Verónica Martínez Barbero (Gijón 1980) aparcó en noviembre el segundo plano en el que acostumbraba a trabajar en Sumar para asumir la portavocía del grupo plurinacional en el Congreso. La ex directora normal de Trabajo, y una de las principales negociadoras del espacio confederal, recibió a La Vanguardia el pasado martes tras la “extenuante, pero fructífera” negociación del decreto ómnibus que permitió al Gobierno reflotar el escudo social y sostener la legislatura.
¿Cuándo llevará el Gobierno el nuevo decreto al Congreso?
O bien esta semana, si se habilita una sesión extraordinaria, o bien la semana del 10 de febrero, que es la primera semana ya prevista.
¿Existe el riesgo de que el cobro de las pensiones de febrero se vea afectado?
La ciudadanía puede tener la tranquilidad de que las medidas sociales han salido adelante y el cobro de las pensiones no se verá afectado en ningún caso. No obstante, desde Sumar, y así lo hemos dicho, estamos trabajando para que sea cuanto antes. Mejor aprobarlas hoy que mañana.
¿Teme que, si se retrasa, Junts varíe si postura?
Nosotras somos una organización que lleva la negociación en su ADN. Siempre negociando, peleando, sudando y construyendo políticas pensando en la ciudadanía. Esto es lo que llevamos haciendo dos legislaturas y es lo que vamos a seguir haciendo. Por lo tanto, estamos más ocupadas que preocupadas.
Ojalá el PP de Feijóo abandone su absurda política del teatro y recupere el norte
¿Qué le parece el giro copernicano del PP con respecto del decreto?
Sorprendida no estoy. Estamos hablando de un Partido Well-liked que ya bajó las pensiones cuando gobernaba y que hace unos días votó en contra de que se subieran. Esa es la política que practica el Partido Well-liked. La de la mentira, el tacticismo, y el dolor. Una manera de actuar que confronta con esa otra forma de hacer política que es la nuestra. La de pensar en la mayoría social, la de negociar y la de trabajar por el bien común. A Feijóo, además, ya le conocemos en Galicia desde hace muchísimo tiempo. Como también conocemos sus artes y sus formas… Su forma de entender la política, que es el teatro. Pero bueno, creo que en Génova se dieron cuenta que se habían pasado de frenada. Y por eso empezaron con el teatrillo de la recogida de firmas.
La prensa ha recogido, precisamente, la existencia de cierta división en el PP por sus estrategias recientes…
Ojalá el Partido Well-liked vuelva a comportarse como lo que cube ser, un partido de Estado que ejerza una oposición responsable y que busque conseguir avances. En el sentido que su ideología decide, pero avances. Y no simplemente una forma de hacer política absurda en contra de la mayoría social, porque es lo que hacen para ponerse constantemente en contra del Gobierno. Insisto, ojalá el PP sea capaz de reconducir y buscar otra vez un norte que tiene absolutamente perdido hace muchísimo tiempo.
Al haberse troceado, finalmente, el decreto ómnibus, han quedado fuera las ayudas a empresas electrointensivas o los incentivos para la compra de coches eléctricos, entre otros. ¿Le preocupan alguna de estas medidas?
Lo que no podíamos hacer period elegir entre pensionistas, familias vulnerables amenazadas con un desahucio o afectados por la Dana o el volcán de la Palma. Nosotras estábamos empeñadas en que volviera esta norma con todas sus medidas sociales juntas e intactas. Y esto es lo que ha sucedido, con lo que el objetivo que Sumar teníamos desde el principio está conseguido. El actual decreto ley va a volver al Congreso con todas en sus medidas sociales, incluidas las ayudas al transporte.
Esa moratoria de los desahucios, precisamente, fue la que más peligró, según deslizaron tanto PSOE como Junts durante las múltiples negociaciones. ¿Hubo muchas presiones?
Solo puedo decir que las cosas son como acaban, y no como empiezan. Y esa moratoria es, desde hace años, una medida esencial dentro del escudo social.
Los pactos con Junts avanzan, es un escenario excelente para los presupuestos
Pero de momento solo se extiende hasta el 31 de diciembre…
Estamos contentas con que se mantenga, pero voy a ser clara al respecto. Estas medidas de protección de las familias vulnerables frente a los desahucios deben convertirse en permanentes, porque están vinculadas a un tema esencial, que es la vivienda. No podemos estar pendientes de ir aprobándolas con reales decretos leyes coyunturales. Y además, también debemos revisar y ampliar el colectivo de familias a las que protegen. Debemos seguir avanzando.
El TC ha avalado que la ley de Vivienda limite las subidas de alquiler en zonas tensionadas frente al recurso de inconstitucionalidad del PP. ¿Cómo lo valoran?
Esta sentencia muestra al PP se le acaban las excusas para que las comunidades en las que gobierna sigan en rebeldía y se nieguen a aplicar el management de precios que, como estamos viendo en Catalunya, funciona. No solo los alquileres han bajado entre un 3 y un 5%, sino que, además, se empiezan a retirar los fondos buitres ante las limitaciones para especular. Fondos que son capaces de echar de sus casas a vecinos y vecinas que llevan 20 años en ellas, como estamos viviendo en Casa Orsola.
¿Qué más van a proponer?
Hay que implementar las herramientas necesarias para bajar los precios, para que la ley funcione. Hay medidas como el régimen que, gracias a los Comunes, se ha aprobado en Catalunya y que contempla sanciones de hasta 900.000 euros para quienes eludan el límite de los precios de alquileres. O como nuestra propuesta de que el Estado condicione los fondos de viviendas para las comunidades autónomas a la declaración de las zonas tensionadas y la limitación de precios. Las medidas de la ley de Vivienda se deben imponer a los rentistas, no con regalos fiscales sino con una sanción a quien incumple el índice de precio en zonas tensionadas . Esta es una diferencia que tenemos con nuestro socio, y con el Ministerio de Vivienda. Hay herramientas para bajar los alquileres pero el antiguo bipartidismo se resiste por razones que no entendemos: al PSOE le falta valentía y el PP se sitúa directamente en contra de la ciudadanía.
El Gobierno ha logrado en las últimas semanas cerrar con Junts un acuerdo para la el paquete fiscal, la revalorización de las pensiones y la cuestión de confianza. ¿Qué ha cambiado?
Las negociaciones son procesos diversos, largos y que atraviesan por diferentes momentos. Y Sumar nunca ha tirado la toalla. Mantener una actitud de mano tendida hacia distintas organizaciones políticas, entre ellas, Junts, está siendo esencial. Podemos decir con orgullo que somos el catalizador para esos acuerdos, que lo seguiremos haciendo, porque es para lo que estamos aquí.
¿Se ha reestablecido el clima de confianza que reclama Junts?
Tenemos un hemiciclo construido de modo que nos obliga a estar continuamente negociando. Pero negociar no es solo pelearse con el de enfrente o empeñarse en algo a toda costa. Sino avanzar y lograr acuerdos para las personas que están ahí fuera. Y por esas personas, negociamos lo que haga falta. Así se han alcanzado acuerdos con medidas fundamentales para el conjunto de la ciudadanía y fundamentales para el Gobierno de coalición progresista. Estas cuestiones nos sitúan en un escenario excelente para afrontar los presupuestos generales del Estado del año 2025.
No obstante, Junts sigue reclamando algún gesto further ¿Que Sánchez se reuniera con Puigdemont ayudaría al desbloqueo?
Lo que es necesario es mantener una legislatura con avances sociales. Los esfuerzos deben ir en esa dirección. Como sabe, Yolanda Díaz ya se reunió con Puigdemont… y las negociaciones están culminando con éxito.
Las medidas sociales han aterrizado en la mesa del Consejo de Ministros tras un primer año de legislatura marcado por la ley de amnistía. ¿En qué punto se encuentra la tramitación de la reducción de la jornada de la jornada laboral?
Está justo en el punto en el que la queríamos desde Sumar. Hay un acuerdo en el gobierno de coalición, un acuerdo del diálogo social que hay que respetar y una tramitación de urgencia. Esto quiere decir que la reducción de jornada vendrá al Congreso en un breve espacio de tiempo y, permítame que recalque, sin reducción de salario. Que es algo que nos comemos muy frecuentemente por recortar el titular.
Viendo la dificultad que entraña cada votación en el Congreso, ¿teme que la reducción authentic del texto acabe modificada?
Lo que nosotras queremos es que todas las personas trabajadoras de nuestro país disfruten, como mínimo, de 37 horas y media sin reducción de salario en este año 2025. Este es un objetivo esencial sin perjuicio de sumarles contenidos a mayores que los grupos parlamentarios entiendan que pueden ser beneficiosos para la clase trabajadora y para la economía en su conjunto. Pero Sumar confía en la letra del acuerdo del diálogo social y tal y como ha ido sucediendo con la reforma laboral, los ERTE y las subidas del SMI.
Sumar ha vuelto a hablar recientemente de la unidad de la izquierda y ha apelado directamente a Podemos. ¿A qué se debe ese cambio?
A lo que Sumar aspira en un futuro, que aún está lejos, es a repetir lo que pasó el 23J. La coalición de fuerzas de izquierdas es imprescindible para evitar que la extrema derecha y la derecha extrema de este país se alcen con un Gobierno con Feijóo de presidente y Abascal de vicepresidente. Somos las que mejor construimos políticas positivas para la mayoría social, las claves vulnerables, las clases trabajadoras y la economía en su conjunto. Por eso queremos repetir el del 23J. Nunca hemos defendido una tesis diferente.
¿Se ha iniciado algún tipo de contacto?
Ahora estamos centradísimas en gobernar. En sacar adelante medidas legislativas y no legislativas sobre las que dar la batalla como la vivienda, de la que no se hablaba en este país hasta que llevamos una proposición no de ley al Congreso. Eso es lo que toca ahora.