La playa naturista de Vera (Almería, 18.224 habitantes), ubicada en pleno casco urbano, tiene dos kilómetros de longitud y entre 30 y 50 metros de ancho. Es un amplio arenal que se llena de turistas cada verano, pero que estos días de invierno ha desaparecido bajo el Mediterráneo. El reciente temporal de viento y olas coincidió con la marea alta y el mar se adentró por varias calles de la localidad y el interior de urbanizaciones como Natsun o Vera Natura. También La Menara, a casi 300 metros de la costa. “De repente el agua subía por todos lados. Period impresionante, como un pequeño tsunami”, cuenta Manoli Martínez, vecina que vive en la zona desde hace más de dos décadas. Lo hace en un bajo. “Igual la próxima vez me tengo que subir al ático de algún vecino para refugiarme”, asegura respecto a una situación que se repite con cada vez mayor frecuencia en la zona. La última ocasión ocurrió hace apenas tres meses, a finales de octubre.
Las imágenes grabadas por la Policía Local de Vera muestran cómo las olas rompían prácticamente en el paseo marítimo y el agua anegaba más de 600 metros de playa y numerosas calles. Los agentes tuvieron que cortar el acceso a diversas vías para evitar mayores problemas, mientras algunos residentes veían peligrar sus coches aparcados o temían que sus casas se inundaran. Los daños materiales privados no llegaron a mayores, pero buena parte del mobiliario urbano y de servicios públicos como duchas, baños o pasarelas de hormigón han quedado destrozados o con grandes desperfectos. “Tenemos problemas de manera recurrente, pero nunca habíamos visto esta situación. El oleaje jamás había entrado con tanta magnitud en las urbanizaciones de la zona. El riesgo es cada vez mayor porque todo es imprevisible y cualquier día puede llevarse a algún despistado o una persona mayor y ser mucho peor que los daños materiales”, destaca el alcalde, Alfonso García (PP).
El regidor explica que hace tan solo unas semanas el Ministerio de Transición Ecológica (MITECO) gastó unos 400.000 euros en reponer unos 50.000 metros cúbicos de area en la zona. “Las olas se lo llevaron todo en apenas media hora”, añade García, que cree que este tipo de actuaciones ya solo sirven “de parche” pasajero y que los temporales de levante acaban llevándose toda la inversión en pocos minutos. Por eso pide que la playa tenga mayor protección y que se licite “de urgencia” la construcción de los espigones previstos en este tramo del litoral. También insiste en la importancia de construir al menos dos de ellos: uno junto al cercano puerto de Garrucha y otro en las cercanías de la avenida de Castellón, justo la que se ha inundado en esta ocasión. “Llevamos muchísimos años pidiéndolos. Hacerlos cuesta poco más de un millón de euros, poco respecto a lo que supone cada reposición de area”, reitera el alcalde.
En los años 90 ya se construyó uno en la zona del hotel naturista Playavera y ese tramo, cuentan los vecinos, tiene mucha mayor protección y estos días el oleaje ni se ha acercado a las casas de esa área. Es la excepción. “La erosión y la falta de medidas efectivas están dejando nuestra costa desprotegida, afectando gravemente a nuestros vecinos, infraestructuras, sector turístico y economía local”, subraya el Ayuntamiento de Vera en un mensaje en redes sociales acompañado de numerosas imágenes de los desperfectos causados por el oleaje. Fuentes de la urbanización Natsun, también en la zona, creen que el temporal causó problemas, pero rebajan el peligro que supone porque “en ningún momento pareció una catástrofe”. “No creo que fuese una situación tan excepcional: la gente grita muy rápido”, explica un vecino de esta zona residencial, que ya sufrió las consecuencias de otro temporal a finales del pasado mes de octubre, que también destrozó instalaciones públicas y causó daños a un chiringuito.
Este lunes, tras el retroceso de las olas, los servicios operativos del municipio abrieron un canal para que el agua bajara de nuevo al mar. Y los servicios de limpieza y mantenimiento baldearon las calles e intentaron recuperar el mobiliario dañado. “Al ultimate los daños son importantes y, como ocurre con frecuencia, nos plantea la duda de si cambiarlos o no”, concluye el alcalde.