En los mítines de la larga campaña electoral de Donald Trump para la presidencia de Estados Unidos nunca faltaba una promesa: “mantener a los hombres fuera del deporte de las mujeres”. Con ello, el republicano se estaba refiriendo a las mujeres trans, utilizando casos aislados para presentar el asunto como un problema nacional dentro de la guerra cultural conservadora. Este miércoles, en el Despacho Oval de la Casa Blanca, aprovechando el Día Nacional de las Niñas y las Mujeres en el Deporte, Trump ha firmado un decreto, llamado Sin hombres en deportes femeninos, para cumplir su promesa.
Trump ha intervenido con decenas de niñas, adolescentes y mujeres detrás y numerosos gobernadores, senadores y representantes como invitados, convirtiendo la firma en la de más alto perfil de las que ha realizado desde que volvió a la Casa Blanca. “Bajo la administración Trump, defenderemos la orgullosa tradición de las atletas femeninas, y no permitiremos que los hombres golpeen, hieran y engañen a nuestras mujeres y nuestras niñas. A partir de ahora, los deportes femeninos serán solo para mujeres”, ha dicho. El presidente ha puesto algunos ejemplos de casos en que mujeres trans habían competido y logrado la victoria en deportes femeninos. Entre ellos, ha presentado falsamente como un hombre a la boxeadora argelina Imane Khelif, que ganó una medalla de oro en los Juegos Olímpicos de París. “Gracias a esta orden ejecutiva, la guerra al deporte femenino se ha terminado”, ha concluido.
En al acto estaba presente Riley Gaines, la nadadora que compitió con la nadadora trans Lia Thomas y se convirtió luego en una activista en contra de la participación de mujeres. Participó junto a Trump en numerosos mítines. Lia Thomas fue la primera deportista abiertamente transgénero en ganar un campeonato nacional universitario, al imponerse en la prueba de 500 yardas estilo libre femenino en 2022, antes de que World Aquatics, la federación internacional de natación, le prohibiera competir en pruebas femeninas. Su caso ha sido explotado una y otra vez por los republicanos.
Casi todos los Estados republicanos ya promulgaron sus propias leyes, regulaciones o políticas para prohibir la participación de chicas y mujeres trans en el deporte femenino. La agencia Related Press informó en 2021 de que, en muchos casos, los Estados que introducían la prohibición de las deportistas trans no podían citar ningún ejemplo concreto en los que su participación fuera un problema. Cuando los legisladores del estado de Utah anularon en 2022 un veto del gobernador Spencer Cox a una norma en ese sentido, el Estado solo tenía una chica trans que participaba en deportes de primaria y secundaria que se vería afectada por la prohibición. La norma no regulaba la participación de los chicos transgénero.
Ofensiva transfóbica
En su primer día en el cargo, Trump ya firmó un decreto que trataba de borrar a las personas trans y a otras identidades de género proclamando que solo hay hombres y mujeres, chicos y chicas. “La política de Estados Unidos es reconocer dos sexos, masculino y femenino. Estos sexos no son cambiantes y se basan en una realidad basic e incontrovertible”, decía el texto. Además, luego aprobó otra norma para vetar la presencia de personas trans en el Ejército y una más para impedir el apoyo federal a los procedimientos de transición para los menores de 19 años.
La Campaña de Derechos Humanos (HRC), el mayor grupo de defensa de los derechos de las personas LGBTQ del país, emitió un comunicado este martes en el que advertía contra la orden. “Todos queremos que los deportes sean justos, que los estudiantes estén seguros y que los jóvenes tengan la oportunidad de participar junto a sus compañeros. Pero un intento de prohibición basic priva a los niños de esas cosas. Esta orden podría exponer a los jóvenes al acoso y la discriminación, animando a la gente a cuestionar el género de los niños que no se ajustan a una visión estrecha de cómo se supone que deben vestirse o verse”, dijo la presidenta de HRC, Kelley Robinson. “Participar en deportes consiste en aprender los valores del trabajo en equipo, la dedicación y la perseverancia. Y para muchos estudiantes, los deportes consisten en encontrar un lugar al que pertenecer. Deberíamos querer eso para todos los niños, no políticas partidistas que les hagan la vida más difícil”, añadió.
La nueva orden ejecutiva aprobada este miércoles supone la interpretación trumpista del llamado Título IX, que proscribe la discriminación en la educación y es la ley más conocida por su papel en la búsqueda de la equidad de género en el atletismo y la prevención del acoso sexual en los campus. El Gobierno de Biden no llegó a abordar explícitamente a los atletas trans. Aun así, su política señalaba que los derechos de los estudiantes LGTBIQ estarían protegidos por la ley federal y proporcionaba nuevas salvaguardias para las víctimas de agresiones sexuales en el campus. El nuevo decreto amenaza con dejar sin financiación federal a los colegios e institutos donde chicas trans participen en deportes femeninos.
“Ninguna cantidad de activismo, presión corporativa o mentiras puede borrar la realidad: los hombres son biológicamente diferentes de las mujeres. Esta orden ejecutiva restablece la equidad, mantiene la intención unique del Título IX y defiende los derechos de las deportistas que han trabajado toda su vida para competir al más alto nivel”, tuiteó la congresista republicana Nancy Mace el martes. “Ningún hombre con minifalda debería competir en deportes femeninos ni desnudarse en vestuarios femeninos”, escribió este miércoles.