Antoni Castellà (Barcelona, 1970) unió su destino al de Junts en el congreso que se celebró el pasado mes de octubre. Su partido, Demòcrates de Catalunya, confluyó con JxCat. Repasa la actualidad política con La Vanguardia en esta entrevista tras participar en Bruselas en la reunión de la dirección del partido del viernes, en la que Carles Puigdemont optó por congelar las negociaciones relativas al ámbito sectorial con el PSOE.
¿Por qué quieren el debate sobre la cuestión de confianza?
Es un instrumento para visualizar que hemos perdido la confianza. Lo relevante es que no se está cumpliendo el acuerdo de Bruselas y la cuestión de confianza es el mecanismo para parar el partido, o se cumplen los acuerdos o se ha acabado el juego.
El PSOE lo ve como una humillación.
Cada uno lo puede interpretar como quiera y le da la importancia que considere. Pero el objetivo que tiene Junts es que se cumpla el acuerdo de Bruselas. Podríamos haber roto la baraja directamente. Hemos establecido un mecanismo para advertir al PSOE del nivel al que poníamos las negociaciones. No eran conscientes hasta ahora. Creo que lo han entendido y han rectificado, ahora tienen que cumplir.
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¿Es un triunfo parcial que la Mesa aplazara la decisión?
El triunfo para todos es llegar a un acuerdo, nuestro objetivo no es gesticular, es llegar a un acuerdo y que se cumpla al máximo el espíritu y las condiciones que hay en el acuerdo de Bruselas.
¿Retirarían la iniciativa si cumplen con ello?
Si eso sucede, se recupera la confianza y se sigue adelante.
Diga hechos concretos.
El acuerdo es histórico porque es un reconocimiento del conflicto. Lo que no puede hacer el PSOE es hacer un discurso en Suiza, otro en Madrid y uno muy diferente en Catalunya. Por tanto, el discurso del president Salvador Illa sobre la normalidad es incompatible con el acuerdo de Bruselas porque hay exiliados, hay represaliados… En relación con la amnistía hay una parte política, hay cosas que no dependen de los jueces que se pueden aplicar, desde el reconocimiento de la interlocución de Carles Puigdemont hasta velar por su seguridad. También tenemos pendiente el traspaso de las competencias de inmigración, la oficialidad del catalán en Europa o abordar un modelo de concierto económico para Catalunya.
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El Gobierno se ha esforzado con la oficialidad del catalán.
Es verdad que es complejo, es verdad que ha habido movimientos relevantes por parte del PSOE, pero no hemos llegado a un movimiento en el cual el presidente del Gobierno se implique con el resto de primeros ministros. Cuando ha habido algún conflicto respecto a nombramientos de la Comisión Europea se ha hecho en 48 horas.
Oficialidad del catalán en Europa
“Que el presidente del Gobierno se implique con el resto de primeros ministros”
¿No temen perder su influencia en Madrid si rompen con el Gobierno?
No es la voluntad. Pero en política lo más importante es la coherencia. Nosotros no nos hemos movido ni un milímetro, por tanto si el acuerdo no es posible quiere decir que sobre la vía del pacto y el diálogo institucional hay un Gobierno del Estado que cube que no es vía. Si no es así deberemos tomar decisiones políticas.
¿Puede cambiar el escenario con una reunión en Suiza?
Lo espero. Nuestra voluntad es que se cumplan los acuerdos. Por tanto, cuando pedimos reunión extraordinaria en Suiza es para situar en la trascendencia de lo que significa el listado de cosas y otras que pueda haber. El objetivo que tenemos es que acabe bien, el objetivo del pacto de Bruselas es resolver el conflicto y preservar el desarrollo nacional de Catalunya como país.
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Se quejan de la descoordinación del discurso del PSOE.
Es aquí donde perdemos la confianza. Habría que preguntarle al PSOE. Cuando estableces un acuerdo con un escrito muy trabajado y cube lo que cube –es histórico, nunca antes había estado reconocido el conflicto en su origen, 1714– se supone que es verdad. Por tanto, exigimos que aquello que firmaron se cumpla, en la concreción, en el espíritu, en el marco psychological y en el relato.
Han suspendido las reuniones sectoriales. ¿Damos por hecho que no habrá presupuestos?
Nosotros no decimos eso. Las negociaciones en el marco grande son tan relevantes que si esas están frenadas, qué sentido tiene abrir cualquier ámbito sectorial. Por eso quedan congelados los ámbitos sectoriales. No obstante, recuerdo que había otras condiciones concretas: techo de gasto y ejecución del presupuesto anterior. Pero hace falta la previa, desencallar el pacto de Bruselas.
¿Eso afecta también a la reducción de la jornada laboral?
Es sectorial, por tanto queda parada.
¿Cómo la valoran?
Cualquier medida de ese tipo debe ser negociada, porque creemos mucho en la negociación colectiva y en el diálogo de los agentes sociales. No creemos mucho en las fórmulas a golpe de BOE y decreto. No es lo mismo aplicar la reducción de horas en una empresa grande con poco absentismo que en una pyme o una microempresa. Y Catalunya es país de pymes.
¿En qué punto está encallado el traspaso de inmigración?
Las conversaciones requieren discreción, pero delegación integral quiere decir todo, plena soberanía en términos de inmigración. Cuando alguien cruza la frontera se tiene que encontrar a la policía catalana, cuando alguien pide un NIE o un permiso de residencia o trabajo, tiene que ser en función de las condiciones que sean óptimas en ese país, desde el idioma hasta las condiciones que tienen que ver con las necesidades del país.
La legislatura
“Un gobierno que pierde los apoyos por principio democrático debería convocar elecciones”
El PP plantea una moción de censura para convocar elecciones y echar a Pedro Sánchez. ¿Hay alguna opción de que la voten?
No. Por un motivo muy claro, planteamos una cuestión de confianza porque la hemos perdido en alguien con quien nos pusimos de acuerdo, pero no están cumpliendo. En una moción de censura se vota un gobierno alternativo, que en este caso no solo no está de acuerdo con el pacto de Bruselas sino que te quiere meter en la cárcel. No existe esa opción. Lo que sí que hemos expresado es que si no se cumplen los acuerdos, si se rompe definitivamente la confianza, un presidente y un gobierno que ha perdido los apoyos lo que debería hacer por principio democrático es convocar elecciones. Y a mí no me gusta ese escenario y no es nuestro objetivo, pero no nos temblarán las piernas en absoluto si llega el caso.
De todos modos, hay sintonía en el ámbito económico con el PP.
No hay una negociación. Es parlamentarismo. Los diputados siempre intercambian posiciones y eso es la base del parlamentarismo. Tenemos que separar eso de los pactos políticos.
¿Habrá coordinación con ERC tras la reunión con Junqueras?
Veremos coordinación en todos los ámbitos. Estableceremos mecanismos formales para ello, que, por otra parte, es pure y creo que es una de las cosas que el votante independentista ha reclamado. Es una buena noticia.
Relación con Esquerra
“Veremos coordinación en todos los ámbitos y habrá mecanismos formales para ello”
Parece que el Govern de Salvador Illa no tendrá presupuestos.
El PSC no ha tenido una actitud negociadora hasta ahora. Es un Govern gris, la silla por la silla. ¿Cómo asumes un Govern en minoría sin socios ni presupuestos el primer año? En la reunión que tuvimos no se nos puso ni un número sobre la mesa y se comunicó que los socios prioritarios son ERC y los comunes, que defienden crecimiento cero.
¿Ustedes están dispuestos a negociarlos?
Cuando estén registrados en el Parlament nos sentamos a discutirlos. Ya se ha visto que no tienen capacidad previa. Nosotros tenemos modelo propio y haremos las enmiendas correspondientes. Pero en el diálogo previo el PSC decidió vincularse a los comunes y eso es incompatible con nosotros por modelo de país y de sociedad, queda fuera de la centralidad.
¿Ven en Aliança Catalana una amenaza electoral para Junts?
No, en absoluto. Aliança representa un populismo determinado que más allá de un discurso xenófobo no sabemos qué desarrollan en otros ámbitos. Es monotema y representa un riesgo muy importante para el independentismo.