Las redes sociales se han transformado en un lugar de entretenimiento, pero también de reunión para millones de adolescentes en el mundo. La mayoría de los jóvenes tiene al menos una cuenta en plataformas como TikTok o Instagram, lo que hace que muchos cultiven y mantengan amistades en línea. Este tipo de lazos son cruciales en este periodo, ya que existe un cambio de figuras de referencia de los padres hacia los pares. A la larga, sin embargo, el uso constante de estas plataformas como mediadores en la interacción aumenta el riesgo de que los chicos y chicas padezcan estrés digital, ya que estas plataformas los obligan a estar disponibles de manera constante con sus compañeros.
Un nuevo estudio publicado hoy martes en la revista Frontiers in Digital Health detectó que los sentimientos de tristeza, enfado o frustración pueden surgir cuando los adolescentes descubren que sus cercanos no están disponibles, lo que puede fomentar los conflictos y malos entendidos. La autora principal e investigadora de la Universidad de Padua (Italia), Federica Angelini junto a sus colegas realizaron una encuesta a más 1.185 adolescentes italianos entre 13 y 18 años a través de subescalas que midieron el grado de conflicto y el comportamiento frente al rechazo en dos fases con seis meses de diferencia.
“La decepción por las expectativas no satisfechas en las redes sociales es un predictor más fuerte de los conflictos de amistad que la presión de estar constantemente disponible”, explica Angelini en un comunicado. Así, el sentimiento de pesar causado por un desengaño se convirtió en el aspecto que tiene más probabilidades de provocar peleas entre los jóvenes.
Los investigadores descubrieron que las imágenes y los vídeos publicados en las plataformas sociales pueden desempeñar un papel especialmente importante en la forma en que el uso de las redes sociales puede provocar peleas. Para Jesús Conde, catedrático de la Facultad de Ciencias de la Educación en la Universidad de Sevilla, en la adolescencia la aceptación social es clave para el desarrollo de las personas.
“El uso de las redes sociales como elemento mediador entre los adolescentes ha hecho que se trasladen a estos escenarios digitales aspectos vinculados a esta búsqueda de aceptación. Esto ha posibilitado que se potencien algunos aspectos negativos”, añade este experto que no participó del estudio.
Los efectos del uso de las redes sociales y el estrés digital durante la adolescencia, sin embargo, no se han investigado con profundidad. Un análisis anterior de Nature Communications alertó en 2022 que los adolescentes que más utilizan las redes, son los más vulnerables a sus consecuencias negativas y los que más riesgo corren de perder bienestar social y satisfacción very important. Otro estudio de Journal of adolescent well being encontró una asociación entre el estrés digital de los adolescentes y los síntomas depresivos. Estos análisis se ha centrado específicamente en los conflictos entre amigos en las redes sociales a través del tiempo.
Por otro lado, el estudio señala que si los adolescentes perciben que sus amigos están activos en línea o pasan tiempo con otras personas mientras ignoran sus mensajes, pueden sentirse excluidos o incluso celosos. “Esta mayor conciencia puede intensificar las emociones negativas y contribuir a la tensión en las amistades”, agrega la experta. Los científicos sostienen que si bien las mujeres pueden tener mayores expectativas de disponibilidad, la dinámica relacional entre los varones se caracteriza por “una mayor aceptación a mantener un estilo de comunicación más asincrónico, permitiendo respuestas retrasadas”.
“Toca seguir investigando sobre el fenómeno y paralelamente desde la educación hay que formar a los adolescentes para un uso de las redes sociales más sano y positivo”, opina Conde.
¿Cómo evitar el estrés digital?
Los jóvenes están conectados porque Instagram, TikTok, YouTube o X se han convertido en el espacio essential y por qué no decirlo, de moda. Identificar los factores estresantes clave, por ejemplo, el contenido visible y las expectativas de disponibilidad, y comprender la dinámica de las interacciones en línea entre amigos puede ayudar a los educadores, padres y tutores legales a desarrollar hábitos más saludables.
Uno de esos hábitos para los adolescentes podría ser establecer límites, por ejemplo, programar horarios sin conexión o administrar las notificaciones. Cuando se hace en una conversación con amigos, sostienen los autores del análisis, esto también puede ayudar a reducir los malentendidos.