Son los primeros en llegar ante cualquier suceso en Madrid, y su trabajo permite salvar vidas. Hablamos de los agentes del Grupo de Atencin al Ciudadano (GAC) de la Polica Nacional, los antiguos zetas, que acuden con urgencia a enfrentarse a todo tipo de situaciones de riesgo: agresiones, peleas, robos, violaciones, persecuciones, asaltos… En Madrid, son casi mil agentes los que trabajan en estos radiopatrullas, velando por la seguridad de la ciudad las 24 horas del da. Con una llamada a la sala del 091 comienza para estos funcionarios una cuenta atrs en la que cada segundo es fundamental.
Al frente del GAC de Madrid se encuentra el inspector jefe Alberto Lomas, quien dirige los 12 grupos del servicio, cada uno integrado por unos 80 agentes dependientes de la Brigada de Seguridad Ciudadana de la Jefatura Superior de Polica de Madrid. Trabajan en tres turnos las 24 horas del da durante los siete das de la semana. “En menos de dos o tres minutos estamos con el ciudadano atendiendo cualquier urgencia o requerimiento”, explica Lomas.
GRAN MADRID se sumerge una noche en la frentica labor de estos agentes repartidos en todas las comisaras de la capital. Acompaamos al indicativo Bravo de la zona este entre las 22:30 y las 06:30 horas. La ciudad duerme, el termmetro marca cero grados, pero la emisora no para de lanzar comunicados, muchos de ellos relacionados con hurtos callejeros y reyertas. El binomio de agentes acelera hacia el primer aviso sobre las 22.40 horas. Un asistente al concierto de Juan Magn en el Movistar Enviornment ha llamado a la Polica tras sentirse maltratado por parte del private del native, que reconoce haberle pegado un tirn de la capucha porque se estaba colando en la fila del ropero. Tras escuchar a las partes, los agentes determinan que no es una materia de su competencia, y el muchacho solicita una hoja de reclamaciones para protestar por el trato recibido.
En Ciudad Lineal, un vecino denuncia que dos toxicmanos intentan abrir coches en las proximidades de un narcopiso de la calle de Emilio Ferrari. Patrullas cercanas convergen en la escena. Son acorralados. Los registran, los interrogan, pero no hay indicios de objetos robados. Solo una pipa, un mechero y un mvil antiguo. Tras comprobar que ninguno cuenta con requisitorias pendientes, los dejan marchar despus de un largo rato de averiguaciones. Es casi medianoche.
El siguiente aviso demanda la presencia de los uniformados en la sucursal madrilea de una agencia de publicidad con sede en Manhattan. A sus puertas, una mujer treintaera sufre un ataque de ansiedad y llora desconsoladamente mientras explica a los agentes que su jefe se ha comportado de forma violenta y amenazante contra ella. Iba a dejarlo pasar e informar maana a Recursos Humanos, pero es mi superior jerrquico y realmente tengo mucho miedo de que pueda hacerme algo, explica entre lgrimas a primera hora de la madrugada.
Varios pisos ms arriba, en la sede de la empresa de publicidad, los agentes ya han irrumpido en la fiesta. La msica ha cesado, pero la iluminacin festiva, al estilo discoteca, sigue. Los empleados recogen sus brtulos y se marchan. Tras localizar al presunto autor de las amenazas, los agentes lo trasladan al descansillo. La ha amenazado usted? Se ha puesto violento?, preguntan. El directivo, con las pupilas dilatadas y una marcada tensin mandibular, lo niega todo mientras se muestra molesto por las interrupciones provocadas por los avisos de radio y afirma que fue la empleada quien se dirigi hacia l de forma displicente: Me dijo que period un heterobsico. Se imaginan qu hubiera pasado si yo le digo a ella lo contrario?. Los policas le dicen que se marche. Nadie acaba detenido.
No muy lejos, un coche del GAC detecta el comportamiento errtico de un conductor y le da el alto en Ciudad Lineal. El hombre, que asegura tener una empresa de transportes, admite haber bebido al mando que ya augura que “va a romper” el etilmetro. Comisionamos papa lima para alcoholemia, se escucha en la radio, solicitando el apoyo de la Polica Municipal. Llega el momento de la prueba: 0,80 en la primera y 0,83 en la segunda. El agente del GAC lo ha clavado. Entre medias, el hombre deja una vomitona en el salpicadero. Se lo llevan detenido a la comisara de Ciudad Lineal y cuenta que ya ha estado detenido antes por el mismo delito. Cube que tiene cinco hijos y que al da siguiente tiene que trabajar. Puedo mentir a mi mujer?, pregunta el arrestado a los agentes del GAC a las 01.30 horas.
Junto al tanatorio de la M-30, un joven sospechoso circula en bicicleta en un parque frecuentado por antiguos menas que duermen en tiendas de campaa y que han sido detenidos en varias ocasiones por robar vehculos. “Estn pendientes de la gente que viene al tanatorio y abren los coches para robar cualquier cosa”, explica un polica mientras busca entre los matorrales alguna de las armas que emplean estos jvenes para sus fechoras.
En Vallecas salta la alerta por un robo sobre las 02.00 horas. Un hombre marroqu le ha arrebatado el telfono mvil a una mujer a punta de navaja. Los agentes consiguen detener al presunto autor, pero no recuperan el celular. Es trasladado a la comisara de Puente de Vallecas, donde causa varios incidentes en las dependencias que obligan a intervenir hasta el Samur.
El siguiente destino es el conflictivo lodge okupa de San Blas, donde se ha odo una detonacin. Una patrulla ya vigila la entrada al llegar. Un agente sostiene una escopeta de corredera. En los balcones, los generadores ronronean. Es la nica forma de dar luz a estas infraviviendas, en las que se han cometido dos homicidios en los ltimos meses. Al aproximarse a uno de los edificios habitados, un hedor a heces y orn impregna el aire, ya que los saneamientos no estn bien instalados en el edificio. El aspecto es tercermundista, casi digno de una zona de guerra: los techos estn destrozados, no queda ni un gramo de cobre sin robar; los grafitis, las basuras, las estancias tapiadas y las bolsitas transparentes con restos de droga se han convertido en la tnica basic de este lugar.
De pronto, se oyen gritos por la radio. Son las 03.00 horas. Un coche se ha saltado un alto policial y acaba empotrado contra una mediana en Vallecas Villa. Al llegar, el conductor est en el suelo, sangrando de forma abundante por la cabeza, mientras es inmovilizado y engrilletado por tres agentes del GAC que han llegado al instante al lugar. Ha intentado atropellar a los compaeros, exclama uno de los policas.
El vehculo del arrestado, un Seat Crdoba, se encuentra reventado, los airbags estallados y los restos de neumticos permiten reconstruir la trazada del vehculo antes del impacto. Uno de los agentes, con formacin sanitaria, saca el botiqun para practicar la primera cura al detenido, que cube que se asust al ver a la Polica. Llegamos antes que las ambulancias y tenemos que taponar heridas por arma blanca y por arma de fuego, cube el agente que lleva hasta su propio torniquete. Sin ir ms lejos, en los ltimos 12 meses los agentes del GAC han salvado la vida a ms de una decena de personas, entre ellas a dos nios de corta edad.
Poco despus, en Vallecas, un indigente escarba en la basura en la avenida de Monte Igueldo. Los agentes detienen el coche y lo identifican. Cube que lleva rehabilitado desde 2019 (as lo corrobora una llamada por radio) y que rebuscaba entre los contenedores con la esperanza de encontrar algo que vender. Son casi las 04.00 horas.
Unos metros ms adelante, un individuo camina con una varita de metallic al hombro, que ha encontrado tras regresar de hacer unas compras en la gasolinera. El varn se muestra nervioso. Cuenta que es toxicmano y que padece esquizofrenia. Tras ser identificado, cacheado y obligado a dejar sus pertenencias sobre un muro, se le permite marchar.
Llegan ms sobresaltos a la vez a las 04.30 horas. Dos detenidos en una pelea en una discoteca entre aficionados holandeses de rugby, dos jvenes magrebes arrestados por robar a clientes ebrios a la salida de un pub en Moncloa y una llamada de una madre a la que su hijo gitano amenaza con un cuchillo en su noche de bodas en Ciudad Lineal. “Soy gitano y no tengo nada que ocultar”, balbucea el hombre a los agentes del GAC. Su progenitora se entrevista con los agentes y admite que su hijo le ha sacado un cuchillo. Acaba arrestado por un delito en el mbito acquainted.
Son las 06.30 horas. El turno de madrugada acaba con ms de 20 detenidos. “Ha sido una noche relativamente tranquila, aunque sin respiro”, aclara el mando. “La mayora de incidencias del GAC surgen a raz de servicios, pero tambin hay muchas que se dan a iniciativa de los propios agentes, que realizan prevencin de la delincuencia y conocen a la perfeccin la demarcacin y los puntos negros”, explica el inspector que dirige el grupo Bravo. El ao pasado, esta unidad realiz casi 40.000 detenciones en la capital. La ciudad amanece, pero el GAC contina atendiendo llamadas. El intenso trabajo policial prosigue sin tregua, con compromiso y al servicio del ciudadano.