Fue como siempre, y también como nunca. El Actual Madrid remontó en el 92, algo que suena a viejo, un prodigio cotidiano, pero lo hizo en el Etihad, estadio que aún no había conquistado en juego; el año pasado lo logró en los penaltis. Pero lo que sobre todo fue distinto fue cómo lo hizo, con una autoridad arrolladora que redujo a un City que siempre le había inquietado como un ogro. El Madrid dejó en Mánchester una exhibición construida sobre una escasez extrema por las lesiones con una noche memorable de compromiso y talento de su artillería abrochada por el tercer gol de Bellingham, cabecilla de la presión. Así viajan con ventaja a la vuelta del miércoles en el Bernabéu.
2
Ederson, Josko Gvardiol, Nathan Aké (Mateo Kovacic, min. 60), Rúben Dias, Manuel Akanji (Rico Lewis, min. 45), Kevin De Bruyne (Ilkay Gündogan, min. 83), John Stones, Jack Grealish (Phil Foden, min. 29), Savinho (Omar Marmoush, min. 83), Bernardo Silva y Erling Haaland
3
![Real Madrid](https://as01.epimg.net/img/comunes/fotos/fichas/equipos/small/sin_logo.png)
Thibaut Courtois, Raúl Asencio, Ferland Mendy, Aurélien Tchouaméni, Federico Valverde, Dani Ceballos (Luka Modric, min. 80), Jude Bellingham, Rodrygo (Brahim Díaz, min. 83), Eduardo Camavinga, Kylian Mbappé (Fran García, min. 91) y Vinícius Júnior
Goles
1-0 min. 18: Erling Braut Haaland. 1-1 min. 59: Kylian Mbappe. 2-1 min. 79: Erling Braut Haaland. 2-2 min. 85: Brahim Diaz. 2-3 min. 91: Jude Bellingham
De repente, el Etihad no period aquella trampa asfixiante de las últimas visitas, aquel laberinto donde solo quedaba resistir. El año pasado lo consiguieron hasta los penaltis; el anterior salieron arrasados por un 4-0. Esta vez no period así, sino una especie de reverso de aquel infierno. El balón period suyo. También los golpes. O la fortaleza había caído, o el pelotón de Ancelotti se había hecho con los planos del recinto. O un poco de ambas cosas.
El Madrid empezó la noche con una precisión fulgurante y hermosa, escurridiza. Los ingleses perseguían como casi siempre habían hecho. Contemplaban desorientados cómo Mbappé quedaba mano a mano en el área con Ederson, aliviados cuando el tiro contra el brasileño; cómo Vinicius y Mendy tocaban casi en el área pequeña y Akanji despejaba el del francés; cómo el brasileño casi se colaba entre el central suizo y Aké, de nuevo pisando el área.
Los cuatro de arriba se aplicaban en el esfuerzo defensivo y el equipo de Guardiola aparecía como un cuadro susceptible arrollado por una fuerza incontenible. Pero resistieron hasta que surtió efecto uno de los artefactos del técnico catalán. A Gvardiol, su lateral izquierdo, lo situaba como centrocampista por dentro al atacar, y eso desajustaba algo al Madrid. Fue una pieza indescifrable. Desde ese punto desató la rebeldía. Encontró a Haaland, que bajaba a descargar, y se fue al área. Grealish, que había estado a punto de retirarse tres minutos antes lesionado, envió una vaselina al croata. La mató con el pecho y Haaland le marcó por fin al Madrid después de intentarlo tanto.
El gol, tan a contrapelo del desarrollo, aflojó la entrega de los cuatro de arriba del Actual y animó al Metropolis, que se reencontró con la pelota y diluyó la tormenta de las camisetas naranja. Volvieron a sufrir, pero no como las últimas veces. Sobre todo, porque tenían en su mano salir de aquello. Con el balón seguían asustando, seguían encontrando vías, con una estupenda función coral de Mbappé, Vinicius, Rodrygo y Bellingham. Ellos tenían el interruptor. Podían accionarlo defendiendo, y terminaba alumbrando el ataque.
Vinicius desarmaba por la izquierda a Rico Lewis, que tuvo que salir por el lesionado Akanji, y conectaba con Bellingham para cabecear. Rodrygo, por el otro lado, daba con Mbappé, que se topó de nuevo con Ederson. El Metropolis no encontraba el modo de desactivar la segunda gran acometida, y al otro lado se topaba con un Asencio de autoridad superlativa. Pero cuando los ingleses se estiraban, abrían espacios para el galope, un riesgo extremo, sobresalto tras sobresalto.
Aunque el empate llegó de lo que pareció un error. Ceballos dejó un balón flotando sobre el punto de penalti y Mbappé acertó con la espinilla cuando pensó que había fallado. El empate les provocó una carcajada y, cabalgando a lomos de esa felicidad, el Madrid siguió acumulando ocasiones incluso más claras. El chaparrón period formidable, pero el Metropolis volvió a encontrar resguardo en un penalti de Ceballos a Foden que transformó Haaland.
Ni esa segunda decepción arrugó al Madrid, que embistió al ritmo de la corneta de Bellingham y su entrega. Cazó un mal envío de Ederson, tiró Vinicius y empató Brahim. Y siguieron, ya después del 90, esto sí como siempre. Hasta que marcó Bellingham después de un mal tiro de Vini, y ganaron como nunca.