Un Tesla de coloration rojo: la firma automovilística de Elon Musk ha vivido este lunes una pesadilla en el parquet bursátil, con pérdidas en la apertura de más del 8%. No parece que estamos ante un bajón ocasional. Desde la elección de Donald Trump en noviembre, su capitalización bursátil se ha reducido a la mitad.
Los analistas que apostaban por la posibilidad de que la empresa de coches eléctricos se beneficiaría de las conexiones entre su fundador y el magnate republicano en la Casa Blanca se están llevando una decepción. Entre la ralentización del consumo en China, el aumento de la competencia y un posible boicot en Europa, la empresa está descarrilando.
Las tecnológicas habían subido tal vez en exceso con la IA: ahora se están reconduciendo
Pero no sólo hay que descontar el efecto arrastre y el contagio que produce al resto de tecnológicas. Empieza a haber cierto temor de que la economía de Estados Unidos podría estar peor de lo que se piensa y que no hay que descartar incluso una posible recesión.
De hecho, el Dow Jones abrió la tarde con un recorte de más de 450 puntos, superior al 1%. El índice más representativo, el SP500, ya cotizaba en mínimos de cinco meses. En Europa, por la mañana, también el primer día de la semana no había acabado bien, con caídas generalizadas en las plazas europeas. ¿Son reales los temores de una recesión en EE.UU.?
El Producto Inside Bruto (PIB) de Estados Unidos creció un 2,3% en el último trimestre de 2024, lo que refleja una desaceleración respecto al trimestre anterior, pero sigue siendo sólido. La tasa de paro ha repuntado a más del 4%, lo que representa un nivel aún históricamente bajo.
El mayor temor es lo que puede ocurrir a causa del efecto de los aranceles y la guerra comercial, que suelen provocar un aumento de la inflación y un encarecimiento de costes. El mismo Donald Trump reconoció que próximamente la economía de EE.UU. puede entrar en un “período de transición” tras la implementación de estas políticas tarifarias. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, habló de que estaría llegando un “período de desintoxicación” de la economía norteamericana.
Christopher Low, de FHN Monetary, recordaba a Afp que “los aranceles chinos a los productos agrícolas estadounidenses entran en vigor” este lunes, y “además, Mark Carney, designado líder del Partido Liberal en Canadá durante el fin de semana, declaró que mantendría medidas de represalia contra Estados Unidos”.
Warren Buffett hace tiempo que ha optado por salir de la bolsa
Sea como fuera, más de uno se está tomando en serios estos vaticinios. Incluso una vaca sagrada, como Warren Buffett, que en los últimos meses se ha desprendido de muchas acciones y que está sentado en una caja de casi 330.000 millones de dólares. Hay quién cree que el legendario “Oráculo de Omaha” está esperando a una recesión o que, en todo caso, para él el valor de las acciones en relación con el valor de la economía ya es demasiado alto (es el célebre indicador de Buffett).
No hay que olvidar que este 2025 no ha empezado de las mejores maneras para Wall Road. Las bolsas europeas, ante las mayores perspectivas de gasto militar, la posible paz en Ucrania y sus precios más bajos han experimentado un comportamiento mucho mejor que los mercados estadounidenses en lo que va de año. Los principales indicadores de la bolsa de Estados Unidos están en pérdidas anuales, mientras que en Europa las ganancias rondan el 15%.
Las llamadas “siete magníficas”, las empresas más conocidas entre las tecnológicas de EE.UU. están en mala racha después de registrar durante varios años crecimiento de dos dígitos. La competencia de China, los riesgos regulatorios y los precios de sus acciones por las nubes están empezando, por primera vez desde hace mucho tiempo, a agrietar la fortaleza de un sector que hasta ahora parecía invencible.
“Donald Trump no quiere tampoco correr el riesgo de que la bolsa caiga demasiado, porque muchos estadounidenses invierten en acciones”, recuerda Victor Alvargonzález de Nextep Finance. Esto explicaría sus vaivenes erráticos con los aranceles, para no enfadar demasiado a Wall Road. Pero esta volatilidad causa incertidumbre y los inversores este lunes estaban más pesimistas y con ganas de vender.
También hay otra teoría más retorcida, como explicaba el ensayista económica italiano Federico Fubini, según la cual a Donald Trump no le vendría tampoco mal una leve contracción económica, ya que esto autorizaría a la Reserva Federal a bajar los tipos de interés. Y bajar el precio del dinero a una economía con un déficit superior al 6% (con un desajuste que supera la riqueza que produce en un año toda España) y con una deuda pública que viaja en el 120% del PIB es un buen balón de oxígeno. Pero sólo Donald Trump sabe lo que le pasa por la cabeza. O tal vez ni él.