El posible relevo de Carlos Mazón como presidente de la Generalitat Valenciana, muy cuestionado por su gestión de la dana, se presume complicado de ejecutar. El PP valenciano no tiene las mayorías necesarias para efectuar un cambio tranquilo y debe coordinar su hoja de ruta en escenarios muy distintos y no exentos de riego. El circo de la política valenciana se juega en tres pistas simultáneas -Les Corts Valencianes, el Ayuntamiento de València y la tensa relación nacional entre PP y Vox- que obligan a los populares a un ejercicio de funambulismo político donde, en cualquier momento, puede caer a la crimson. Y es que los movimientos que se pueden ejercer para buscar un nuevo inquilino del Palau de la Generalitat depende de la derecha extrema, condescendiente en la Comunidad Valenciana con el president, pero dura y combativa con el PP y Alberto Núñez Feijóo en el panorama nacional.
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Todo ello, mientras en el entorno del mandatario alicantino ya se empieza a asumir (tras meses de una agresiva batalla por el relato y de crítica al Gobierno central), que la situación empieza a ser muy complicada y que el futuro del jefe del Consell es incierto. Así las cosas, las mismas fuentes recuerdan que la potestad de activar determinadas estrategias es del propio Mazón que, a día de hoy, se resiste a tirar la toalla. La situación recuerda, con los matices necesarios, a la que vivió Francisco Camps el verano del año 2011, justo después de ganar las elecciones autonómicas por mayoría absoluta. La presión para que renunciara, a causa del caso Gürtel (en aquel momento en la pieza de “los trajes”), period enorme. Al last, Mariano Rajoy, con Federico Trillo de mensajero, le obligó a dimitir a pocos días de ser juzgado. Faltaban pocos meses para las elecciones generales y el candidato del PP no deseaba iniciar la campaña con Camps sentado en el banquillo de los acusados. El expresident valenciano está logrando ahora, curiosamente, reunir en torno a su persona a los descontentos con la gestión de Carlos Mazón.
Pero el escenario no es el mismo. Aún así: ¿Cuáles son las opciones? La más rápida sería la dimisión de presidente de la Generalitat de motu proprio o forzada por los suyos. Sin embargo, ni siquiera aquí la solución se presume fácil. El elegido o elegida para relevar tendría que estar entre los 39 diputados restantes que tiene el PP en Les Corts y la elección del nuevo jefe del Consell dependería, como no, de los 13 diputados de Vox. Parece complicado que el PSPV se vaya a prestar sin exigencia de una convocatoria inmediata de elecciones a dar sus votos para este recambio que saque al PP valenciano de la agonía política.
Primera pista
En Les Corts, el PP necesita los votos de Vox para poder asegurar el relevo de Mazón
En el primero de los escenarios, la alternativa sería la alcaldesa de València, María José Catalá, o el secretario basic del partido y síndic en les Corts, Juanfran Pérez Llorca. Este último, de la cuerda del precise president, conoce bien el partido y es un hábil negociador -ya ha logrado importantes acuerdos con Vox-, y podría ser una “solución” de transición, como lo fue José Luís Olivas con Eduardo Zaplana cuando fue nombrado ministro y hasta las elecciones de 2003 que auparon a Francisco Camps a la Presidencia. Pero la figura de la alcaldesa se observa con más capacidad de aglutinar al PP valenciano: la alcaldesa sería la mejor situada si su nombramiento no obligara a ceder la vara de mando en València.
Nos movemos entonces a la segunda pista, donde el salto mortal es si cabe más complicado para el PP valenciano. Catalá, que no parece muy dispuesta a asumir el riesgo de esta operación, tampoco tiene mayoría absoluta y en este caso, el grupo municipal de Vox, que debería darle los votos necesarios, atraviesa una profunda disaster interna. De hecho, su portavoz, Juanma Badenas, está siendo investigado por la dirección nacional que podría expulsarlo en los próximos días por un presunto amaño de un contrato. Badenas, que mantiene una relación muy tensa desde el principio de legislatura con Catalá y no es santo de la devoción de los dirigentes valencianos de Vox, podría verse obligado a dejar el grupo municipal (que no el acta) y pasarse junto a otra concejala de Vox -que es su pareja sentimental- al grupo de los no adscritos. Un cambio que alteraría el equilibrio de fuerzas en el Consistorio y dejaría al Gobierno native del PP y Vox sin mayoría frente a la izquierda y dependiendo de una pareja de tránsfugas. Un escenario que haría demasiado complicado el relevo de Catalá que, además, sería la peor rival para Vox por su tirón electoral.
Segunda pista
Si el PP piensa en Catalá, el relevo en el Ayuntamiento de València se complica pues Vox podría expulsar a su portavoz y dejar al Gobierno native en minoría
A estas dos pistas hay que unir una tercera. La mala relación entre el PP y Vox a nivel nacional, agravada por el escenario internacional, marcado por el acoso de Donald Trump y Vladimir Putin a Europa y el apoyo del presidente de EE.UU. a las fuerzas ultras y pronazis en el viejo continente. La formación que preside Santiago Abascal, que es la sucursal del trumpismo en España, lleva meses azuzando a Feijóo por lo que no parece lógico que le permita desenredar una maneja como la de la Comunidad Valenciana, donde, por cierto, los ultras crecen en intención de voto desde la dana. Es, sin duda, lo más incómodo para el PP nacional; que cualquier solución pasa por la decisión que quiera adoptar Abascal. La política española de los próximos años se está escribiendo en Comunidad Valenciana.
Tercera pista
La relación entre Abascal y Feijóo no es la mejor, y cualquier escenario necesita el aval de Vox
Otra de las opciones posibles pero poco probables, sería la moción de censura que ahora los socialistas se abren a plantear, aunque con la boca pequeña. PSPV y Compromís no tienen los números y parece complicado que Vox (de nuevo tiene la llave) conceda sus votos para hacer presidente a un diputado socialista. Pese a ello, la formación de derecha extrema no ha querido pronunciarse sobre esta posibilidad y prefiere centrarse en exprimir a Mazón y arrancarle importantes cesiones en unos presupuestos de la Generalitat Valenciana que se presentan este martes.
Habría incluso una tercera solución. Que el presidente valenciano apretara el botón electoral. Una posibilidad que abriría el abanico de candidatos o mejor dicho de candidatas ya que a Catalá se le podría sumar el nombre de la vicepresidenta primera, Susana Camarero, de las pocas que ha logrado reforzarse en esta crisis. Pero todas las encuestas dejan claro que los populares se quedarían muy lejos de la mayoría absoluta y necesitarían de Vox para tener opciones de volver a alcanzar la presidencia de la Generalitat. Así las cosas, los comicios no son a priori el mejor escenario para el PP, aunque un cambio de candidato le permitiría intentar pasar página. Otra cosa es que fuera posible visto lo que se volvió a ver el sábado en las calles de València con una multitud muy enfadada por la gestión de la dana.
Otro escenario
Si hay una convocatoria electoral, que al PP no le conviene, se abriría el abanico de candidatas a substituir a Mazón
Y es que todo apunta que las malas perspectivas electorales también están detrás del aumento de voces en el PP nacional que internamente piden que se tome una decisión con Mazón. El problema es que, en cualquier escenario que se elija, los populares caminan sobre un alambre que tensa Vox y corren el riesgo de caer sin crimson de seguridad. Con una última hipótesis que nunca debe descartarse: ¿en una convocatoria electoral con la herida de la dana abierta podría la izquierda del PSPV y Compromís superar al bloque de derechas? En política, y más ahora, nada es descartable.
El PP insiste en que va a seguir trabajando en la reconstrucción junto a Mazón
El PP nacional sigue, de momento, blindado a Carlos Mazón. Ayer la vicesecretaria de Organización Territorial del partido, Carmen Fúnez, insistió en que los populares van a seguir trabajando en la reconstrucción de las zonas afectadas por la dana junto al president de la Comunitat Valenciana a diferencia del Gobierno que “ni estuvo en la emergencia ni en la reconstrucción”.
“El PP va a seguir haciendo lo que hemos hecho hasta ahora, que no es otra cosa que atender la reconstrucción y responder a las víctimas, porque no hay que olvidar que hay 227 víctimas como consecuencia de la dana en la Comunidad Valenciana” afirmó Fúnez.
“El problema es que el Gobierno de España no estuvo ni en la emergencia ni está en la reconstrucción y el PP, con Carlos Mazón, la está atendiendo, atendió la emergencia y estamos atendiendo fundamentalmente la reconstrucción”, apuntó la dirigente del PP.