En estos momentos los principales escollos en las negociaciones entre el gobierno del alcalde Jaume Collboni y los ediles de BComú y de ERC para aprobar los próximos presupuestos municipales son las diferencias en torno a la posibilidad de reformar la obligatoriedad de dedicar a viviendas públicas el 30% de cada de promoción. El ejecutivo de Collboni cree que la medida nunca dio buenos resultados, y los republicanos que las modificaciones elaboradas por la especialista en vivienda pública Carme Trilla pueden mejorarla. A BComú, sin embargo, no les hace gracia que quieran tocar una norma que consideran esencial. El Col·legi d’Arquitectes de Catalunya (COAC) denunció el martes que esta medida frena la construcción de pisos.
La verdad es que los últimos días se animaron las negociaciones presupuestarias entre los del PSC y los de ERC. Los republicanos Jordi Castellana y Jordi Coronas presentaron este miércoles sus condiciones para apoyar al menos inicialmente la propuesta del alcalde. Collboni no debería tener problemas para incorporarlas. El siguiente paso es que el gobierno municipal presente su propuesta en negro sobre blanco. De ello se encargará hoy el teniente de alcalde Jordi Valls. Los ediles de ERC piden una inversión histórica en vivienda de unos 200 millones, unos 50 más que en el ejercicio anterior, y también una nueva promoción de guardias urbanos, mantener la bonificación del 50% de las tarifas del transporte público, 20 millones para que los distritos lleven a cabo mejoras de proximidad del espacio público… en whole, 300 millones de euros.
ERC pide una “inversión histórica” en materia de vivienda de 200 millones de euros
Pero los comunes dicen que Barcelona podría ganar 18.000 viviendas en pocos años gracias a la norma del 30%, que si el ejecutivo municipal quiere que los comunes apoyen sus propuesta de presupuestos tienen que garantizarles todas estas viviendas, que lo que tendría que hacer es considerar ampliar esta obligatoriedad al 50%. De modo que tanto socialistas como republicanos están a la expectativa de ver el grado de rigidez de la línea roja de los comunes, si acaso estos concejales están dispuestos a mantener la emoción hasta el último momento, como hace poco, cuando Janet Sanz no anunció el apoyo de BComú a las ordenanzas fiscales hasta el último momento.