“Estaba en mi coche, atravesando Kiev, cuando empezó a sonar una sirena aérea. Tenía unos 20 minutos para encontrar refugio, pero la ciudad estaba completamente atascada: cuatro carriles de coches parados. Period la primera vez que Rusia lanzaba misiles balísticos para matarnos. En solo cinco minutos, todo a mi alrededor empezó a explotar. La gente entró en pánico y abandonó sus vehículos para ponerse a salvo”. Así describe Serhii Zatsarynin, de 36 años, un momento clave en su vida. Sentado al volante, paralizado, viendo los fogonazos en el cielo y el fuego en los edificios, se dio cuenta de que podía morir en cualquier momento. Su forma de procesar esa experiencia trascendental fue lanzarse poco después del bombardeo a montar su propia empresa. Así nació Ovul, una startup que ha desarrollado un rastreador hormonal a partir de muestras de saliva que analiza la salud reproductiva de las mujeres.
La concept de Zatsarynin está funcionando. Ovul ha ganado premios, como el Generation H de SET University, y conseguido financiación para seguir creciendo, algo que tiene especial valor habiendo sido gestada en plena guerra. La joven empresa de este ingeniero aeroespacial no es la única que ha logrado abrirse camino en un contexto tan adverso. EL PAÍS ha podido hablar con emprendedores tecnológicos ucranios que están sacando adelante proyectos prometedores centrados en dos áreas muy concretas: la salud psychological y reproductiva, dos cuestiones, según cuentan los propios protagonistas, especialmente importantes en contextos bélicos.
Salud reproductiva en plena guerra
La concept de Ovul se le ocurrió en 2022, antes del bombardeo que le sirvió de catarsis, mientras él y su mujer trataban de concebir a su tercer hijo. Cuando Rusia empezó la invasión, Zatsarynin se volcó en ayudar a los refugiados de su ciudad natal, Járkov, que acabaría arrasada (le duele eso, aunque cube no tener derecho a quejarse porque no perdió a ningún acquainted directo). Entonces trabajaba en Siemens Heathcare, proveedora de maquinaria médica de alta tecnología. “La empresa, a la que le estaré eternamente agradecido, donó equipos de diagnóstico críticos en medio de la guerra, como analizadores de gases en sangre, aparatos de ultrasonidos y arcos en C para cirugías que salvaron vidas”.
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Cuando meses más tarde esquivó la muerte en Kiev, decidió que quería aportar algo más que instalar maquinaria ajena. “La salud reproductiva es increíblemente relevante en un contexto de guerra. Los niveles de estrés son tan altos que repercuten significativamente en la fertilidad, por lo que el diagnóstico es essential para cualquier familia que intente concebir”, explica. Una encuesta piloto realizada entre 100 usuarias de Ovul, un dispositivo del tamaño de un huevo con un lector de saliva dentro, arrojó problemas generalizados entre las ucranias, como ciclos irregulares y desequilibrios hormonales. “Solo unas pocas usuarias mantenían ciclos regulares y niveles hormonales adecuados”, asegura Zatsarynin.
La ciencia detrás de su proyecto se remonta a 1945. Ese año se descubrió que la saliva seca forma distintos patrones, parecidos a los helechos, cuando los niveles de estrógeno son altos, lo que indica la ventana fértil y la ovulación. “Aunque esto podía observarse con un microscopio, el reto consistía en interpretar estos patrones con precisión. Ahí es donde entra en juego la inteligencia synthetic (IA)”, cuenta Zatsarynin. “Hemos entrenado a nuestra IA para ayudar a reconocer esos patrones, haciendo que el seguimiento de la ovulación sea tan sencillo como colocar una gota de saliva en el dispositivo”.
Llegar a producir los lectores de saliva Ovul no fue sencillo. Él lo resume así: “Vives en un entorno en el que la planificación es a supercorto plazo. Cada día te enfrentas a realidades nuevas, como cortes inesperados de la luz o el gasoline, por no hablar del delicado entorno emocional por pérdidas personales de tu equipo”. La logística fue un rompecabezas, pero también lo fue poder contratar a private (precisamente por la impredecibilidad de la situación) y lograr financiación en un momento en el que todos los esfuerzos están puestos en ganar la guerra.
Ihor Rastrepin, de 45 años, también ha lanzado un proyecto en este campo. “Hemos observado cómo el estrés y la incertidumbre relacionados con la guerra han amplificado los problemas de salud reproductiva existentes, haciendo que los sistemas de apoyo sean aún más cruciales. Las interrupciones de servicios y el desplazamiento de private inherentes a la guerra acaban de complicar el panorama”, indica. Este ingeniero de telecomunicaciones ha montado junto a Daryna Chernenko, una médico de 23 años, CareWay, una plataforma digital que presta apoyo a las parejas durante todo el proceso hasta ser padres, desde la planificación del embarazo y los posibles tratamientos de fertilidad hasta el nacimiento. La herramienta combina asistencia private aportada por IA con consejos de especialistas de apoyo procedentes de alguna de las 40 clínicas de 12 ciudades ucranianas con las que colaboran. Acaban de cerrar un acuerdo con el Centro de Medicina Reproductiva y Perinatal de la Ciudad de Kiev, que gestiona unos 1.000 nacimientos anuales, para proveerles con su tecnología.
El reto de la salud psychological
Viacheslav Urdzik y Kateryna Kotenko se conocieron en Kiev el 24 de febrero de 2022 en un programa de SET College, una institución formativa ucrania especializada en emprendimiento tecnológico y científico. Recuerdan bien la fecha porque fue el día en que Rusia inició la invasión a gran escala de Ucrania. El ingeniero y la psicóloga han seguido en contacto desde entonces. Una de sus conversaciones recurrentes period cómo ayudar a sus compatriotas a sobrellevar los efectos de la guerra. En octubre de 2024, Urdzik, de 22 años, lanzó junto a su socia Anna Chorna, de 40 y especialista en advertising y desarrollo de negocio, Mindship, una aplicación dirigida a hacer ejercicios de respiración para reducir los niveles de estrés. Kotenko, psicóloga de formación, es la directora científica del proyecto.
“La guerra significa estrés constante para todo el mundo, y eso lo vemos cada día. Estar centrado es muy difícil”, explica Urdzik. “La demanda de métodos rápidos y sencillos para reducir la ansiedad y el estrés ha crecido mucho. Pero no todas las prácticas son adecuadas para personas en estado de estrés crónico o agotamiento emocional. Algunas técnicas que funcionan bien en circunstancias normales pueden causar aún más malestar”. Su app ofrece ejercicios de respiración personalizados a través de IA. Los algoritmos analizan en segundos los patrones únicos de la respiración del usuario y seleccionan una práctica a medida de acuerdo con la petición y el estado del individuo.
La concept se le ocurrió a Urdzik cuando su novia afrontó un desorden de ansiedad. “Me di cuenta de lo complicado que period gestionar el estrés en momentos críticos sin una herramienta adecuada”, cube. Se puso a pensar en la forma de desarrollar una aplicación que pudiera ayudar a afrontar los picos de estrés. Encontró la respuesta en la respiración. “Es algo que hacemos a cada momento y que afecta a todos los sistemas del cuerpo. Controlando conscientemente tu respiración, puedes impactar a tu sistema nervioso”, señala. “Las prácticas respiratorias han demostrado ser una de las formas más eficaces de controlar el estrés y la ansiedad, aumentar la energía, mejorar la concentración o combatir el insomnio”. En marzo lanzarán su app en la App Retailer y en Google Play.
El Gobierno de Ucrania es consciente de que la salud psychological es un problema capital para su población. En abril de 2023, lanzó la iniciativa ¿Cómo estás? (How Are You?), promocionada por la primera dama, Olena Zelenska, para concienciar sobre la importancia de cuidar la salud psychological en un país en el que existe la posibilidad de que caiga un misil o dron explosivo cerca de casa y en el que, según datos del Gobierno, más del 90% de los ucranios ha experimentado al menos uno de los síntomas de un desorden de ansiedad.