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América Latina es la tierra más violenta para las mujeres. En un continente atravesado por la pobreza y la desigualdad, donde la representación paritaria efectiva en los órganos de poder oficiales y corporativos es prácticamente nula, la población femenina sufre unas tasas de violencia inimaginables en otros territorios. La escasa fiabilidad de las contabilizaciones nacionales impide dar cifras exactas sobre esta lacra, pero hay pocas dudas de que deben de estar muy por encima de las 4.000 muertes al año que calculan algunos organismos. Es la punta de lanza de un fenómeno que hunde sus raíces en una discriminación sistemática, tanto laboral como doméstica, y que deriva en una geometría donde el mayor sufrimiento cae siempre del mismo lado.
En este entorno tan hostil, la lucha feminista adquiere un valor superior. El de un movimiento que se enfrenta a obstáculos enormes y cuyos símbolos se cargan, por esa misma dificultad, de un sentido histórico. Así ocurre con el 8-M, un día para el recuerdo y la reivindicación.
Desde EL PAÍS en América siempre nos hemos sentido unidos a esa corriente. Ejemplo de ello es esta misma newsletter, Americanas, convertida, gracias al incansable trabajo de sus editoras, en un punto de referencia continental del feminismo. Un espacio donde tienen cabida la conversación y la denuncia, la primera persona y la pluralidad.
En este periódico, la complejidad es uno de nuestros retos preferidos. Explicarla, descomponerla, tornarla transparente supone una tarea diaria que realizamos evitando tanto la equidistancia como la complacencia. Es el trabajo de toda una redacción que pone en el 8-M un foco especial y lo transforma en un objetivo en el que participan todos sus componentes, independientemente del género. Eso hicimos este sábado pasado y el resultado nos situó donde queremos estar: en la lucha por la igualdad y junto a nuestros lectores y lectoras.
Decir que la jornada transcurrió con normalidad es faltar al sentido común. No puede haberla cuando cientos de miles de mujeres a lo largo de un continente salieron a la calle a recordar lo que está ocurriendo. No son tiempos fáciles para el feminismo. La ultraderecha ocupa cada vez mayores espacios, y figuras como Donald Trump y Javier Milei han puesto en marcha la maquinaria de la demolición. En los próximos meses, veremos caer muchos logros alcanzados. Frente a ello, queda la resistencia y el combate cívico. En uno de nuestros reportajes, se mencionaba el caso de Karla, una maestra de 21 años, que en la gran manifestación de Ciudad de México enarbolaba un cartel que decía: “La maestra luchando también está enseñando”. Una thought que, cambiando lo que haya que cambiar, bien vale para que cada uno desde su trinchera se enfrente al futuro que se viene encima.
Con esos nubarrones de fondo, todos sabemos que la reivindicación no se agota con la jornada conmemorativa. Se trata de un esfuerzo continuado, diario, que requerirá décadas de esfuerzos. En ese camino, EL PAÍS América estará siempre. Entretanto y para tomar fuerzas ante la tormenta, aquí va un resumen de nuestra cobertura del 8-M.
Estos son nuestros destacados de la semana:
La lucha de las latinoamericanas es más urgente que nunca ante los retrocesos del continente. Estas ocho mujeres protagonizan la resistencia: protegen sus derechos amenazados y pelean por los que aún no han logrado conquistar.
Argentina encabeza las movilizaciones en la región para frenar la agenda reaccionaria de Milei y la guerra cultural emprendida por Trump y Musk.

Una multitud verde y morada toma las calles de la capital y de otras ciudades del país, en rechazo a la violencia machista y con mensajes hacia el oficialismo: “Esperemos que Sheinbaum nos apoye, como mujer”.

Los lugares que hoy ocupan, las libertades y derechos adquiridos, y la lucha por lo aún no logrado, derivan de una misma cosa: la voz de las mujeres. Con las de expertas y de ciudadanas anónimas, EL PAÍS reconstruye una historia del cambio social.

Somos testigos de cómo los derechos de las mujeres se ven amenazados a nivel mundial. Ciertos consensos que habíamos alcanzado parecen ponerse en duda. Hay liderazgos que, en vez de querer avanzar en materia de equidad de género, parece que quieren retroceder.

Creo firmemente en que el cambio es con nosotras y que cada vez somos más mujeres abriéndole camino a otras, tejiendo redes para sostener y sostenernos, y alzando nuestras voces para hacernos escuchar.

Es basic atender los alcances de los discursos que se oponen a los derechos de las mujeres, tanto en medios como en redes sociales. Y a la vez dimensionar que no responden a los valores que expresan las sociedades

La escritora, una de las feministas más destacadas de Estados Unidos, habla con motivo del 8-M sobre los ataques a la autonomía de las mujeres en Estados Unidos.

El director creativo y autor español presenta el libro ‘Posmacho Alfa’, en el que cuestiona la thought predominante de masculinidad y plantea arquetipos de valor para hombres de otra period.

Siete luchadoras, de todas las generaciones, cuentan sus vivencias arriba y abajo del cuadrilátero: “Aunque supieras luchar o no, te tocaba tu arrastrada. Period de cajón”.
¡Muchas gracias por acompañarnos y hasta el próximo domingo! (Si les han enviado esta publication y quieren suscribirse para recibirlo en su correo, pueden hacerlo aquí).