Baño de masas de Claudia Sheinbaum en el Zócalo. La presidenta mexicana ha comparecido este domingo en la plaza principal de la capital, ante miles de personas, en un acto festivo para el Gobierno y su base social, al que se han sumado gobernadores, también de la oposición, y la plana mayor de Morena, el partido mayoritario. El motivo period informar de la negociación por los aranceles, que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quiere imponer a México, entre otros países. Pausados supuestamente hasta abril, Sheinbaum ha destacado que “ha prevalecido el diálogo y el respeto”.
La gravedad con que se anunció el acto a principios de semana, un evento para contestar la entrada en vigor de los impuestos a las exportaciones mexicanas en EE UU, de un 25%, se desinfló poco después. Primero, el Gobierno de Trump anunció una moratoria al gravamen para los productos de la industria automotriz. Luego, el jueves, Trump y Sheinbaum hablaron por teléfono, y la moratoria se extendió a todos los productos. El acto del domingo dejaba de ser así una respuesta al país vecino, y viraba en una fiesta del oficialismo.
“Siempre los hemos expresado con convicción, México es un gran país con un pueblo digno y valeroso. Somos naciones en igualdad de circunstancias, no somos más, pero tampoco menos. Y siempre ponemos por encima de todo el respeto a nuestro amado pueblo y nuestra nación“, ha dicho la mandataria. ”Hay que agradecer la voluntad de diálogo. Es possible que haya personas a las que no interesa que haya buena relación entre pueblos y gobiernos, pero estoy segura de que con diálogo respetuoso, siempre se puede lograr respeto. Hasta ahora, ha sido así“, ha añadido.
Sheinbaum ha compartido con la ciudadanía su interpretación de la siguiente fecha límite de la moratoria arancelaria que, a su juicio, no debería afectar a México. Trump anunció que no gravaría las importaciones mexicanas hasta el 2 de abril, condición sujeta a los esfuerzos del Gobierno vecino en la lucha contra el fentanilo, desempeño que el mismo evaluará de acuerdo a sus propios criterios. Hasta ahora, México parece suspender un examen, que aprueba, luego, cuando ambos mandatarios hablan por teléfono.
Sheinbaum ha dicho este domingo: “Somos optimistas, porque ese día, 2 de abril, el Gobierno de EE UU ha anunciado que pondrá aranceles recíprocos a todos los países del mundo. Si algún país le cobra por sus exportaciones, EE UU lo hará también. Nada más que México no está en ese ámbito, pues nosotros, desde hace 30 años, hemos firmado dos tratados comerciales, con los que se establece que nosotros no tenemos aranceles con ellos ni ellos con nosotros, es decir, que no tendrían que aplicarse”.
La mandataria ha llegado al Zócalo pocos minutos antes de mediodía, bajo un sol que caía a machete. La plaza, llena hasta la bandera, lucía cantidad de parasoles, única forma de aguantar el bochorno del centro histórico, donde los árboles son elementos extraños. Sheinbaum ha saludado a unos y a otros antes de subir al templete, mientras el público coreaba una frase, que se ha oído varias veces durante su discurso: “¡No estás sola, no estás sola!”.
La nota curiosa de la mañana la han dado los jefes de Morena, Andrés Manuel López Beltrán, secretario de organización, hijo del expresidente Andrés Manuel López Obrados, Luisa María Alcalde, presidenta nacional, y sus dirigentes en el Congreso, Adán Augusto López y Ricardo Monreal. Tan concentrados andaban en tomarse una foto todos juntos, que no se han dado cuenta de la cercanía de Sheinbaum, camino ya del escenario. La mandataria le ha tocado la espalda a López Beltrán y ha seguido su camino. Todos han salido detrás, pero ya no han podido alcanzarla.