Los Mossos d’Esquadra requisaron 31 armas al día durante el año pasado. La cifra la reveló ayer la consellera de Inside, Núria Parlon, en una entrevista en El món a RAC1 . En complete, en el 2024, la policía catalana intervino 11.453 armas blancas durante la aplicación del dispositivo Daga, previsto para retirar este armamento de la vía pública, lo que representa un 14% más que el año anterior, en el que se requisaron 9.180, que ya marcaban una tendencia al alza.
La presencia de las armas blancas en las calles es motivo de preocupación en el Departament d’Inside y por eso han activado en los últimos meses un operativo que revisa e interviene las armas blancas en las zonas de ocio y en grandes aglomeraciones. El management exhaustivo sobre este armamento escapa, sin embargo, del alcance de la policía en caso de agresiones en domicilios o locales particulares, como ha sucedido en la mayoría de los cinco homicidios ocurridos en cinco días consecutivos de la última semana en Catalunya y que han puesto en alerta a la policía catalana, todos ellos cometidos con un arma blanca.
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La consellera de Inside asegura que los cinco homicidios “no guardan relación con el crimen organizado”
En una comparecencia en el Parlament, la consellera de Inside explicó ayer que los homicidios que se han producido “no tienen nada que ver con patrones delictivos ni criminales”, entendiendo que “no period previsible que esto sucediera porque pasa dentro de las casas”. Parlon hizo un llamamiento a la calma destacando que “no existe un motivo de preocupación”, reiterando que los cinco crímenes producidos no están sujetos a un “patrón que indique mayor peligrosidad” y se circunscriben a disputas en el ámbito privado del domicilio” y no guardan relación con el crimen organizado. “Son muy difíciles de prevenir”, señaló. Los Mossos sí que han detectado una pauta en aumento y que debe ser motivo de preocupación, que es el mayor uso de la violencia en el ámbito privado para resolver desavenencias, lo que requiere, a su juicio, un abordaje “más allá de lo estrictamente policial”. “Muchas veces las llevan encima sin saber que no las pueden llevar y, en esta línea, esta cultura, esta normalización de llevar el arma blanca, que parecía que period algo superado, ahora, desgraciadamente, lo volvemos a encontrar”, dijo.
En la línea de lo que ya expresó el día anterior el director common de los Mossos, Josep Lluís Trapero, Parlon insistió en que no hay razones para la alarma social tomando como referencia los datos históricos y subrayando además que la tasa de homicidios en Barcelona está “por debajo” de la mayoría de ciudades europeas.
La consellera resaltó que dos de los crímenes estarían relacionados con el tráfico de drogas, mientras que los otros tres se habrían cometido en el marco de relaciones vecinales y familiares. Además, en dos de los homicidios, los presuntos autores de los hechos tendrían problemas mentales. De esta manera, subrayó que no hay “ningún issue” que indique que la situación haya empeorado en Catalunya que aconseje implementar “medidas más contundentes”.
En el mismo sentido se expresó el director de la policía, Josep Lluís Trapero, que en la misma comisión del Parlament aseguró que no existe una estadística sobre homicidios que indique un cambio de tendencia preocupante como sí lo son los hurtos, por ejemplo. “En los hechos muy graves es fácil ver las tendencias cuando hablamos de miles, pero cuando son números pequeños es bastante más complicado dar argumentos y entender lo que está pasando. Necesitamos secuencias durante años que son las que marcan las tendencias. De los últimos diez años hay un pequeño repunte de homicidios a partir de la covid, pero estamos en términos de estabilidad”, explicó.
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![Coche de los Mossos d'Esquadra en la puerta de la comisaría de Lleida.](https://www.lavanguardia.com/files/image_104_108/files/fp/uploads/2024/09/23/66f2f425dbe6b.r_d.2136-1424.jpeg)
Tanto la consellera como Trapero comparecieron ante la comisión del Parlament para dar explicaciones sobre la disaster de seguridad abierta en la Mina tras el episodio de 150 disparos que se produjo el 7 de enero. Los responsables del Govern se comprometieron a mantener el dispositivo especial de antidisturbios de la brigada móvil y del área de recursos operativos (ARRO) “durante el tiempo que sea necesario” y se abrieron a reforzar la comisaría de La Mina con los agentes que se graduen en la nueva promoción de la escuela de policía e incluso a dotar al centro policial con una unidad de investigación propia. “La Mina tiene una serie de problemáticas con unos perfiles poblacionales que están relacionados con toda la actividad delictiva que ha condicionado una manera de vivir en el barrio”, apuntó Parlon. Por su parte, Trapero, aseguró que la Mina no es un barrio “sin management”, pero avisó que la “verdadera normalidad” no se logrará solo con más agentes, ya que ninguna policía puede resolver “las desigualdades sociales” ni “décadas de carencias” y de “mirar hacia otro lado”.
Una de las medidas que ha implementado el Govern es la custodia de los trabajadores sanitarios que ejercen en el CAP de la Mina después de que una doctora fuera amenazada con un cuchillo por un paciente. Trapero anunció que se ha establecido un protocolo que consiste en que los Mossos revisarán toda la agenda diaria y en los casos de sujetos potencialmente peligrosos acompañarán al sanitario durante el servicio. Lo mismo ocurrirá con las visitas domiciliarias. Los Mossos acompañarán a los sanitarios en aquellas citas con individuos de riesgo.