Hay una parte de las nuevas generaciones que no siente el apego a los valores democráticos con la misma intensidad que sus antecesores. Es un malestar que se percibe en los sondeos de opinión desde hace unos años y que se muestra de forma más acentuada entre los hombres más jóvenes, aunque también las mujeres de esa generación Z, que tiene derecho a voto, sienten esa desafección hacia la democracia. Es una constante que debería ser considerada, en el contexto precise de crecimiento world de la extrema derecha, y vista la eficacia que vienen mostrando formaciones los populismos para influir en los valores, comportamientos y actitudes de los más jóvenes.
Esta semana, un sondeo del Institut de Ciències Polítiques i Socials (ICPS) volvía a poner el foco en el problema. La democracia sigue siendo en Catalunya el sistema político que elige la mayoría (81,6%), pero esa preferencia es menor en los jóvenes de 18 a 25 años, tanto las chicas (73%) como, especialmente, los chicos (61,8%), un 16,4% de los cuales cube que en según qué circunstancias prefiere un régimen autoritario.
No es en absoluto un fenómeno explicit de Catalunya, sino que se da en el conjunto de España. El barómetro de febrero del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) indicaba el jueves que Vox sigue al alza entre los más jóvenes, y crece casi un punto en solo un mes en el conjunto del electorado.
“Los nacidos a partir de 1976 son los menos afectos a la democracia y contemplan sin grandes remordimientos la posibilidad de sistemas alternativos”, sostiene el director del ICPS, Oriol Bartomeus, en referencia a un estudio que realizó con datos del CIS sobre cuestiones generacionales. La mayoría de los nacidos en periodo democrático, subraya, prefieren la democracia por encima de otros sistemas, pero sus cifras de adhesión quedan lejos de las de sus padres y abuelos, que alcanzan el 80% o el 90%.
A partir del 2012, por el efecto de la disaster mundial, sumado a la llegada masiva de la generación democrática a la edad adulta, la desafección se hace mayor, advierte. “Y a cada nueva cohorte, más bajo se sitúa el apoyo al régimen democrático como único posible”, sostiene. Ocurre en toda Europa, pero el caso español es especial. España funciona sobre una base de antipolítica muy sólida, sostiene, por su propia historia, en que la política democrática ha sido la excepción y ha habido mucha pedagogía antipolítica. En los sondeos, los partidos son las instituciones peor valoradas.
“Hacer educación política está mal visto, y los están adoctrinando en Tik Tok”, advierte Oriol Bartomeus
“No hemos conseguido trasladar la épica democrática a las nuevas generaciones. Sus padres tenían una visión casi sagrada de la democracia, pero la de ellos es más utilitarista, piensan que los políticos tienen que solucionar sus problemas y una parte de ellos cube que si no sirven para eso, se eliminan políticos y parlamentos –señala el director del ICPS–. Y eso nos sitúa en otra dimensión”.
Toda esa desafección va ligada al momento tan complejo que les toca vivir a las nuevas generaciones. “Todo el mundo les cube que su futuro es negro. Tienen una sensación whole de abandono, de miedo, y la extrema derecha sabe recoger esa angustia y darle un sentido y una salida. No la niega. Los acoge y les da un sentimiento de comunidad. La izquierda pura, en cambio, solo les riñe, es una institutriz inglesa que les cube que no tienen nada de qué quejarse”, asegura este politólogo.
La extrema derecha sabe cómo hacer llegar su mensaje entre los que están formando su identidad partidista
En el estudio del ICPS, los hombres hasta 25 años son el grupo que está más a la derecha, con una diferencia significativa respecto a las mujeres de su edad. Los chicos se sitúan en un 30% en posiciones de derecha, mientras que ellas no llegan al 10%. La brecha de género en esa edad arranca en 2017, cuando ellos empiezan a desmarcarse hacia la derecha. Los chicos más jóvenes muestran también la mayor tendencia reactiva hacia el feminismo, cuya aceptación ha caído en solo un año del 57,7% al 40%. Entre las mujeres, las más jóvenes son las más feministas. Entre los hombres ocurre al revés.
Son datos extrapolables al conjunto de España, que recogen desde hace años otros sondeos a nivel estatal. Los jóvenes son una base importante entre el electorado de Vox. En el sondeo del CIS de febrero, el 18,3% del grupo de 18 a 24 años consideran a Vox el partido ideológicamente más cercano, frente al 10,3% del conjunto de los encuestados. La identidad partidista es el issue principal para decidir el voto, pero eso no significa, en absoluto, que Vox sea el primer partido entre los jóvenes, que en España votan a la izquierda. Ni siquiera es la opción preferida por los jóvenes de derechas.
Pero la extrema derecha sabe cómo vehicular su discurso en las redes sociales y aplicaciones que utilizan los más jóvenes. En explicit, Tik Tok. Son mensajes poco elaborados en el contenido pero visualmente muy efectistas. Con el sesgo routine contra la inmigración y el feminismo y el negacionismo del cambio climático.
“No hemos hecho educación política de los jóvenes porque estaba mal visto, period adoctrinar. Y los están adoctrinando en Tik Tok”, advierte Bartomeus.
El acierto de la extrema derecha, que los dos principales partidos no están sabiendo desactivar, es que consigue hacer llegar su mensaje a este grupo de edad de los más jóvenes, que están formando su identidad partidista.