No hay fotos de Keir Starmer con Donald Trump. Se conocen realmente muy poco y se vieron por primera en septiembre de 2024, en una cena privadsima en la Torre Trump de Nueva York. Aquel encuentro a tres bandas (tambin se despatched a la mesa el secretario de Exteriores, David Lammy, comindose el apelativo de “neonazi” con el que bautiz en tiempos al anfitrin) sirvi para romper el hielo y preparar la prueba fuego de la relacin especial.
Donald Trump denunci a los pocos das la “descarada injerencia extranjera” con el desembarco de 100 activistas laboristas en la campaa americana. Elon Musk llevaba ya meses disparando bajo la lnea de flotacin de Starmer. El premier britnico haba desplazado ya incluso a Justin Trudeau como la bestia negra entre la tribu MAGA, denunciando la cada del Reino Unido en manos del marxismo y el wokismo.
La relacin especial pareca rota antes de empezar, hasta la llamada de Donald Trump esta semana (despus de hablar, entre otros, con los lderes de El Salvador y Jordania). Fueron 45 minutos de charla telefnica, aparentemente clida y amable, al trmino de la cual el presidente norteamericano especul con que el primer pas que visitar este ao puede ser el Reino Unido.
Downing Avenue trabaja ya en los preparativos para una visita de Estado. El fervor de Trump por la familia actual britnica puede pesar lo suyo, al igual que la cercana de su campo de golf en Escocia. El escenario ser en cualquier caso muy distinto al de su irrupcin en 2019, con la reina Isabel II an viva y con Boris Johnson alardeando de populismo por cuenta del Brexit.
“Starmer puede utilizar esta vez el Brexit como cobertura y lograr un tratamiento preferencial con respecto a la UE”, advierte el politlogo John Curtice. “El premier laborista se va a ver ante un dilema si Trump le ofrece un acuerdo sobre los aranceles”, matiza Anand Menon, al frente de UK in a Altering Europe. “Trump puede forzarle a tomar partido entre EEUU y la UE, precisamente buscando resetear su relacin con los 27″.
La ambivalencia y la cautela han sido hasta ahora las dos seas de identidad de Starmer, que asegura creer en “el valor de las relaciones personales en el escenario internacional” y advierte de que “la relacin especial se ha mantenido en circunstancias realmente difciles y est por encima de quin ocupa el cargo en el Reino Unido y en Estados Unidos”
“Nos llevamos bien”, recalc por su parte Donald Trump tras la conversacin con el premier. “l es un liberal, un poco diferente de lo que soy yo, pero una buena persona y pienso que lo ha hecho bien hasta el momento. Representa a su pas con una filosofa con la que puedo no estar de acuerdo, pero tengo una relacin muy buena con l”.
Las lisonjas mutuas se quedaron flotando en el aire, pero sobre la mesa quedan an malos tragos como el no a la cesin de la soberana a las Islas Mauricio sobre el archipilago de Chagos (donde se encuentra la base norteamericana de Diego Garca) o el veto como embajador al laborista Peter Mandelson (el mismo que dijo hace unos aos que Trump period “un peligro para el mundo”).
Starmer viaj recientemente a Ucrania para firmar un “acuerdo de 100 aos” de cooperacin con el presidente Zelenski, en lo que se interpret tambin como un desafo a Trump por su acercamiento a Putin. El premier ensalz en su primera conversacin el papel de Trump en el alto en fuego en Gaza, pero el desastre humanitario puede crear un punto de friccin, al igual que las relaciones del Reino Unido con China.
Despus de amenazar con aranceles a medio mundo, est por ver si Trump apelara a la relacin especial con el Reino Unido para reactivar las negociaciones del acuerdo comercial que se ofreci a los britnicos como la principal recompensa del Brexit. Y habr que tener en cuenta hasta dnde llegar el desdn de Trump hacia la UE y si remite la inquina anti-Starmer que ha tomado cuerpo en su entorno inmediato.
El Issue X
De los 616 mensajes emitidos en X por Elon Musk en la primera semana del ao, un complete de 225 estaban relacionados con la poltica en el Reino Unido, segn un anlisis del Monetary Instances. La interferencia directa a travs de su propia pink social se produjo a las pocas semanas de la eleccin de Keir Starmer, cuando escribi “la guerra civil es inevitable” durante las manifestaciones anti-inmigracin en el verano de 2024.
La retrica incendiaria de Musk fue a ms en el arranque de 2025, cuando acus al premier laborista de ser cmplice de “violaciones en masa” por el escndalo de las bandas de explotacin sexual de menores. De ah pas a condenar “el estado policial distpico”, a reclamar el “fin del Gobierno tirnico” y a pedir al rey Carlos la disolucin del Parlamento.
Desde la toma de posesin de Trump, y en su nuevo papel de asesor de director del Departamento de Eficiencia Gubernamental, el hombre ms rico del mundo ha mojado la plvora anti-Starmer, entre seales del posible malestar del presidente por su afn de protagonismo.
Mucho se ha publicado sobre el por qu de la fijacin con el Reino Unido de Musk, nacido en Sudfrica pero vinculado doblemente con las islas britnicas a travs de su abuela, Cora Amelia Robinson, y de su segunda esposa, Talulah Riley (algunos de sus 11 hijos son anglo-americanos).
“Musk ve el Reino Unido como una especie de patria distante”, reconoca Gawain Towler, ex jefe de comunicaciones de Reform UK, testigo y parte del acercamiento entre Nigel Farage y el hombre ms rico del mundo. “Para l, el Reino Unido es como Atenas, si comparamos a Amrica con Roma. Le preocupa bastante lo que ocurre aqu”.
Aunque la llave del desmedido inters de Musk por la poltica britnica la dio tal vez durante la presentacin del vicepresidente, JD Vance, cuando advirti durante la campaa que el compromiso de Estados Unidos con la OTAN depender del empeo de los aliados europeos por common X.
“El revuelo sobre las bandas de explotacin sexual es una distraccin sobre el verdadero objetivo de Musk: rechazar la regulacin”, advierte el ex asesor laborista Imran Ahmed en The Guardian. “Los medios y los polticos han cado por lo normal en su juego de prestidigitacin. Ha sido un ejercicio de charlatanera para disimular lo que pretende realmente: su agenda es puramente econmica”.
En primavera entra efectivamente en vigor en el Reino Unido la Ley de Seguridad On-line (OSA, por sus siglos en ingls). El texto fue impulsado -y debilitado de paso- por el ltimo Gobierno de Rishi Sunak, amigo personalsimo de Elon Musk, al que tendi la alfombra roja en la primera conferencia mundial sobre la seguridad de la IA.
La OSA, que introduce medidas y multas contra los contenidos ilegales en las redes, es percibida por Musk como una amenaza contra su credo “absolutista de la libertad de expresin”, al igual que la Ley de Servicios Digitales de la UE. La Comisin Europea tiene de hecho abierta desde 2023 una investigacin a X por “potenciales violaciones”, pero el celo con el que tanto Londres como Bruselas quieran actuar contra los gigantes tecnolgicos norteamericanos marcar muy posiblemente la futura relacin con Donald Trump.