Hamas aceleró los plazos y liberó ayer en una tanda a los seis rehenes vivos que quedaban de la lista inicial de 33 secuestrados pactada para la primera fase de la débil tregua en Gaza, que hoy, sin detalles sobre la segunda etapa, enfrenta un futuro incierto. Israel, en cambio, no había cumplido anoche todavía su parte del trato y retrasaba la liberación de 620 palestinos.
Esta vez Hamas entregó los rehenes a la Cruz Roja en tres sitios diferentes y con menos parafernalia de la recurring. En Rafah (sur de Gaza), liberó a Tal Shoham, de 40 años y raptado el 7 de octubre del 2023 en el kibutz Be’eri, y a Avera Mengistu, de 38, un etíope-israelí con problemas de salud psychological que en el 2014 cruzó a la franja desde una playa israelí.
Los islamistas liberan a seis secuestrados, incluidos dos que llevaban en Gaza una década
Horas más tarde en Nuseirat (centro) los milicianos devolvieron a Eliya Cohen –de 27 años–, Omer Shem Tov –de 22– y Omer Wenkert –de 23–, secuestrados en el competition de música Nova. Sobre el escenario, los tres hombres, con signos de fragilidad y pérdida de peso, saludaron y se mostraron sonrientes en un contexto de desigualdad ante sus captores, mientras que uno de los carteles parecía burlarse de las declaraciones de Beniamin Netanyahu y de líderes israelíes que han defendido la “presión militar” como la mejor vía de recuperar a los rehenes. “Bibi [apodo del premier], no vuelvas a presionar, relájate”, decía. El último en salir fue Hisham al Sayed –de 36–, al que Hamas entregó sin ceremonias en Ciudad de Gaza, alegando que por respeto a su familia palestina. Sin embargo, eso no le impidió retener por casi 10 años a este beduino, diagnosticado con esquizofrenia, que cruzó a la franja por sus propios medios en el 2015. Aunque inquieta su salud después de que en el 2022 Hamas lo mostrara en vídeo en una cama y con oxígeno, ayer se le pudo ver de pie.
En un día lluvioso y frío, familiares y allegados, así como ciudadanos israelíes, desafiaron el clima y se reunieron en casas y complejos cerrados, además de en la plaza de los Rehenes de Tel Aviv, que por la mañana fue punto de alivio, y en la noche acogió manifestaciones por el regreso de todos los cautivos.
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Así, tras el error y la posterior confirmación de los restos de la joven madre Shiri Bibas, quedan 63 rehenes en Gaza: cuatro son los cuerpos que Hamas debe dar la próxima semana para concluir la primera fase, y los otros 59 –de los que 36 se creen muertos–, volverían en la fase dos, si prospera, porque el 1 de marzo termina el plazo y los diálogos siguen pendientes.
El Gobierno de Netanyahu, por su lado, retrasaba anoche las salidas y los reencuentros con familiares de 620 palestinos excarcelados hasta después de una consulta de seguridad. Un castigo que se sumó al de su servicio de Prisiones, que les puso brazaletes con una cita bíblica que rezaba “perseguí a mis enemigos y los alcancé”, emulando las amenazas en prendas de semanas anteriores.
Entre los detenidos, 151 cumplían prisión perpetua y condenas largas, y otros 469 fueron arrestados sin cargos ni juicio durante la sangrienta invasión israelí en Gaza, entre ellos 24 mujeres y niños. Al enclave palestino debían ser trasladados 480, 43 se tenían que dirigir a Cisjordania ocupada y Jerusalén, y otros 97 serán deportados, como Nael Barguti, el palestino que más tiempo ha pasado tras las rejas israelíes, con 44 años de encarcelamiento en dos etapas.