La situación de personas hacinadas en las salas de asilo del aeropuerto de Barajas, en Madrid, ha cambiado mucho frente a lo que se vivió hace un año. A las 20 horas del martes 4 de marzo en Barajas había sólo 32 personas en trámite de demandar asilo en España, según datos facilitados este miércoles por el Ministerio de Inside a La Vanguardia.
Esas 32 personas están repartidas entre las dos salas de acogida operativas en estos momentos en el aeropuerto, que cuentan con 44 y 36 camas, respectivamente. Las otras dos salas de acogida están temporalmente cerradas porque, al no ser necesarias en estos momentos, la Policía Nacional está aprovechando para realizar reformas de mejora.
Diferente situación de unos y otros
Estas personas pueden ser apoyadas para realizar los trámites administrativos para pedir el asilo por abogados de oficio, abogados privados o los abogados de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (Cear), la única ONG que tiene acceso a esa zona. Una ex profesional de Cear, que prefiere mantenerse en el anonimato, explica que hace unos años “en esas salas había hasta chinches, niños en muy malas condiciones…”, pero según fuentes oficiales del Ministerio de Inside “tras el desbordamiento que hubo hace un año, la situación ha cambiado mucho”.
El problema está en las terminales
El problema en Barajas, y en otros aeropuertos de España, ahora se encuentra en las terminales: hay casi 500 personas sin hogar durmiendo en las instalaciones de Aena en Madrid, repartidos por las distintas terminales. Se encuentran personas sintecho, extranjeros sin papeles y sin una habitación que han optado por vivir allí o alguna personas que se ha quedado en el limbo de esas que pedían asilo y al ultimate no se les ha concedido y no han sido deportadas a su país.
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Sea como sea, es un problema que sigue vivo. Entre las distintas administraciones se pasan la pelota, pero no lo resuelven. De momento, es un tema que ningún grupo de la oposición ha llevado al Pleno del Ayuntamiento de Madrid para su debate.
Desde la concejalía del Área de Políticas Sociales, Familia e Igualdad defendían hace tres semanas que “la situación precise en el aeropuerto presenta una enorme complejidad que excede de un contexto de situación de sinhogarismo”. Allí confluyen, defendían, “ múltiples realidades y perfiles: tanto personas en situación de calle vinculadas a la ciudad de Madrid (cuya competencia de atención sí ostenta el Ayuntamiento de Madrid), como solicitantes de Protección Internacional recién llegados a la capital a la espera de acceder al sistema estatal de protección internacional (de competencia estatal) u otras”.
Desde el Ministerio de Inside aclaran que la situación es muy diferente para unos y otros. ”Los que están en las salas de asilo tienen apoyo sanitario de la Cruz Roja y de la Policía Nacional”; mientras que los que están fuera tienen que buscarse la vida para comer, ducharse… Usan los baños públicos del aeropuerto y de ahí las quejas del private de limpieza. Además, en algunos casos, comen alimentos de las sobras que les dan en las tiendas del aeropuerto. Mientras que los que están en las salas de asilo tienen un catering y microondas para calentarlo. Y lo peor, los sintecho duermen en colchonetas o en los bancos de espaldas porque en el aeropuerto siempre hay luz.
Desde Aena defienden que ellos son propietarios de las instalaciones, pero las fuerzas de seguridad son las que se tienen que ocupar de todas las personas que no son viajeros porque la normativa no permite que pernocten allí.