Telecinco es hoy una isla. Tras la eliminación de Sálvame , ha sido una isla el refugio de esta cadena ante la competencia y su casi único filón de audiencia. Y por eso ahora Telecinco salta de La isla de las tentaciones , recién despedida, a la isla de Supervivientes , recién estrenada (Telecinco, jueves noche: ¡21% de cuota!).
Conozco a muy pocos de la mayoría de esta veintena de sus concursantes, que pasarán las próximas semanas conviviendo a la intemperie y compitiendo en pruebas físicas y en soportarse los unos a los otros. Sé que estos concursantes se llaman Borja, Bosco, Joshua o Makoke y que por el rozagante aspecto de su piel y sus modélicas pintas se trata de individuos de holgada crianza y sin desgaste físico ni intelectual alguno en los muelles años de su vida, personas que jamás han dado palo al agua –salvo algún karateka de élite– y que imagino disponen de entrada libre e invitaciones en las mejores discotecas del barrio de Salamanca de Madrid y del de Santa Cruz de Sevilla.
El Montoya de “me has reventado por dentro”, ahora filón de Telecinco, salta desde hoy a la isla de ‘Supervivientes’
Y ahora la gran noticia: ¡Montoya a Supervivientes ! Ahora el tal Montoya es el más suculento filón para Telecinco (y para la productora que le tiene en sus establos: Cuarzo). Sí: el concursante Montoya, el mozo de “¡Montoya, por favor!” en labios de Sandra Barneda, el mozo desbocado que desgarra su camisa y corre por la playa chillando “¡me has reventado por dentro!” o que en la hoguera de confrontación ante su novia Anita espeta “¡me has roto como a una regañá!”, el mismo Montoya nos anuncian ahora que hoy domingo saltará de La isla de las tentaciones a la isla de Superviviente s.
La estrategia es muy astuta… si bien alguien deberá en esta isla de Honduras volcarse en sacarle de sus casillas (o ne consolarle como ha sabido hacer Sandra Barneda), o la apuesta no tendrá mayor gracia.
Por si acaso, los productores envían también a esta isla a Terelu Campos, de la aristocracia de los platós, para gusto del público de toda la vida y para que ella arramble unos dineritos. Al igual que su hija Alejandra, contratada para comentar la aventura de su mamá desde el plató, como tercera generación ya de una saga que fundó hace cuarenta años María Teresa Campos, aquella periodista. La televisión es un feudalismo de aristocracias e islas del que un día se dibujarán árboles genealógicos y blasones historiados. – @amelanovela