Danna Mina y Luisa Riascos le apuestan a transformar la pequeña localidad colombiana de Juanchaco, un pueblo del municipio de Buenaventura en el Pacífico colombiano, a través de talleres de periodismo para que utilicen su voz a favor de la paz y la prevención de la violencia en este territorio.
Estas dos mujeres, entrevistadas por la Voz de América, cuentan cómo, en medio de este proceso a través de la Fundación Hüaitoto, han creado iniciativas con enfoque de paz, permitiéndoles a un puñado de niños, niñas y adolescentes tomar la vocería de sus comunidades.
Creada en 2021, la fundación adoptó el nombre del apellido de la abuela materna de Luisa, Visitación Victoria Hüaitoto, una mujer de este pueblo afro anclado en el Pacífico, y a quien se le conoce por su rol de poder, unidad y desarrollo comunitario.
“Mi abuela fue de las primeras familias en llegar y formar esta comunidad, entonces Hüaitoto busca ser puente entre los saberes ancestrales y la juventud y, por supuesto, llevar ese legado de las mujeres, que son quienes al closing están tejiendo territorio y colocando sus cuerpos en lugares donde hay conflictos”, cuenta Luisa a la VOA.
Luisa, que ha creído plenamente en la construcción colectiva y en el cambio social de su territorio, conoció a Danna en el proceso de cimentación de su proyecto, y desde entonces se han convertido en un par de aliadas.
“Danna fue la primera persona que creyó con todo su corazón en Hüaitoto. Desde entonces, se convirtió en la todera de la fundación y en una persona que aporta mucho en el sentido de cómo comunicamos desde el territorio de una forma wise con la comunidad, la juventud y las mujeres”, expone Luisa.
Por su parte, Danna rememora que “ver a estos jóvenes empoderarse de sus territorios, que empiecen a hablar en público con naturalidad, nos llena mucho porque sabemos que, en cualquier momento, esto que estamos haciendo desde Hüaitoto ellos lo van a replicar en otros entornos”.
El proyecto, relatan ellas, ha logrado que los jóvenes de Juanchaco se conviertan en una esperanza de paz para esta población que se encuentra en una de las regiones más afectadas por la violencia, la pobreza, las economías ilegales y la escasa presencia institucional y estatal.
“Siempre apoyarse en mujeres que tengan esta misma inspiración de transformar y ayudar es muy importante. Entonces, nosotras tuvimos un sueño y nos apoyamos en nosotras mismas, y así lo vamos logrando. Pero siempre con constancia, en el camino se van a unir muchas más personas, y ser siempre esta guía para alguien es lo mejor”, cuenta Danna, coordinadora de comunicación en la Fundación Hüaitoto.
“Muchas veces creemos que se necesita mucho para construir paz, pero muchas veces lo único que se necesita es una mano y un abrazo. Que los jóvenes tengan en cada integrante del equipo y en Danna un apoyo, eso es una construcción de paz”, agrega Luisa.
Juntas han logrado consolidar esta escuela de comunicación, donde el grupo de jóvenes afro ha creado sus propias narrativas, resignificándolas con su voz a favor de la paz.
“Tomar todas estas vivencias de su comunidad y volverlas transformadoras, resignificar todo aquello malo que los rodea, respetando su cultura, ha sido una de las cosas que nos ha hecho crear confianza y lazos con estos jóvenes”, destaca Danna.
Por eso, con sus manos llenas de amor, entrega y dedicación, esperan seguir transformando a este grupo de jóvenes para que se sigan apropiando del liderazgo comunitario de este pueblo costero, al que año a año llegan las ballenas jorobadas a reproducirse en un viaje de alrededor de 17.000 kilómetros desde la Antártica hasta el Pacífico colombiano.
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