El Ministerio de Trabajo ha pactado con los sindicatos incrementar en 50 euros el salario mínimo interprofesional (SMI) para este año, hasta llevarlo a los 1.184 euros. La patronal mantiene su oposición al incremento y se queda al margen de lo pactado este miércoles en la reunión que tenían Trabajo y agentes sociales.
A lo largo de la reunión, la patronal ha apuntado la posibilidad de estudiar un aumento superior, de pasar de su oferta de subida del 3% a un 3,4%. Sin embargo, no ha sido una propuesta formal sino abrir una posibilidad, según comentan fuentes de la negociación. A estas alturas de la negociación, y además con la oposicion asegurada de los sindicatos a esta opción, Trabajo ha decidido mantener su planteamiento inicial del 4,4%.
Otro elemento que destacan los sindicatos es que en un periodo de dos meses se reunirá una mesa de diálogo para tratar temas que les preocupan desde hace tiempo, como es la adopción de medidas para evitar que se intente absorver estas subidas del SMI a través de pluses o complementos, y una aplicación automática del incremento a los convenios colectivos. Se trata de abrir formalmente estas negociaciones, pero sin prejuzgar su remaining.
“La política útil es esto, y subir el smi 50 euros al mes es la diferencia que puede permitir a una familia alimentarse mejor”, ha dicho la vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, al anunciar el incremento. Un 4,4% que no es ninguna sorpresa, es la banda alta propuesta por la comisión de expertos y la que eligió de entrada Trabajo para plantearla en la mesa de diálogo. Está en la zona media entre la petición de los sindicatos, de una subida del 5% o 6% y la de la patronal, que la limita al 3%.
No period fácil un acuerdo a tres bandas. Lo muestra la historia reciente, las cuatro últimas subidas del SMI se han hecho sin la patronal, y las declaraciones del día. El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, veía difícil un acuerdo, porque “el Gobierno ya marca una horquilla que está muy encima de lo que nosotros podríamos entrar”.
El Ministerio de Trabajo se había mostrado abierto a dar un margen de flexibilidad en la negociación, pero no a aceptar el 3% que planteaba la CEOE, porque queda por debajo del 60% del salario medio, que es el objetivo básico de la política que se han fijado. Trabajo pedía a la patronal una propuesta más ambiciosa, y también que se defina si dos condiciones adicionales que había fijado, como son indexar los contratos públicos al nuevo SMI y bonificar al sector agrario, eran líneas rojas o había margen para negociarlas. Estos son dos elementos críticos porque la indexación con los contratos públicos depende de otro ministerio, de Hacienda, que siempre se ha opuesto a esta modificación; y también porque los sindicatos rechazan de plano cualquier bonificación a las empresas agrícolas. Finalmente en la reunión la patronal se ha mantenido al margen del acuerdo.
En todo caso, el SMI es una prerrogativa del Ministerio de Trabajo, que solo está obligado a consultar a los agentes sociales, y después puede tomar su decisión. Desde el 2018, el salario mínimo ha subido un 54%, pasando de los 735 euros de entonces a los 1.134 euros del año pasado, pendientes ahora de la nueva alza.
Pendientes del impacto en el IRPF
Un tema que queda todavía sin resolver es si el Ministerio de Hacienda va a incrementar el mínimo exento del IRPF para que la subida del salario mínimo no obligue a sus perceptores a cotizar por esta diferencia. Es algo que se ha hecho siempre, pero que en esta ocasión Hacienda ha dejado crecer la duda de si lo llevará a cabo o no modificará este mínimo. Una indefinición que puede dificultar la aceptación de los sindicatos de cualquier acuerdo.
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