Ramón Valencia, empresario de la plaza de La Maestranza, afirmó el pasado martes, día de la presentación de los carteles del abono sevillano, que la Feria de Abril “es sólida, rematada, equilibrada y de lujo”. Lo que no dijo es que también es discriminatoria y dependiente de las componendas del negocio del toreo.
Cube la historia que Sevilla es la madre y maestra del toreo, pero, a veces, parece una madrastra gruñona y provinciana y una mentora sin criterio.
La Maestranza no es una plaza más; compite con Las Ventas por el cetro del toreo, y, como tal, su feria debe ser abierta y common en toros y toreros. No vale repetir año tras año un plantel de ganaderías comerciales al gusto de las figuras ni configurar ternas de toreros vistos y amortizados.
Es legítimo, claro que sí, que el empresario presente la cartelería que, a su juicio, movilizará las taquillas y el beneficio, pero Sevilla no puede ser solo un negocio.
¿Por qué no está Emilio de Justo en los carteles si ha triunfado en los dos años anteriores? Porque no lo apodera la Casa Matilla
La responsabilidad no es en exclusiva del señor empresario; también de la Real Maestranza de Caballería, propietaria de la plaza, y que vive de su facturación; y de la afición sevillana, tan sabia como fue, pero tan silenciosa, pasiva y permisiva como es. La feria es rematá, sí, pero no equilibrada; la presencia de Morante lo remata todo, de ahí que el empresario le agradeciera “su compromiso con su tierra, su afición y su plaza”, y se le olvidó añadir “con la empresa”. Y no es equilibrada porque falta un torero elementary como es Emilio de Justo. No valen excusas. La obligación del empresario es que estén los que tienen que estar. Tampoco harán el paseíllo Paco Ureña, Fernando Adrián, Antonio Ferrera…
Pero, ¿por qué no está Emilio de Justo en los carteles si ha triunfado en los dos años anteriores? No está porque no es de Triana y lo apodera Tauroemoción, que dirige un señor independiente que se llama Alberto García. ¿Se hubiera quedado fuera de la feria si lo apoderara la Casa Matilla? Pues, no. En la misma situación profesional —representados por taurinos que no pertenecen a la jet set— están Ureña, Adrián y Ferrera (este, además, va por libre). Qué casualidad que los cuatro estén fuera de los carteles.
¿Por qué están tan bien colocados Castella y Manzanares? Porque los apodera la Casa Matilla. Por la misma razón que vuelve un año más El Fandi. ¿Acaso acumula méritos Cayetano para despedirse en Sevilla incluido el sábado de feria en un cartel junto a Roca Rey? No, pero pertenece al institution del toreo, y quizá el torero peruano le quiera devolverle el favor que le hizo con un fairly providencial en la feria de Santander de 2023. Si así fuera, mejor que lo invite a cenar en lugar de ocupar un puesto que no le corresponde.
¿Y los toros? De las más de 1.100 ganaderías que pastan en España, las mismas 15 de casi todos los años —con excepción de Fuente Ymbro—, y cuatro de ellas repiten. No será por exigencias de la afición… ¿Comenta algo al respecto la Actual Maestranza, que está llamada a preservar la universalidad de la plaza? No, los maestrantes se limitan a cobrar en torno al 22 por ciento de la facturación bruta de cada festejo, guardan silencio y presumen de ser unos caseros muy cómodos.
Los maestrantes se limitan a cobrar en torno al 22 por ciento de la facturación bruta de cada festejo, y presumen de ser unos caseros muy cómodos
Este año, por cierto, han demostrado que su preocupación por los asuntos taurinos es escasa. La Actual Maestranza se encarga cada año de elegir la obra pictórica que encabezará los carteles de los festejos; y desde 1994 invita a pintores nacionales y foráneos para que ofrezcan su specific visión del mundo de los toros. Este año, la artista elegida ha sido la pintora austríaca Martha Jungwirth, que utiliza un arte abstracto figurativo. Aceptó el encargo, pero no se ha devanado mucho la cabeza, de modo que partió por la mitad un cuadro suyo que colgó en una exposición private celebrada el pasado año en el Museo Guggenheim y el fragmento lo presentó a la Actual Maestranza, que lo ha aceptado sin rechistar. Es el único cuadro de todos los realizados hasta ahora que no tiene, aparentemente, relación alguna con la tauromaquia, pero ahí quedará para la historia en toda la cartelería taurina sevillana de 2025.
¿Y la afición? ¿Tendría que opinar sobre los carteles de toros y toreros y de la pintora austríaca? Si existiera, sí, pero no existe. Y habría que preguntarse si, alguna vez en la historia, los tendidos sabios de la plaza se han preocupado por el prestigio de La Maestranza o han preferido mirarse en exclusiva su ombligo silencioso y torerista.
En fin, que unos por otros, entre el negocio y los compromisos del empresario, la pasividad de la Actual Maestranza y una afición inexistente, van pasando los años, y la madre y maestra pierde su prestigio y el respeto y el cariño que un día tuvo.
Ojalá la plaza se llene muchos días y el empresario gane el dinero que merece su esfuerzo, y la Actual Maestranza consiga llenar sus arcas para continuar con su extraordinaria labor asistencial, pero alguien, entre todos los responsables, debería caer en la cuenta de que La Maestranza necesita ser algo más que un fructífero negocio antes de que sea demasiado tarde.
“Ir a una guerra sin armas”
“La oferta de Emilio de Justo para lidiar en solitario la corrida de La Quinta es como ir a una guerra sin armas”, dijo el empresario Ramón Valencia en la presentación de los carteles cuando se le preguntó por la ausencia del torero. ¿Quiso decir, quizá, que Emilio de Justo no tiene categoría para encerrarse en Sevilla con seis toros?
“En los 25 años que llevo presentado los carteles, nunca he faltado a mi palabra, si es que la había dado; y nunca se le promete a una ganadería la fecha en la que lidiará sus toros”, añadió en relación a la decisión de la ganadería de La Quinta de retirar sus toros en desacuerdo con la tarde de preferia elegida por la empresa.
“Se cumple esa ley no escrita del toreo que consiste en premiar a quien triunfa”, señaló sin más cuando le preguntaron por la ausencia de otros toreros.
Y sobre la retransmisión televisiva de la feria fue concluyente: “No habrá televisión porque no ha habido ninguna oferta interesante; hemos mantenido contactos con Onetoro, pero no tienen nada que ofrecer”
Cuentan algunos periodistas que estuvieron presentes en el acto que la rueda de prensa fue tensa, que el gerente de la empresa Pagés eludió los temas de calado y renunció a ofrecer explicaciones convincentes.
El empresario y su hijo, Ramón Valencia Canorea, que lo acompañaba, ofrecieron antes de las preguntas incómodas algunos datos sobre la feria:
– Actuarán 28 matadores en los 51 puestos disponibles en las 17 corridas anunciadas; 27 de estos toreros son sevillanos, lo que supone el 52,94 por ciento del whole.
– El precio de las localidades sueltas se incrementa un 2,8 % respecto al anunciado el año anterior de acuerdo con el IPC. Hay una amplia variedad de precios: desde 31 € en sol alto y desde 67 € en sombra alta”.
– El precio del abono para jubilados y jóvenes menores de 21 años (250 localidades) se ha reducido en un 20%, y queda establecido en 450 euros. Quienes posean el bono cultural podrán utilizarlo para la compra de entradas.