Desde la disaster financiera de 2008, la economía estadounidense ha atravesado períodos de recuperación, inflación y estancamiento, pero pocos momentos han mostrado señales tan alarmantes como las que se están acumulando en 2025. Con consumidores en una situación más precaria de lo que aparentan las cifras oficiales, la combinación de deudas impagables, desplome inmobiliario, disaster agrícola y una ola de despidos masivos podría estar sentando las bases de una recesión histórica.
Pese a los recientes cambios en el gobierno de EE. UU., las raíces del problema son mucho más profundas. La economía sigue dependiendo del consumo interno, pero este se está viendo amenazado por el sobreendeudamiento, el encarecimiento de productos esenciales y la falta de inversión en sectores clave. Salvo que se adopten medidas de emergencia similares a las de la pandemia de 2020, todo apunta a que 2025 podría rivalizar con 2008 como uno de los peores años para la economía estadounidense.
1. Disaster agrícola: cultivos en peligro, precios en alza
El mundo atraviesa un momento crítico en el sector agrícola, y Estados Unidos no es la excepción. En 2024, los agricultores estadounidenses reportaron sus peores beneficios desde 2007, lo que desincentivó nuevas inversiones y redujo la oferta para 2025. El 75% de los agricultores ya consideraban que el sector estaba en recesión el año pasado.
A nivel mundial, los problemas también se acumulan. La Costa de Marfil, el mayor productor de cacao del mundo, tuvo una cosecha desastrosa, lo que anticipa un aumento del 25% en los precios del chocolate en 2025. En Europa, las cosechas fueron las peores en décadas, lo que encarecerá aún más los productos agrícolas.
En EE. UU., un incendio en la fábrica de baterías de Moss Touchdown, California, provocó una disaster sin precedentes. La contaminación llegó a las granjas de Salinas, una región que produce más del 30% de la lechuga del país y el 50% de las fresas, el brócoli y la coliflor. Como resultado, miles de toneladas de productos podrían ser descartadas por contaminación.
2. El colapso del sector inmobiliario comercial
Las secuelas de la pandemia siguen impactando el mercado inmobiliario comercial, con una caída masiva en el valor de las oficinas debido a la preferencia del trabajo remoto. En ciudades como Houston, Baltimore y Washington D.C.,los edificios comerciales han perdido hasta el 57% de su valor. En Minneapolis, una torre de oficinas se vendió a un 91% menos de su precio en 2019.
El problema no es solo para los dueños de oficinas: la reducción en la recaudación de impuestos por estos inmuebles podría trasladarse a los impuestos residenciales. En Nueva York y Florida, las ejecuciones hipotecarias en el sector comercial aumentaron un 48% y 49%, respectivamente.
3. Auge de los impagos de crédito
A medida que la presión económica se intensifica, el endeudamiento de los consumidores está alcanzando niveles insostenibles. En 2024, se declararon impagos por 46.000 millones de dólares en créditos, la cifra más alta desde 2010.
Grandes entidades como Capital One han visto cómo los créditos incobrables alcanzaban el 6% del whole, algo que no ocurría desde la última gran disaster. El problema ya no es exclusivo de los hogares de bajos ingresos: las familias de clase media también están al límite, con un récord de personas haciendo solo pagos mínimos en sus tarjetas de crédito.
4. Automóviles y viviendas: mercados en declive
El mercado del automovil también enfrenta una disaster silenciosa. En 2024, el 22% de los intercambios de coches se realizaron con una pérdida de más de 10.000 dólares. Marcas como Kia, Jeep y Tesla han sido las más afectadas.
El mercado de viviendas, clave en la economía de EE. UU., muestra señales preocupantes de agotamiento. A finales de 2024, el 55% de las casas en venta llevaba más de 60 días sin comprador, un aumento del 50% respecto al año anterior. Pese a esta falta de demanda, los precios subieron un 3,6% interanual, una señal de burbuja inmobiliaria en formación.
5. El estallido de la burbuja de la inteligencia synthetic
Las grandes tecnológicas han apostado miles de millones en la inteligencia synthetic, pero el sector podría estar sobrevalorado. En enero de 2025, el lanzamiento de un rival chino llamado Deep Search provocó un colapso en la bolsa: las principales empresas tecnológicas perdieron 969.000 millones de dólares en un solo día.
La rápida recuperación de las acciones no oculta la realidad: si la IA no logra justificar estas inversiones masivas, toda la industria podría colapsar, arrastrando consigo a much de empleos y sectores dependientes de la tecnología.
6. Quiebras al alza y escasez de materiales clave
Las quiebras han aumentado drásticamente en 2025. El número de solicitudes de bancarrota semanales ha pasado de 7.338 en 2024 a 9.175 este año. Más preocupante aún es el aumento de quiebras bajo el Capítulo 7, lo que indica que más empresas están liquidando activos en lugar de intentar reestructurarse.
Por otro lado, EE. UU. enfrenta graves problemas de suministro de materiales esenciales. La madera ha subido un 17,2% en 2024, y se espera que siga encareciéndose en 2025. Además, la minería enfrenta un déficit de trabajadores: casi el 50% de los mineros actuales se jubilará antes de 2029, lo que afectará la producción de minerales esenciales como el antimonio, clave para la tecnología de comunicaciones.
7. Despidos masivos: una economía en disaster
Las grandes corporaciones han comenzado a recortar empleo de forma agresiva:
- Meta: 3.600 despidos
- Amazon: 12.000 despidos
- Boeing: 17.000 despidos
- Citi: 20.000 despidos
En whole, el sector tecnológico ha despedido a 95.000 personas en el último año. La combinación de despidos masivos con un consumidor endeudado y mercados en disaster es una receta clásica para una recesión profunda.
Una tormenta económica en ciernes
A pesar del optimismo de algunos analistas, los datos sugieren que EE. UU. se enfrenta a una disaster de múltiples frentes. Los consumidores están sobreendeudados, la agricultura y la industria sufren, el inmobiliario se tambalea y los despidos aumentan.
Si la historia sirve de referencia, sin una respuesta agresiva y rápida, 2025 podría convertirse en un año tan problemático como 2008.