La Mesa del Congreso no decidirá este jueves sobre la proposición no de ley planteada por Junts para que el presidente del Gobierno se someta a una cuestión de confianza. El órgano rector de la Cámara Baja ha optado por darse más tiempo antes de tomar una decisión sobre un asunto que añade más incertidumbre, si cabe, a la legislatura.
“Estamos mirando cómo se puede adaptar al reglamento y seguir hablando”, ha declarado el dirigente de Sumar, Gerardo Pisarello, confirmando que las negociaciones entre las partes siguen en marcha.
Fuentes de la Cámara han deslizado que Junts ha aceptado la congelación de la toma de la decisión dado que, a efectos prácticos, el cupo de los posconvergentes para llevar su proposición no de ley al pleno es a mediados de febrero. “Por eso no hay un problema ni conflicto con el grupo para que se siga estudiando”, añaden ante las dificultades que presenta una propuesta sin precedentes que plantea que los grupos asuman una prerrogativa -la cuestión de confianza- que solo corresponde plantear al propio jefe del Ejecutivo. El movimiento, han puntualizado las mismas fuentes, “no es un aplazamiento como tal porque no había un plazo para la toma de la decisión”.
Dentro de las negociaciones abiertas, la vía principal se centra en la posibilidad de que los de Carles Puigdemont reformulen su escrito para que los representantes de PSOE y Sumar no tengan que rechazar su admisión a trámite.
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Tanto el PSOE como Sumar alegan que, habida cuenta que la cuestión de confianza es una prerrogativa del presidente del Gobierno por lo que, aceptar la propuesta de Puigdemont crearía un peligroso precedente, ya que, a su juicio, abriría la puerta a que los grupos parlamentarios asumieran competencias que no les corresponden.
Junts decidió registrar la PNL el pasado 9 de diciembre para provocar un “punto de inflexión” y que el PSOE se moviera y pusiera toda la carne en el asador en asuntos pendientes como el traspaso de las competencias de inmigración a la Generalitat –debía estar zanjado antes del 31 de diciembre–, la oficialidad del catalán en la Unión Europea o la ejecución presupuestaria en Catalunya.
Con todo, desde entonces, se ha dicho siempre que, si se tramita la iniciativa hay tiempo para después retirarla, si cambia de rasante la relación entre ambas organizaciones y se recupera la confianza. “Una cosa es tramitar y otra sustanciar”, remarcan desde hace días fuentes posconvergentes, que apuntan que hay tiempo para seguir negociando tras la tramitación.
La respuesta de Junts a lo sucedido hoy la dará el propio Puigdemont mañana desde Bruselas, tras una reunión con la dirección permanente de su partido.