Hora de rezo. Barcelona, primer cuarto del siglo XVI. Unas manos nobles, probablemente de mujer, abren el manuscrito por la página en la que se encuentra la plegaria que va a recitar. Además, en el folio de la izquierda acarician una bella imagen iluminada, obra de un miniaturista italiano, rodeada de cenefas florales con insectos y pájaros. La poderosa familia de los Gralla no merece menos que una obra de arte para su libro de horas (el que está integrado por un conjunto de oraciones adaptadas a la sensibilidad religiosa de su dueño).
Enero de 2025, en el casco antiguo, medieval, de la ciudad suiza de Basilea, otras manos tocan esa misma obra en el establecimiento Dr. Jörn Günther Rare Books, anticuario dedicado a comerciar con manuscritos medievales y miniaturas (pequeñas pinturas sobre pergamino) de la Edad Media y el Renacimiento, “con muchas obras especialmente interesantes para el mundo ibérico”, cube en su internet. Gran parte de esos libros “están magníficamente ilustrados por los mejores artistas de su tiempo y han pasado por las manos de la realeza y la nobleza europea”, se añade.
Este bello objeto es el Libro de horas Gralla, llamado así por la familia que lo encargó, “originaria de Lleida y cuyo miembro más importante fue Miquel Joan Gralla”, explica por teléfono la catedrática de Historia del Arte en la Universidad de Lleida y especialista en códices medievales Josefina Planas. Gralla, diputado en la Generalitat catalana y diplomático, se casó en 1506 con Anna Desplà, “también de noble linaje”. El núcleo de estos libros “eran las Horas de la Virgen, articuladas en torno a las ocho horas canónicas, también el Oficio de Difuntos… los más suntuosos estaban iluminados con imágenes”, cube Planas. La pareja de aristócratas que pudo ser la propietaria del libro —se sabe que él falleció en 1531— residió en un fastuoso palacio barcelonés que renovaron al estilo renacentista, con el sobrenombre de Casa Gralla, y que, a saber por qué razones urbanísticas, fue derribado en 1856.
La ficha del anticuario señala que después de los Gralla el libro pasó por un miembro de una baronía histórica de Osona (Barcelona), que en el siglo XIX estuvo en manos de un bibliófilo inglés y ya en el XX fue vendido en Sotheby’s en 1968, para pasar a una colección explicit suiza, hasta llegar al anticuario de Basilea.
El maestro que iluminó el manuscrito de los Gralla fue Giacomo Smeraldo Dotavanti, un toscano que, sin embargo, “se había formado en Flandes, por lo que sus formas artísticas no eran italianas”, añade Planas. “También iluminó la primera serie de libros de coro del monasterio barcelonés de Santa María de Pedralbes, costeados por la abadesa María de Aragón, hija pure del rey Fernando el Católico; un misal para la catedral y para el Palau de la Generalitat, en Barcelona, y para la catedral de Tortosa (Tarragona)”. Planas agrega que en un estudio que se publicará próximamente “se darán a conocer otras obras adscritas a su círculo”.
Anunciado por el anticuario como “un espléndido y raro libro de horas español”, realizado entre 1515 a 1525 y cuyo precio prefiere no revelar, este manuscrito en latín sobre vitela (piel de vaca o ternera) consta de “nueve miniaturas a página completa y una de menor tamaño”, apunta Planas. Son imágenes que representan escenas inspiradas en la vida de Jesucristo, como la Anunciación, la Natividad, la Adoración de los Magos, la Presentación en el Templo, la Resurrección de Lázaro o el Descendimiento de la cruz… En otra hoja, en su parte inferior, el miniaturista reprodujo el escudo de armas de este linaje: una urraca negra sobre un escudo de oro. El dueño del libro asegura que se encuentra “muy bien conservado”, aunque la ficha indica que le faltan seis folios, en los que Dotovanti realizó más miniaturas.
La obra ha sido estudiada por Mireia Castaño, doctora en Historia del Arte y responsable de investigación en la galería suiza. En la ficha describe el estilo del artista: “Figuras con caras bastante grandes, de aspecto severo y narices largas y delgadas”, además, subraya su delicadeza para las vestiduras de los personajes, mientras que “su sentido de la proporción y la perspectiva parece más bien comedido”. La reseña añade detalles como que “la bóveda de cañón y el artesonado del templo en la escena de la Presentación en el Templo reflejan un conocimiento de la arquitectura renacentista”.
Todas esas imágenes están “rodeadas por ricos bordes florales, con marcos interiores y exteriores en oro bruñido”, una delicia a base de hojas de acanto, flores y polen dorado, “habitados por pájaros e insectos”. Las dimensiones del volumen son de 190 por 130 milímetros y está encuadernado “en piel de cabra marrón decorada al estilo mudéjar, con correajes estampados”.
Asimismo, se subraya que el Gralla se creó en uno “de los periodos más fructíferos en la historia del grabado renacentista catalán”, lo que se explica por el establecimiento en Barcelona del impresor alemán Johann Rosenbach desde 1506 (quien se casó en dos ocasiones con viudas barcelonesas). Rosenbach “revitalizó el repertorio decorativo incorporando modelos italianos y del Renacimiento del norte”. Quien esté interesado en esta obra, que sepa que la casa Dr. Jörn Günther Rare Books solo recibe con cita previa.