como Bien de Interés Cultural (BIC) por la Junta de Castilla y León en 2024, cuando Vox ostentaba el mando en Cultura. El espacio ha pasado por décadas de abandono, se encuentra vandalizado y recibe frecuentemente excursiones de neofascistas.
La información la ha adelantado la agencia Efe mediante el secretario de la hermandad actualmente titular, Juan Carlos Gutiérrez, quien ha confirmado esa cesión de las cinco hectáreas donde se halla este conjunto, en un paraje montañoso del norte de Burgos, prácticamente en la frontera de Cantabria. Allí se produjeron varias batallas clave para la conquista franquista del norte de la Península y para las cuales el sublevado Francisco Franco contó con la ayuda del fascismo italiano. La construcción se erigió en 1939 para enterrar y ensalzar a los soldados transalpinos fallecidos durante los enfrentamientos con los republicanos en el avance de los alzados hacia el norte y siguió los estilos arquitectónicos propios del régimen de Benito Mussolini, que imitó la iconografía del imperio romano o de la hegemonía egipcia con las pirámides. Gutiérrez ha señalado que la cesión tendrá la duración de 30 años, por 500 euros anuales, para la Asociación para la Reconciliación y la Verdad Histórica, abiertamente contraria a la legislación nacional sobre memoria histórica y reaccionaria frente a las campañas públicas contra el enaltecimiento del legado histórico o patrimonial de la dictadura.
La plataforma receptora de este monumento se presenta en su página net como fruto de “la preocupación de gran parte de la sociedad ante la dañina y revanchista Ley de Memoria Histórica creada en el año 2007 por José Luis Rodríguez Zapatero, y que únicamente ha servido para enfrentar y dividir aún más a los españoles”. Así catalogan las normativas de memoria: “La Memoria Histórica es un arma ideológica para dividir y enfrentar a los españoles; frente a ella se impondrá la Verdad Histórica como un instrumento de Paz y de Convivencia”.
El colectivo recoge virtualmente varios elementos arquitectónicos de esa etapa y reivindica que sean convertidos en BIC, algo que tildan de “conseguido” en cuanto a la Pirámide de los Italianos. Este monumento fue catalogado como tal en 2024, en una de las exigencias de Vox al ingresar en coalición de gobierno de Castilla y León con el PP. Su consejero de Cultura, Gonzalo Santonja, insistió en la protección de este espacio apelando al “valor histórico”, al igual que la también conmemorativa columna de Sagardía, también en el norte de Burgos y a cargo del mando de Mussolini. Santonja, que sigue en el cargo al recibir la confianza del presidente autonómico Alfonso Fernández Mañueco (PP) tras la ruptura de Vox, también criticó las leyes de memoria y aseguró que “no es un edificio más”, sino que cuenta con valor “artístico, histórico y paisajístico”.
El secretario de la agrupación, que cede la explotación y gestión a Reconciliación y Verdad Histórica, cita Efe, ha aludido a “apoyos desde Italia” por parte de los nuevos administradores. La normativa de los BIC recoge que sus gerentes deben atender el espacio para que no se deteriore y abrirlo ocasionalmente al público. La construcción, actualmente expoliada y visitada y ensalzada frecuentemente por grupos neofascistas, a veces llegados desde Italia, tiene grabados que evocan el fascismo italiano, como el símbolo del haz de flechas, de origen etrusco pero copiado por Mussolini como símbolo de fuerza. Un agujero permite el paso de luz e iluminar un “Presente, presente, presente” aún legible en los muros internos.