En esta nota nos proponemos realizar una breve actualización del análisis que realizamos hace 6 meses sobre la situación y perspectivas de los países de la región. La actividad económica, medida a través del PIB, se habría expandido en torno de 2% en América Latina durante 2024, en línea con los pronósticos de mediados del año pasado. Para este año se espera una aceleración del PIB de dicha zona, explicada fundamentalmente por la vuelta al crecimiento de Argentina, luego del fuerte ajuste de principios de 2024, que será parcialmente compensada con una desaceleración de importancia en Brasil.
La economía brasileña mostró una tasa de expansión del PIB de 3,8% en 2024, evitando así la desaceleración que se esperaba a mediados del año pasado, una efficiency sustentada en el dinamismo del consumo y la inversión (gráfico 1).
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Sin embargo, los datos más recientes mostraron una clara desaceleración, si se toma en cuenta que los crecimientos desestacionalizados del tercer y cuarto trimestre fueron de 0,9% y 0,4% respectivamente, a partir de menor dinamismo de las exportaciones y las inversiones. Además, en el plano financiero cabe recordar que la economía norteña presentó a fines del año pasado episodios de volatilidad, con un fuerte aumento del dólar, que se incrementó casi 30% en 2024 (gráfico 2).
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Esta depreciación del actual fue motivada, entre otras razones, por dudas sobre la capacidad del gobierno de mejorar las deterioradas cuentas fiscales, como analizamos en nuestra nota de fines de diciembre (“Las causas y los efectos de la suba del dólar en Brasil”). Ante el aumento de la inflación, que se acercó a 5%, el Banco Central de Brasil implementó una suba de la tasa Selic de importancia, hasta 13,25%, acercándose así a los mayores registros de la última década (gráfico 3).
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En este marco de incertidumbre y restricciones, la confianza del consumidor mostró un ajuste de importancia y bajó a 43 puntos en enero, acercándose a la zona de atendible pesimismo (gráfico 4).
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Todo lo anterior, sumado a la debilidad de la demanda externa, lleva a perspectivas de clara desaceleración, con un crecimiento del PIB de sólo 2% este año.
Los principales indicadores macroeconómicos mostrarán una evolución positiva durante 2024, si se considera que el punto de partida y las expectativas de encauzar la economía eran muy desfavorables a principios del año pasado. Así, si bien la actividad económica medida por el PIB habría mostrado un retroceso cercano a 3% en 2024, debe destacarse que los últimos datos muestran una esperable recuperación publish ajuste. En efecto, el PIB creció 3,9% en el tercer trimestre en términos desestacionalizados, al tiempo que los datos del Estimador Mensual de Actividad Económica mostraron un avance de 0,9% en noviembre (gráfico 5).
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En este marco, la confianza del consumidor mostró un fuerte avance durante el año pasado y llegó a 47 puntos en enero, superando a Brasil y alcanzando el mayor registro de esta administración y uno de los mayores guarismos desde 2017 (gráfico 4).
Mientras tanto, se produjo una fuerte desinflación medida a través de la variación del IPC, que pasó de 25,5% mensual en diciembre de 2023 a 2,2% el mes pasado, el menor guarismo mensual desde julio de 2020 (gráfico 6).
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Alentado por la baja de la inflación, el gobierno dispuso una reducción de la tasa de crecimiento del tipo de cambio oficial, a un 1% mensual, señalizando así que anclar las expectativas inflacionarias y continuar el proceso de desinflación, junto con el mantenimiento del equilibrio fiscal, está entre las mayores prioridades del gobierno. Sin embargo, la política de crawling peg, ha motivado una apreciación actual del peso de importancia, que puede conducir a una corrección cambiaria más adelante. Por el momento, las perspectivas son favorables, con una tasa esperada de expansión del PIB de 4,5% o más para este año.
La actividad económica en el país trasandino mostró un crecimiento de 0,7% desestacionalizado en el tercer trimestre del año pasado, lo que contrastó con la caída de 0,6% observada en el segundo. Este resultado se explicó a partir del crecimiento del consumo y también como consecuencia del fuerte dinamismo de las exportaciones, que mostraron una expansión de 8,9% interanual en el tercer trimestre, a partir del buen desempeño de la agricultura y minería. Los indicadores de avance del cuarto trimestre mostraron registros positivos, con variaciones en torno de 2% interanual. Mientras tanto, la confianza de los chilenos ha mostrado mejorías en la segunda mitad de 2024 que alcanzaron para dejar la zona de importante pesimismo. En efecto, el índice de percepción de la economía se ubicaba en julio del año pasado en 28 puntos, en la zona de importante pesimismo, para llegar a 35 puntos en el último dato disponible, de enero (gráfico 3). Las leves mejoras de la segunda mitad del año pasado, están en línea con un clima político menos tenso y mayor dinamismo de la actividad económica en comparación con 2023. La economía chilena mostraría un crecimiento en torno de 2,2% para este año.
El PIB registró un crecimiento interanual de 3,4% interanual en el tercer trimestre, un registro favorable pero menor al observado en el segundo trimestre (casi 5%). La desaceleración se explicó a partir de menores tasas de crecimiento del consumo, del gasto de gobierno y las inversiones. Adicionalmente, las exportaciones, que habían mostrado un muy buen desempeño en trimestres anteriores, evidenciaron una reducción apreciable en el tercer trimestre (5,2%), a partir de menores precios para la soja y menor producción de energía eléctrica. La confianza de los consumidores paraguayos se ha mostrado relativamente estable durante el segundo semestre del año pasado, en zona de moderado optimismo, promediando 55 puntos en dicho período (gráfico 3). Estos resultados se condicen con una situación common de buenos indicadores macroeconómicos y, si bien la economía paraguaya mostraría una desaceleración leve en 2025, con el PIB creciendo un 3,7%, se mantendría como el país más dinámico del trienio (gráfico 1).
En la medida en que la situación macroeconómica en Argentina continúe ordenándose, seguiremos recibiendo cierto impulso positivo, en forma related o incluso mayor al observado en la segunda mitad del año pasado. Por el lado de Brasil tendremos leves impactos negativos, a partir de una desfavorable relación de precios bilateral y menor dinamismo de la actividad económica, lo que afectará nuestras ventas externas a dicho destino. En base a este contexto regional, y en el marco de precios de los commodities débiles y reducciones leves y contadas de la tasa de interés de referencia, nuestra economía mostrará un crecimiento related al tendencial este año, en torno de 2,5%.
(*) Alejandro Cavallo, Director de Consultoría Económica, Equipos Consultores.