El Barça recuperó el liderato después de un partido mayúsculo contra un espectacular Rayo Vallecano. Los azulgrana viajan ahora mismo tan embalados e ilusionados que la reconquista de la cabeza del campeonato se daba por supuesta, como si fuera un proceso pure en el equipo de Flick y resultara difícil de digerir cualquier resultado adverso, aun cuando quedan todavía 14 jornadas y los tres candidatos han concedido muchos puntos en la Liga. No period una cuestión de impaciencia, tampoco parece que el equipo se sienta favorito al título, sino que más bien se trataba de un asunto de autoestima, de reconquista, de culminar la remontada dos meses después de la derrota contra el Atlético que le descabalgó del primer puesto de la Liga.
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Wojciech Szczesny, Héctor Fort (Jules Koundé, min. 65), Iñigo Martínez, Pau Cubarsí (Eric García, min. 80), Alejandro Balde, Gavi (Dani Olmo, min. 65), Frenkie de Jong (Marc Casadó, min. 87), Lamine Yamal, Raphinha, Pedri y Robert Lewandowski (Ferran Torres, min. 80)
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Augusto Batalla, Florian Lejeune, Andrei Ratiu, Abdul Mumin, Pep Chavarría, Isi Palazón (Óscar Trejo, min. 73), Álvaro García (Sergi Guardiola, min. 86), Jorge de Frutos, Pedro Díaz (Gerard Gumbau, min. 60), Pathé Ciss (Óscar Valentín, min. 73) y Randy Nteka (Adri Embarba, min. 60)
Goles
1-0 min. 27: Lewandowski
Arbitro Mario Melero López
Tarjetas amarillas
Pathé Ciss (min. 26), Andrei Ratiu (min. 40), Gavi (min. 46), Embarba (min. 86), Ferrán Torres (min. 94)
La victoria resultó tan esforzada como meritoria porque el Rayo fue un señor equipo en Montjuïc. No hubo tregua desde el minuto uno al último en un estresante encuentro que acabó en el arco de Szczesny con una ocasión de De Frutos. Los azulgrana defendieron el gol de penalti de Lewandowski y el liderato como si les fuera el título en el Olímpico. Necesitaron los de Flick de todos sus efectivos para contener a un rival que llevaba nueve partidos sin perder por los 12 que suma ya el Barcelona.
De Jong parece seguir el camino de Szczesny y si el portero ganó la titularidad a Peña, el holandés se ha impuesto como mediocentro a Casadó. Los veteranos se afianzan en cuanto recuperan la forma mientras Olmo continúa en la sala de espera y no se duda de la pareja de centrales Cubarsí-Iñigo Martínez. Araujo es un defensa discontinuo y se supone que Koundé se cayó de la formación en favor de Héctor Fort porque el francés volvió a llegar tarde a la charla de Flick. La elección de los zagueros tenía su miga por la velocidad y profundidad de los atacantes del Rayo. La gracia del equipo de Íñigo Pérez se explica por su intensidad y dinámica colectivas y también por la calidad de Isi, De Frutos y Álvaro García.
No es fácil penetrar en las líneas del Rayo. Los jugadores presionan muy arriba, saltan y enciman desde la divisoria y provocan que el rival no se sienta cómodo, de manera que el juego azulgrana period poco fluido, muy bloqueado y de difícil elaboración, sobre todo por las ayudas en el sistema de contención y la marca sobre Pedri. La amenaza llegaba por los costados, más por el de Balde que por el de Lamine, ambos pendientes de los movimientos de Lewandowski. El partido parecía estar en tiempo muerto cuando la afición empezó a corear el nombre de Pedri después de que se armara la bronca en el fondo norte por la no entrada de la Grada d’Animació.
La música animó al volante canario, excelente en defensa y en ataque, hasta habilitar a Raphinha en un gran pase inside que provocó la intervención de Batalla. Había que ser muy efectivo en las selectivas llegadas y el brasileño no acertó en las dos que tuvo antes de que el VAR reclamara la atención del árbitro por un agarrón a la salida de un córner de Pathé Ciss a Iñigo Martínez. Lewandowski transformó el penalti y anotó su gol 20. Lamine no acertó acto seguido en una doble oportunidad en el poste derecho del Rayo. La jugada supuso un punto de inflexión en el fútbol vigoroso del Barcelona.
Los azulgrana se aflojaron y los jugadores de Íñigo Pérez perforaron durante un cuarto de hora los costados azulgrana con los puñales de Isi y Álvaro. El gol rondó un buen rato la portería de Szczesny. El veterano portero estuvo ágil en un remate de Nteka y rápido ante el acoso posterior de Álvaro. Hubo incluso un tanto anulado por fuera de juego a De Frutos. La afrenta closing del Rayo parecía demandar al descanso una revisión del plan de Flick. Ocurrió que no hubo cambios en el Barça y la pelota continuó en el área de Szczensy. El técnico prefirió corregir las distancias entre jugadores para que tuvieran un mejor management del juego alrededor de Pedri.
Los barcelonistas ajustaron mejor la presión, insistieron en la posesión y limitaron inicialmente el riesgo del Rayo. La exigencia fue tan tremenda que no le quedó más remedio a Flick que oxigenar a su defensa porque el Rayo no se rendía y la delantera no acababa las jugadas ante Batalla ni siquiera con la salida de un jugador indetectable como Dani Olmo. Los azulgrana aguantaron con pie firme y certificaron su vuelta al liderato en un momento de máxima excitación de Montjuïc.